Carta abierta a nuestros hermanos y hermanas refugiados
¡Bienvenidos!
En las últimas semanas las imágenes del sufrimiento y la desesperación en vuestros rostros, tras el largo y tortuoso camino que habéis realizado para huir de la destrucción y la miseria, nos han golpeado y conmocionado. También nos hemos indignado, y llenado de rabia, al ver como la policía os ha golpeado, y como los gobiernos de la Europa “civilizada” os hacinan en condiciones inhumanas en plazas, estaciones de tren o espacios rodeados de alambradas, sin comida ni agua, sin asistencia médica, sin un cobijo digno. Esta cruel realidad nos recuerda la historia de nuestras propias familias, cuando muchos de nuestros abuelos huían de la dictadura franquista hacia el exilio, en barcos abarrotados o en colas interminables con niños, con hambre, con frío, condenados a permanecer en campos cercados donde miles morían.