El Ministerio de Educación ha decidido zanjar a martillazos la problemática de la FP para terminar el curso. Su decisión de suspender las prácticas de la Formación Profesional y sustituirlas por un proyecto o “actividades asociadas al entorno laboral” que cuente para la nota final, significa arrebatarnos la razón de ser por la que muchos optamos por estos estudios: las prácticas en empresa son el primer paso para lograr un puesto de trabajo.
Esta propuesta de “flexibilizar” las enseñanzas prácticas, que llega semanas después de haber planteado la limitación de las horas a 220, hace oídos sordos a las principales reivindicaciones de los cerca de 400.000 estudiantes afectados por esta situación:
1. Que todas y todos los alumnos de FP podamos realizar nuestras prácticas íntegras en el mes de septiembre (o en los meses de verano) con todas las horas necesarias, sin volver a pagar tasas, con prácticas remuneradas y contando con beca si este año contábamos con ella.
2. Que aquellos estudiantes que necesiten titular para acceder a los estudios superiores puedan convalidar las prácticas con proyectos o el trabajo de fin de ciclo.
3. Fuera las tasas de la FP. Por una Formación Profesional gratuita, pública y de calidad. Fin de la brecha digital y por una formación de calidad con todos los recursos materiales y tecnológicos necesarios.
El Ministerio de Educación convierte nuestros títulos en papel mojado
Es evidente que la decisión del Ministerio de privarnos de nuestras prácticas tendrá consecuencias muy graves para nosotros. En nuestros estudios, la Formación en los Centros de Trabajo (FCT) ocupa cerca de 300 y 400 horas de las totales impartidas y para la mayoría de nosotros son el motivo principal para decidir cursar este tipo de enseñanza, ya que nos brinda experiencia acreditada y nos ayuda en nuestra incorporación al mercado laboral. Si se nos niega la posibilidad de hacer nuestras prácticas nuestros títulos se verán devaluados inmediatamente y también veremos recortadas nuestras posibilidades de adquirir experiencia que nos sirva para poder lograr un trabajo en el sector.
Plantear que podemos aprender en casa haciendo proyectos lo mismo que aprendemos en un puesto de trabajo –donde contamos con el material necesario, el entorno adecuado y profesores que nos ayudan en nuestro desarrollo– es un insulto a todos y todas las estudiantes de FP. Como destacaba un profesor de Instalaciones Eléctricas y Sistemas Automáticos de Tarragona: “Es como aprender a conducir sólo con teoría, sin tocar el volante no se puede”.
Lo aprobado por el ministerio dirigido por Isabel Celáa es recortar de facto nuestro futuro laboral.
La FP Dual está paralizada y seguimos sin soluciones
Los estudios de FP tienen un carácter práctico y esto se multiplica en el caso de la modalidad Dual, donde los estudiantes alternamos toda nuestra formación entre el instituto y una empresa. Ante esto, el Ministerio se lava las manos y permite a las administraciones autonómicas extinguir los convenios y “realizar los cambios oportunos” en matrículas y evaluaciones.
Estas declaraciones totalmente abstractas que no plantean ninguna alternativa y que en la práctica dejan todas las decisiones en manos de las Comunidades Autónomas, está generando una total descoordinación entre éstas y mucha incertidumbre entre los estudiantes. Mientras en Catalunya –una de las zonas con más presencia de este tipo de formación– se recomienda que los centros reduzcan las horas de prácticas en la empresa hasta 660, en Asturias se han habilitado “las prácticas telemáticas” y todos los afectados por la interrupción del curso académico no podrán obtener el certificado oficial que señala que se ha titulado en el marco de un programa de FP Dual.
Es verdaderamente increíble que las diferentes Consejerías de Educación actúen sin tener en cuenta las reivindicaciones de la comunidad educativa, vulneren los derechos de los y las estudiantes y los profesores, y que todo ello cuente con el visto bueno del Ministerio de Educación. Al mismo tiempo también se niegan a acabar con el negocio que las empresas privadas hacen con la FP Dual, quienes tienen a un estudiante trabajando gratuitamente sin pagarles un salario y sin derechos bajo la excusa de “tener más formación” y en la que muchos de nuestros compañeros han tenido que seguir yendo a los puestos de trabajo en plena pandemia. Es escandaloso.
Por supuesto que nosotros queremos tener derecho a nuestras prácticas en empresas. Pero no para que el empresario de turno se haga de oro con nuestro trabajo gratuito -recibiendo además bonificaciones- y que prescindan de trabajadores con salarios y derechos. ¡Las prácticas deben ser remuneradas, con derechos laborales y con carácter formativo, no para explotarnos!
Queremos una educación y un futuro dignos
Durante esta crisis han quedado claras cuales son las prioridades del Ministerio de Educación y de este Gobierno. Hablan de un “escudo social” y de “ayudar a los estudiantes” mientras regalan 100.000 millones de euros a los banqueros y empresarios y no amplían ni un solo euro el presupuesto educativo para el curso que viene. Si quieren ayudarnos, como dicen, que pongan en marcha un plan de rescate a la educación pública, que garanticen la gratuidad de la enseñanza desde Infantil a la Universidad, que doten de todos los recursos materiales necesarios nuestros centros de estudio y que acaben con todos los recortes y deroguen todas las contrarreformas.
Los y las estudiantes de FP, junto a nuestros compañeros y compañeras de las demás etapas educativas, hemos luchado mucho en las calles en defensa de una educación pública, gratuita y de calidad. Lo que hoy exigimos en medio de esta crisis sanitaria es lo mismo que exigimos en las movilizaciones de la Marea Verde, contra las reválidas o el 3+2: que los hijos e hijas de la clase trabajadora tengamos una educación y un futuro dignos. Y no pararemos hasta conseguirlo.