La ludopatía: una pandemia que se extiende entre la juventud

2020 pasará a la historia como el año de la pandemia. Sin embargo, la Covid -19 no es la única que ha asolado nuestros barrios y familias. El estallido de la crisis económica y los multimillonarios negocios que un puñado de empresarios han hecho al calor de la crisis sanitaria, han puesto negro sobre blanco las enormes carencias que sufrimos las familias trabajadoras, además de todas las enfermedades sociales que proliferan en este contexto. 

A diferencia de lo que plantea la salvaje campaña mediática que ha puesto el foco sobre la juventud para culpabilizarnos del avance del coronavirus, los jóvenes estamos siendo víctimas en mayúsculas de esta situación y sus terribles consecuencias. La “generación Covid” no sólo hemos padecido una situación de brutal incertidumbre y sufrimiento en nuestras casas. La falta de recursos para una vuelta segura a las aulas, el aislamiento, las dificultades exacerbadas para encontrar un empleo en esta situación, para comenzar una vida independiente, la precariedad creciente y la falta de expectativas están provocando un aumento preocupante de la ansiedad, las depresiones y otros trastornos mentales. Los recientes datos sobre el aumento de la ludopatía entre la juventud son la representación gráfica de la desesperación a la que nos arroja este sistema que no tiene alternativa para nosotros.

Según el informe Estudes* publicado en referencia al año 2019, el 25% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha apostado dinero en juegos de azar de forma presencial. Los que apuestan dinero online casi se triplican en dos años. El 6,9% de los apostantes online ha afirmado haber gastado más de 300 euros en un solo día.

La heroína del siglo XXI

La crisis económica y cómo esta se ceba especialmente con la juventud es el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de las casas de apuestas. En noviembre de 2020 contábamos con un 40,9% de paro entre los menores de 25 años y, de los que consiguen trabajar, un 36,4% lo hace por debajo del SMI. Para los que estudiamos la situación también es terrible. La situación ruinosa de la educación pública tiene como resultado que el Estado Español sea el país con la mayor tasa de abandono escolar de la Unión Europea con un 17,3%. Con la pandemia se ha añadido una nueva piedra más a una mochila que ya pesaba demasiado. Una de cada diez familias con hijos/as estudiantes no tiene acceso a internet y el 55% tiene competencias digitales muy básicas.  Por si fuera poco uno de cada tres estudiantes que este curso solicitó plaza para fp se ha quedado fuera.

La desesperación ante este panorama es la lucrativa carroña de la que se nutren los empresarios de las casas de apuestas. Desde la primera apertura en 2008 su aparición se ha multiplicado llegando a una densidad media de 6,5 por cada 100.000 habitantes. En algunas comunidades esta cifra llega hasta los 22.

Como consecuencia de esta epidemia el 6% de los jóvenes entre 14 y 18 padecen ludopatía, más que los infectados por Covid-19. Muchos colectivos de activistas y asociaciones de vecinos hablan ya de “la heroína del siglo XXI”. Y es que efectivamente, existen claros paralelismos con la situación que devastó a toda una generación de jóvenes de los barrios obreros en los años 80, asediados por la falta de expectativas y víctimas de la droga. Además de un gran negocio, la heroína jugó un papel clave para desarticular la lucha de la juventud.  Decenas de miles de jóvenes cayeron junto a sus familias en un abismo del que no pudieron salir. El resultado fue desastroso.

Hoy la adicción al juego también busca adormecer la conciencia social y arrastrar a miles de jóvenes a ser presa de una adicción que les mantenga alejados de la lucha social. No es casualidad que la juventud sea la diana de este sucio negocio, pues la historia demuestra que en momentos de crisis social, los jóvenes siempre hemos estado en primera línea de batalla impulsando la lucha. Así ha sido en los últimos años, en la lucha por la educación pública, en el movimiento feminista, en defensa del medio ambiente, contra la represión... y por eso se ceban con nosotros.

Basta ya de hacer negocio de nuestra miseria

Pasando de 229 millones de euros en 2013 a 749 millones en 2019 el sector del juego online ha triplicado su margen neto. En 2017 el beneficio del sector de los juegos de azar (21.000 millones de euros) multiplicó por 5 el de Inditex y por 16 al sector de videojuegos. Se quedó a sólo un 9% de alcanzar los beneficios de Telefónica, Vodafone y Orange juntas.

Millones de jóvenes de familias trabajadoras hemos luchado sin descanso para echar a la derecha del Gobierno y lo logramos. El gobierno actual del PSOE y Unidas Podemos no llegó al poder para mantener las cosas igual, ni tampoco para tolerar más ataques y negocios a costa de nuestra salud y nuestras condiciones de vida. Pero las medidas tomadas por el Ministerio de Consumo dirigido por Alberto Garzón no han tenido ningún efecto en terminar con esta lacra, ni tampoco en ponerles coto, ni siquiera en frenar esta invasión de las casas de apuestas en nuestros barrios.

Tan inofensivas para sus negocios han sido las medidas adoptadas con respecto a la restricción de los horarios de anuncios y publicidad deportiva, que nada más conocerse las medidas a aplicar por el Ministerio de Consumo las acciones de Codere (la única casa de apuestas que cotiza en bolsa) se revalorizaron un 7,46%. Eso sí, la patronal de la prensa escrita ha recurrido el decreto promulgado por el Gobierno ante el temor de que los 180 millones de euros que ingresaron entre 2018 y 2019 (51,83 millones en el 3er trimestre de 2020) por publicidad de casas de apuestas se vean mermados.

Por otro lado, el argumento de que a los menores de edad no se les permite entrar a las casas de apuestas hace aguas por todas partes. La macrooperación Arcade, llevada a cabo los días 27 y 28 de septiembre de 2019 obtuvo como resultado 220 denuncias y la detección de 28 menores.

¡Fuera las casas de apuestas de nuestros barrios!

Hay que atajar el problema de raíz. Esto no significa únicamente cerrar y prohibir este negocio podrido, sino acabar con las condiciones de precariedad, pobreza y fracaso escolar que empujan a muchos jóvenes a tratar de evadirse de una situación deprimente. Es necesario además impulsar un  plan para garantizar el acceso a un ocio sano y no embrutecedor. Debido a que es algo que a los jóvenes de familias obreras se nos ha negado históricamente, nos parece inimaginable, pero es posible un ocio y cultura públicos y de calidad.

Hay que garantizar los recursos para dignificar nuestros barrios,  el acceso a pabellones deportivos, deporte al aire libre, acampadas, escuelas y recintos musicales, cine, escritura, pintura, teatro etc. de forma pública y segura para la juventud. No la tétrica versión que conocemos desangrada por años de recortes sino un acceso verdaderamente digno, con recursos humanos suficientes y que trabajen en unas condiciones de calidad.

La única manera de conseguir esto es con la lucha. Las movilizaciones contra las casas de apuestas en todo el Estado marcan el camino a seguir. Ciudades como Barcelona, Bilbao, Sevilla, Valencia, Iruña, Madrid y Zaragoza han visto sucesivas manifestaciones que han levantado un movimiento cada vez más fuerte. Un gran ejemplo fue el pasado 13 de diciembre se congregaban miles de personas en Carabanchel, el distrito con mayor concentración de casas de apuestas de Madrid, para exigir su cierre. La lucha sigue más viva que nunca.

¡Fuera casas de apuestas de nuestros barrios!

*Informe llevado a cabo por el Plan Nacional sobre Drogas, asociado al Ministerio de Sanidad. Enlace del informe: https://pnsd.sanidad.gob.es/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/2019_Informe_adicciones_comportamentales_2.pdf