¡Que nadie repita curso, que nadie quede atrás!
Firma aquí esta petición al Ministerio de Educación y al Ministerio de Universidades
El anuncio de la cancelación definitiva de las clases en decenas de universidades y el plan para terminar el curso online ha puesto sobre la mesa que muy probablemente esta propuesta se extienda a todas las etapas educativas.
Ante esta situación las y los estudiantes de familias trabajadoras estamos siendo completamente abandonados por los Ministerios de Educación y Universidades que no han planteado ni una sola alternativa real para evitar que tiremos un curso por la borda o que directamente nos veamos expulsados del sistema educativo.
Como hemos explicado en anteriores comunicados, las clases online no son una solución. Sólo un sector de los estudiantes cuentan con los medios necesarios, pero la mayoría no disfrutamos de las condiciones idóneas para hacerla efectiva. Además de carecer de ordenadores adecuados, compartimos pisos pequeños sin que podamos tener un espacio digno para el estudio, y mucho menos en las actuales circunstancias de confinamiento.
Decir ahora que se nos evaluará como si tal cosa es sencillamente darnos la espalda y golpear precisamente a los que tenemos más dificultades para superar esta situación. Somos cientos de miles de jóvenes los que sufrimos también la realidad de familiares contagiados, muchos ya fallecidos, y tenemos a nuestros padres y madres sufriendo ERTES y despidos sin saber cómo vamos a llegar a final de mes.
Ante todo esto desde el Sindicato de Estudiantes hemos hecho pública nuestra propuesta de que se cancelen todos los exámenes - incluida la EBAU – porque es imposible que se nos evalúe de forma justa en estas condiciones. También hemos planteado que todos los estudiantes pasen de curso, que ninguno de nosotros repita, y que el Gobierno tiene que aprobar de inmediato un plan de rescate de la educación pública para que contemos con todos los recursos humanos y materiales necesarios para recuperar el tiempo perdido lo antes posible y con garantías de que nadie queda atrás.
Ante esta propuesta, hemos asistido a una campaña de mentiras y de manipulación nauseabunda por parte de la derecha que trata de vender la imagen de que lo que pedimos es una aprobado general y que se nos regale el curso por la cara– como siempre alentando esa imagen mentirosa de que los jóvenes somos una panda de vagos, tan tradicional desde la derecha -.
Desde el Sindicato de Estudiantes queremos decir que nos reafirmamos en nuestra propuesta y queremos aclarar – aunque sinceramente pensamos que no hay lugar a la duda - que no estamos pidiendo un aprobado general, sino que nadie tenga que repetir curso, que los que superen el aprobado se les haga la media de las dos primeras evaluaciones, que se suspenda la selectividad, se eliminen las notas de corte y se garanticen plazas suficientes para todas y todos en la universidad.
Es decir, que reclamamos nuestro derecho a no ser echados a un lado en el sistema educativo y que se pongan todos los medios para que podamos ejercer nuestro derecho a la educación.
Queremos responder a estos campeones de los recortes – en la educación y en la sanidad públicas, y en tantos otros frentes – que los únicos que están acostumbrados a que les regalen cosas (incluidas titulaciones como másters, por ejemplo) son ellos. A los hijos de las familias trabajadoras no sólo no nos regalan nada sino que nos lo roban todo.
Por eso no estamos dispuestos ni dispuestas a que nos arrebaten nuestro derecho a la educación.
Si alguien tiene interés en poder dar todos los contenidos, en tener realmente esos conocimientos y adquirir las aptitudes necesarias somos nosotros. Si alguien tiene interés en que no se nos regale ningún aprobado sino que tengamos una titulación merecida somos nosotros, porque de la educación y cualificación que recibamos hoy dependerá en gran parte nuestra suerte en el mercado laboral mañana. Pero para poder garantizar esto es necesario el plan de rescate de la educación pública que demandamos y que se garantice por ley la gratuidad de la educación desde infantil a la universidad para las familias trabajadoras.
Queremos volver a señalar que por supuesto hay recursos para hacer esta propuesta realidad. Hoy estamos viendo regalos ingentes de dinero público a los grandes empresarios para que no tengan que poner ni un céntimo de euro en esta situación, mientras la factura se pasa a nuestros padres y madres y al conjunto de la clase trabajadora.
Lo decimos alto y claro: ¡Basta ya! ¡Nuestra salud, nuestro derecho a la educación y a unas condiciones de vida dignas están por encima de los beneficios un puñado de multimillonarios!
Que nadie quede atrás, que nadie repita, este curso.