El Tribunal de Justicia Europeo ha ratificado la legalidad de prohibir que las personas homosexuales donen sangre "si lo justifica la situación sanitaria de su país". Esta afirmación puede parecer propia del siglo pasado, pero lo cierto es que se ha dado esta misma semana, en pleno año 2015. Este caso se remonta al año 2009 cuando un médico de Metz (Francia) rechazó a Geoffrey Léger como donante de sangre por ser gay. El caso fue llevado entonces al Tribunal de Justicia Europeo, y a día de hoy conocemos la posición de dicho organismo: avalar la exclusión de hombres homosexuales para donar sangre.
El Tribunal pretende sacar adelante esta contrarreforma poniendo como pretexto diferentes excusas que más parecen sentencias recicladas de los años 70 y 80, cuando las personas con orientaciones distintas a la heterosexual eran vistos y tratados como enfermos mentales, pervertidos, y portadores de diversas enfermedades como el SIDA.
Según se declara, las personas LGTBI podrían no ser aptos por "llevar a cabo más prácticas sexuales de riesgo". Resulta insultante que en vez de mirar la salud individual de cada persona independientemente de su orientación, se haga una generalización tan grave de un colectivo que lleva décadas luchando por sus derechos, como si el hecho de tener preferencias LGTBI fuera ligado a una vida sexual poco sana que puede considerarse, como se hacía hace 30 años, un peligro para la salud pública.
Por supuesto, el riesgo nada tiene que ver con la orientación sexual, sino con el estilo de vida de cada individuo, independientemente de sus preferencias. Además, la doble moral de esta sentencia se percibe en el hecho de que solo pretende excluir a "hombres que hayan tenido relaciones sexuales con otros hombres", lo cual nos recuerda que el sistema patriarcal, que siempre ha ido estrechamente unido al modelo capitalista, no solo crea una situación de desigualdad para las mujeres sino también para todos los colectivos que se salgan del esquema tradicional heterocentrista.
Afortunadamente, poco después de conocer el hecho personas de todos los sexos y orientaciones sexuales han reaccionado ante este ataque discriminatorio contra el colectivo LGTBI, haciendo ver en las redes sociales su descontento con semejante despropósito. También diversas autoridades sanitarias se han pronunciado en contra, como el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) Juan José Rodríguez Sendín, quien dice encontrar ilógico que "se prime el hecho de pertenecer al colectivo LGTBI antes que a la salud propia del individuo".
Desde el Sindicato de Estudiantes mostramos nuestro total apoyo a la comunidad LGTBI y un rotundo desacuerdo con este ataque que no solo pone en peligro la normalización y la integración de las personas LGTBI, sino que también es un golpe directo a los Derechos Humanos.
¡NO A LA HOMOFOBIA! ¡LA SANGRE DEL COLECTIVO LGTBI ES IGUAL DE VÁLIDA!