La tragedia minera golpea de nuevo, esta vez en el pozo Emilio del Valle, en Pola de Gordón (León), a unos trabajadores que, no hace muchos meses, llevaron a cabo, junto a sus compañeros, una lucha durísima para defender su derecho a continuar trabajando, su derecho a arrancarle a la tierra el pan de sus familias.
A seis de ellos la muerte les sorprendió este lunes 28 de octubre, trabajando a 694 metros de profundidad, en la galería 740 de la mina. Un súbito escape de grisú, según las primeras informaciones, que mató prácticamente en el acto a cinco de ellos. El sexto moriría luego, al intentar rescatar a sus compañeros. Todos muy jóvenes, entre 35 y 45 años.
Desde el Sindicato de Estudiantes compartimos el dolor de compañeros y familiares de los trabajadores fallecidos, y queremos enviarles un caluroso abrazo y toda nuestra solidaridad en estas horas tan difíciles. Para nosotros, los mineros han sido siempre un espejo de dignidad en el que mirarnos, y una inspiración a la hora de luchar contra los recortes sociales y los ataques a nuestras condiciones de vida.
Sabemos de los peligros y la dureza del trabajo en la mina, y por eso queremos también reivindicar la memoria y el ejemplo de los mineros, en especial de los que trabajan en explotaciones privadas, que han visto como en los últimos tiempos sus condiciones laborales y sociales eran diezmadas por una patronal ávida de beneficio, cuyo único mérito es el de haber recibido miles de millones de ayudas públicas y poco más.
Desconocemos si las medidas de seguridad se cumplieron adecuadamente, o si este accidente pudo haberse evitado con más inversión por parte de la Hullera Vasco Leonesa, y en ese sentido exigimos que se depuren todas las responsabilidades que se deriven de esta tragedia.
Pero de lo que no tenemos ninguna duda es que son demasiados los muertos que cada día ponemos las familias obreras sobre la mesa, debido al brutal deterioro de las condiciones laborales, y al incremento de los ritmos de trabajo, para que unos pocos se enriquezcan con nuestro sudor y nuestra sangre. En el Sindicato de Estudiantes creemos que es posible luchar por una sociedad más justa, y tragedias como esta nos convencen de que además es imprescindible.
Una vez más queremos expresarle a todo el colectivo minero que no está sólo: la juventud trabajadora está con vosotros, con vuestro ejemplo y vuestro duelo.