http://sindicatodeestudiantes.net/images/fotosarticulos/stop%20criminalizacion.jpgSegún datos del propio Ministerio de Educación el 30% de los estudiantes de 4 º de la ESO  son expulsados del sistema educativo entre los 16 y los 18 años sin una cualificación que les permita optar a un trabajo digno.

Son lo que desde los medios de comunicación se ha dado en denominar como “fracasados escolares”.

Sin embargo, en vez de buscar solución a este problema, en vez de cambiar el sistema educativo, mejorándolo para que un adolescente no lo tenga que abandonar a los 16 años, los “expertos”, “contertulios” y demás elementos,  junto con los grandes medios de comunicación, que son el reflejo escrito en prensa o televisión de los intereses de  los grandes empresarios,  se dedican a criminalizar a la juventud . Quitan todo crédito a la voz de los jóvenes con titulares como el que podíamos ver en el “20 minutos” del jueves 28 de enero: “Salir de noche, único ocio para el 81% de los jóvenes madrileños”. Titulares de este tipo no son los únicos casos de manipulación de los que somos objeto, también cadenas televisivas, y no solamente las abiertamente reaccionarias, sino las que se dan un barniz de izquierdas, como podría ser la Sexta, dan pábulo durante horas y horas cada semana, en el caso concreto de esta cadena,  con el conocido programa “Generación Ni-Ni” a este tipo de falsificaciones y caricaturas de la juventud.

Bien es cierto que no es la primera vez que venimos observando una completa distorsión de la realidad sobre la juventud, donde se nos tacha de “vagos y maleantes”, recordando con reglamentos de convivencia, y leyes de autoridad, ciertas normas de un pasado no muy lejano que se empeñan en edulcorar y, por supuesto, no condenar.

“Generación ni-ni”, ¿Reflejo de la juventud?

Rebuscando entre las familias más deshechas por situaciones sociales dadas y por los devastadores efectos de una crisis económica sin precedentes en ocho décadas, los canales de televisión, los telediarios y las parrillas televisivas nos ofrecen una “realidad de la juventud” hecha a medida para lo que los narradores nos quieren contar.

Pero no sólo es la televisión. Por ejemplo, según el diario El País [1] el 70% de los encuestados por la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción) admitieron emborracharse al menos una vez durante el año 2009, el 45% reconoció que monto en un coche con un conductor bajo las influencias del alcohol o alguna droga, que el 31% se peleó, y que un 26% no utilizó métodos de prevención de ETS en sus relaciones sexuales. Antes de todos estos datos la siguiente frase, “una parte de los jóvenes madrileños necesita desmadrarse y le compensan los riesgos” 

¿Cuál es entonces la visión que se desprende de los jóvenes madrileños según los datos, y por analogía la del resto de la juventud del Estado español? Drogadictos, alcohólicos, que sólo salen de su casa a buscar pelea y sexo. Y sin embargo, ¿tiene esto algo que ver con el día a día de un joven cualquiera?

Lo que a los jóvenes no deja de sorprendernos son campañas de criminalización tan hipócritas e interesadas como las descritas. Sería mucho más adecuado que, en lugar de tergiversar la imagen de la juventud ,los medios de comunicación prestasen la misma atención e insistencia a los desmanes y hábitos poco saludables de los altos directivos de las mayores multinacionales.

De hecho la Sexta podría hacer una serie que tratara sobre los 443.000 dólares que AIG se gastó en una fiesta de ejecutivos en un lujoso hotel de California, justo después de que el Tesoro de EEUU se lanzara al rescate de la aseguradora con un préstamos de 85.000 millones de dólares.  Pero si esto no les pareciese suficientemente “interesante”, también podrían hacer un programa sobre Nacho Uriarte (30 años) Presidente de Nuevas Generaciones del PP y vocal de seguridad vial en el congreso; que provocó un accidente de tráfico por ir conduciendo borracho en el mes de febrero dando positivo con más del doble de la tasa permitida.

Es auténticamente escandaloso cómo los medios de comunicación encuentran horas y horas en sus espacios para dedicarlas a programas, realities, shows, telediarios y series que criminalicen a la juventud, mientras que en casos tan escandalosos como los arriba descritos pasan de puntillas y lo más rápido posible. ¡Vaya ejemplo y modelo para la juventud que son los altos cargos de las multinacionales, los políticos del PP y la moral y objetividad de los grandes medios de comunicación!

En lugar de resaltar nuestras condiciones de vida y estudio, cómo cada día cuestionamos más su rol en esta sociedad senil y a la deriva, intentan, apoyándose en los elementos más aislados, hacer una generalización y presentarla como lo que no es, pero les gustaría que fuera. En realidad intentan trasladar la decadente imagen de la que ellos son protagonistas a la juventud.

Queremos estudiar y queremos trabajar, sí

Los datos oficiales de le EPA (Encuesta de Población Activa) ponen de manifiesto que la “alarma social” que se ha fomentado por los medios no tiene ninguna base real. Como afirma el estudio elaborado por el diario Confidencial sobre los datos que muestra la EPA, el porcentaje de "ni-nis" en el Estado español sería de un 0,26% sobre el total.

El motivo de esta campaña de criminalización de la juventud tiene un objetivo muy concreto, y es la de tratar de desprestigiar la voz de uno de los sectores más explotados y combativos de la sociedad.

En este contexto de crisis, en el que la clase trabajadora soporta sobre sus espaldas todo el peso, los jóvenes somos un sector especialmente afectado: no hay plazas en la enseñanza pública, la tasa de paro juvenil alcanza niveles históricos,  el salario medio de los recién licenciados no llega a los 750€ al mes y la perspectiva de futuro es aún más incierta, si cabe. La clase dominante sabe del potencial revolucionario que la juventud ha mostrado en numerosas ocasiones en la Historia y quiere poner todos los medios para que esto tenga el menor efecto posible.

Campañas como esta nos recuerdan a la campaña anti-botellón, que coincidió casualmente con las movilizaciones de la LOU y que volvió a tener un notable repunte mediático durante las movilizaciones contra la guerra imperialista en Iraq, en las que los jóvenes estuvieron en primera línea de la lucha.

Una educación pública científica, gratuita, laica y de calidad

Si hay algo  que debe preocuparnos sobre la juventud es que los jóvenes somos unas de las víctimas más afectadas por el sistema capitalista, que sólo ofrece una realidad sombría y sin expectativas de futuro además de un ocio destructivo y alienante. Si los hijos de los trabajadores pudiéramos disponer de un ocio constructivo con precios populares para ir a conciertos, al teatro y demás actividades culturales, seguro que no estaríamos las noches de fin de semana pasando frio para beber una cerveza en el banco de de un parque.

Lo que debería preocupar a los "expertos sociólogos" que salen en la televisión es cómo mejorar la educación pública y todas las deficiencias que no aparencen en sus encuestas, pero que en realidad existe, como pude ser el carecenr de la atención necesaria para lograr un mayor desarrollo en nuestra personalidad, un mayor fomento de la capacidad de pensar críticamente, para no aceptar sin más lo que digan sobre nosotros y para organizarnos y luchar por algo mejor.

 “Generación Ni-Ni”, ni trabajan, ni estudian… No trabajamos, es cierto, no nos dejan, la tasa de paro juvenil es del 43,8% (Eurostat noviembre del 2009). No estudiamos, es cierto, tampoco nos dejan, sólo en Madrid este curso más de 6.000 jóvenes se quedaron fuera de la FP, y las universidades públicas, gracias a los Planes de Bolonia, han encarecido en un 25% sus tasas, situándose el precio del crédito de 1ª matrícula en 12,25€, y el de 2ª en 25,5 € , es decir, el doble. Esta es la cruda realidad de la juventud, y no la que presentan programas basura de una televisión basura.

 

[1]  Diario El País, jueves 28 de enero de 2010, pág. 5 Sección Madrid.