Las semanas previas al acto los compañeros de la campaña que desde Manos fuera de Venezuela, la corriente marxista El Militante y el Sindicato de Estudiantes, impulsores de esta gira a lo largo y ancho de todo el Estado español, desarrollamos un intenso trabajo de propaganda. En barrios como Vallecas, Carabanchel, Aluche y localidades del sur de Madrid como Leganés, pegamos cientos de carteles y repartimos miles de panfletos en bocas de metro, intercambiadores de autobús, en las puertas de empresas como la EMT, etc. Este esfuerzo no sólo tenía como objetivo conseguir una buena asistencia al acto, sino que consideramos un aspecto muy importante contrarrestar las mentiras sistemáticas que, a través de los medios de comunicación, se vierten cotidianamente contra el presidente Chávez y la revolución venezolana en general.
El compañero Pablo Cormenzana hizo un extenso relato del proceso revolucionario partiendo del llamado “Caracazo” (rebelión popular contra el aumento de la carestía de la vida en 1989 reprimido brutalmente por el gobierno de Carlos Andrés Pérez), hasta llegar a la situación actual y los retos ante los que se encuentra la revolución. Parte importante de su exposición la dedicó a la explicación de los logros conseguidos en estos 11 años en educación, sanidad, etc. Pero también señaló de forma clara y concreta las amenazas que hoy se ciernen sobre la revolución.
Aunque el enemigo natural de la revolución son los empresarios, banqueros y terratenientes venezolanos junto a las multinacionales y los gobiernos que las amparan, estos se encuentran en estos momentos muy debilitados y desmoralizados, siendo la correlación de fuerzas muy favorable para el bando revolucionario. El principal peligro proviene de dentro, de aquellos sectores que dicen defender la revolución pero lo que realmente defienden son sus privilegios y sus prebendas, han tejido una poderosa red de relaciones con los capitalistas y están haciendo todo lo posible para impedir que la revolución sea completada a través de la expropiación de los capitalistas y banqueros y que estos recursos sean puestos bajo control de los trabajadores. Estos burócratas son como un parásito que hay que extirpar y la única forma de hacerlo es completando en estas líneas la revolución.
El interés suscitado por la discusión se reflejó en los casi 100 euros que los trabajadores y jóvenes asistentes al acto invirtieron en libros y documentos y en los 30 euros aportados entre todos a la colecta planteada para ayudar a sufragar los gastos de la campaña.