http://sindicatodeestudiantes.net/images/fotosarticulos/estudiante%20fp.jpg80 millones de personas son pobres en Europa, y la gran mayoría no se debe a estos dos años de crisis, sino que son una herencia del período de bonanza económica precedente,

algo que pone de  manifiesto que el capitalismo, aunque en épocas de crecimiento económico puede desprenderse de algunas migajas de ese beneficio para sostener lo que se ha venido en llamar el “estado de bienestar”, incluso en estos momentos de bonanza  es incapaz de satisfacer las necesidades más básicas de la población debido a su afán por la obtención del máximo beneficio de forma inmediata.

¿Qué supone el estado de bienestar bajo el capitalismo?

El estado de bienestar lo componen las políticas sociales que incluyen sanidad, educación y servicios sociales en general y han sido el resultado de importantes luchas de la clase trabajadora para mejorar sus condiciones de vida. Nada de esto, ni la educación, ni la sanidad, nos ha sido regalado, sino que han sido conquistados con mucho esfuerzo por generaciones anteriores, y es precisamente uno de los objetivos de los capitalistas a la hora de privatizar y recortar el gasto social en beneficio de la patronal de la educación privada, de los aseguradoras privadas, etc. es decir, recortando nuestros derechos para hacer de las necesidades básicas de la población un suculento negocio para unos pocos. El estado español está 6 puntos por debajo de la media europea en inversión social. La pobreza relativa  está en el  19% de la población y la pobreza extrema se sitúa en un 7%.

El perfil de pobreza está cambiando

El perfil de demandante de servicios sociales está cambiando. Hace dos años correspondía a personas envejecidas, debido a la cuantía insuficiente de las pensiones de jubilación, inmigrantes, familias desestructuradas socialmente o personas en situación de exclusión social.

En los  más de dos años de crisis económica que llevamos, nos encontramos ya con que la tasa de desempleo ha superado en el Estado español los 4 millones. Esto, sumado al aumento del endeudamiento familiar, las familias trabajadoras que tienen a todos sus miembros desempleados y han agotado los subsidios, ha provocado que la pobreza cambie su rostro y dibuje un perfil mucho más joven y perteneciente al grueso de trabajadores que engloban las cifras actuales del paro.

El aumento de las demandas de alimentos básicos, de ayudas económicas para hacer frente al pago de los alquileres, la pérdida de viviendas por parte de muchas familias trabajadoras por no poder hacer frente a las hipotecas ponen de manifiesto cómo somos los trabajadores quienes estamos pagando esta crisis.

Otro ejemplo es el caso de los inmigrantes, cuya  situación es desesperante, sobre todo para aquellos que no tienen permiso de residencia  ni trabajo. Los inmigrantes suponen la capa de la clase trabajadora más explotada. Los capitalistas son conscientes del papel que pueden jugar en la lucha de clases si luchasen junto con los trabajadores nativos, al fin y al cabo todos son trabajadores y sufren la explotación del mismo sistema, y por ello se esmeran tanto en criminalizar a la inmigración para dividir y tratar de enfrentarnos unos a otros. Estas políticas de criminalización permiten que proliferen grupos con ideas xenófobas y racistas, grupos que están al servicio de los intereses de la burguesía.

¿Qué medidas plantea la burguesía?

Los gobernantes no se cansan de anunciar en los medios de comunicación que estamos en un momento en el que debemos ser austeros en lo que se refiere a economía y a que todos debemos  poner el hombro para superar esta crisis. La realidad es que quien más está notando las consecuencias de la crisis somos los jóvenes y los trabajadores, que vemos cómo perdemos nuestros trabajos y las condiciones laborales logradas a través de años de lucha.

En la última cumbre europea y tras el derrumbamiento de la económica griega, la burguesía europea está lanzando la consigna de que debe reducirse el gasto público y radicalizar sus medidas fiscales para evitar situaciones como la de Grecia , donde el endeudamiento público ha alcanzado cotas muy elevadas, pero la solución que proponen son  ataques a las condiciones de vida de la juventud y los trabajadores.

Lamentablemente el gobierno del PSOE se ha hecho eco de estas demandas y la  receta que propone es la misma;  estos ataques se han planteado con el retraso de la jubilación a los 67 años, el cambio en el cálculo de las pensiones que dificulta el acceso a las mismas, la reforma laboral, el pacto educativo y el anunciar un  de recorte presupuestario de 55.000 millones de euros en los próximos años. Esta es la solución que nos ofrecen los dueños de la economía mundial que han amasado cantidades ingentes de dinero en los últimos años a base de largas jornadas laborales  y una explotación salvaje;  ahora quieren  que la juventud y la clase trabajadora pague las consecuencias de la crisis que ellos mismos han provocado.

El gobierno del PSOE debe llevar a cabo una política realmente de izquierdas, ya que este giro a la derecha  puede sentar las bases para que pierda las próximas elecciones. Para evitar que la derecha vuelva a gobernar y que seamos nosotros los que paguemos la crisis es necesario utilizar todos nuestros recursos y defender nuestros derechos sociales, empezando por la convocatoria por parte de los sindicatos CCOO y UGT de una huelga general para frenar los ataques de la patronal y poder asegurar unas buenas condiciones de vida  para  jóvenes y  trabajadores.