Yolanda ¡No te olvidamos!

Esta semana hemos conocido que Emilio Hellín, el autor del brutal secuestro y asesinato el 1 de febrero de 1980 de la dirigente estudiantil Yolanda González, ha estado desde su salida de la cárcel trabajando para la Policía y Guardia Civil sin el menor de los inconvenientes.

Yolanda González era estudiante de Formación Profesional en el IES Vallecas I. En 1980 participaba en la organización de las movilizaciones y huelgas estudiantiles contra la aprobación del Estatuto de Centros Docentes, siendo una de las representantes de la Coordinadora Estudiantil de Madrid y militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST).

Ese fatídico 1 de febrero un grupo de fascistas del “Batallón Vasco Español” y miembros de “Fuerza Nueva”, la esperaron a la entrada de su casa, la secuestraron y finalmente la asesinaron dejando su cuerpo en un descampado junto a la carretera de San Martín de Valdeiglesias.

Emilio Hellín fue condenado por este salvaje asesinato a 43 años de cárcel en un proceso lleno de irregularidades donde, a pesar de las pruebas, nada se quiso investigar acerca de la trama y preparación del asesinato, y los vínculos entre los asesinos y la policía. Uno de los participantes directos en el crimen era policía nacional, y el propio Hellín, tal y como ha revelado el diario El País, se jactaba de sus contactos con la Brigada Operativa de la policía además de dejar constancia de tener un hermano guardia civil.

A pesar de ser condenado a 43 años de cárcel finalmente sólo cumplió 14, y eso a pesar de haber protagonizado dos intentos de fuga, el último en 1987, permaneciendo oculto en Paraguay durante 2 años bajo la protección del dictador Alfredo Stroessner, responsable del asesinato, secuestro, tortura y represión de miles de sindicalistas y militantes de izquierdas, trabajadores, campesinos y jóvenes paraguayos bajo su terrible dictadura militar. El propio Hellín en su currículo corrobora y destaca su participación activa en dicha dictadura indicando que fue "Asesor en Telecomunicaciones e Informática del comandante en jefe de Estado Mayor del Ejército y del director general de la Policía Nacional de Paraguay".

Tras su salida de la cárcel cambió su identidad, para lo que contó con la colaboración de las autoridades, modificándose por el Registro Civil su acta de nacimiento para tratar de borrar cualquier rastro de su criminal pasado. Desde ese momento se ha dedicado a asesorar al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, colaborando en investigaciones de la Policía Nacional y la propia Guardia Civil sobre terrorismo y delincuencia, declarando como perito en la Audiencia Nacional y otros Juzgados, e impartiendo cursos tanto a miembros del Ministerio del Interior, Ertzaintza, Mossos d’Esquadra, Guardia Civil y Policía Nacional.

Uno de los aspectos más vergonzosos de toda esta terrible e injusta situación es saber que estas actividades y sus vínculos, nunca rotos, con los diferentes cuerpos policiales, se han realizado en gran parte bajo Gobiernos del PSOE, en la última etapa siendo Ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba. Un auténtico insulto para todos aquellos militantes de izquierdas que lucharon, sufrieron la represión, e incluso llegaron a ser asesinados durante la dictadura franquista y en los años posteriores durante la Transición.

Este y otros muchos casos son una buena prueba de cómo se hizo aquella llamada “transición democrática”, donde ninguno de los fascistas o torturadores de la dictadura franquista fue llevado ante los tribunales y condenado, o ni siquiera fueron apartados de sus puestos en la policía, la justicia o cualquier otro estamento del aparato del Estado. Mientras miles de militantes de la izquierda sufrieron torturas y represión, no solo durante la dictadura sino posteriormente, manteniéndose tras la caída del dictador las prácticas de terrorismo de Estado a través del “Batallón Vasco Español” o los “GAL”, y aplicándose penas y una represión brutal contra miembros de la izquierda, nada se hizo por depurar el aparato del Estado de aquellos elementos que durante 40 años habían ejercido su violencia contra trabajadores y jóvenes que se manifestaban y luchaban por acabar con la dictadura franquista.

En 1976 se dictó una Amnistía, desgraciadamente con la colaboración tanto del PSOE como del PCE, diseñada para que personajes como Martín Villa, Fraga o Samaranch, y muchos otros, no tuvieran que responder por sus crímenes. Finalmente los mismos que habían colaborado y participado de la dictadura no tuvieron nada más que declararse “demócratas”, para poder seguir con sus vidas y privilegios como si nada, y en muchos casos continuando su ascenso meteórico en su carrera política, empresarial, judicial o policial.

Las noticias entorno al asesino de Yolanda son una clara demostración de cómo hoy en día, y fruto de no haber tomado ninguna medida al respecto en los años 70, en el aparato del Estado siguen estando incrustados elementos fascistas que deberían pagar por los crímenes cometidos y por facilitar la promoción de elementos como el asesino Emilio Hellín.

Desde el Sindicato de Estudiantes siempre hemos exigido la inmediata depuración de los elementos fascistas del aparato del Estado, tanto de la policía como de los tribunales, ya que este caso es tan solo una pequeña muestra de cómo dichos elementos no sólo no ha sido depurados sino incluso promocionados y protegidos. No basta con apartar al asesino Emilio Hellín, es necesario conocer cuantos más casos existen o han existido, y depurar responsabilidades por haberse dado cobijo durante cuatro décadas.

Desde el Sindicato de Estudiantes queremos manifestar nuestro apoyo y solidaridad con la familia de Yolanda, así como reivindicar su memoria y la de los millones de jóvenes y trabajadores que lucharon incansablemente contra la dictadura franquista y sus herederos. Lo mismo que hicieron en esos años aquellos jóvenes, y que supuso acabar con la dictadura franquista y conquistar las libertadas y la educación o la sanidad públicas, es lo que hoy hacemos, reivindicando su memoria, miles de jóvenes saliendo a la calle para luchar contra este infame Gobierno y sus recortes y planes de ajuste. Ahora que el PP quiere acabar con nuestro derecho a la huelga en institutos y universidades, reivindicar la memoria de Yolanda y de todos aquellos que lucharon hace treinta años es más importante que nunca, para defender el derecho a luchar y movilizarse, a la huelga estudiantil y en defensa de un futuro digno para la juventud.

El mejor homenaje a Yolanda es, como ella hizo, seguir con la lucha en defensa de los derechos de la juventud.           

¡Yolanda nosotros no olvidamos!

¡Juicio y castigo para los culpables!

¡Basta de amparar fascistas en el aparato del Estado!