La fuerza de la juventud y la clase obrera francesa se ha vuelto a desplegar con rotundidad en la huelga general convocada el 31 de marzo por los sindicatos CGT, FO, FSU y SUD y varias organizaciones estudiantiles, entre ellas la UNEF, paralizando París y otras ciudades. Más de 250 manifestaciones recorrieron las calles de todo el país con una participación de 1,2 millones de trabajadores y estudiantes, exigiendo la retirada del proyecto de contrarreforma laboral, conocida como ley Khomri (en alusión a la ministra de Trabajo), que pretende aprobar el gobierno socialdemócrata de Hollande-Valls en mayo, y que es rechazado por el 70% de la población.