En los últimos dos años hemos podido ver como las políticas educativas del Partido Popular no han hecho otra cosa que degradar la calidad de la escuela pública con recortes y más recorte. Por si esto fuera poco el carácter retrógado de las medida impulsadas por la derecha tienen como horizonte devolvernos al sistema educativo que existía bajo la dictadura franquista: recuperación de las reválidas, financiación de las escuelas que segreguen por razón de sexo, o el convertir en evaluable nuevamente la asignatura de religión son buena prueba de este retroceso.
Sin embargo con este inicio de curso el objetivo para el Partido Popular se traslada a la universidad pública, donde ya venimos sufriendo diferentes procesos de externalización (privatización) de servicios y reducción de la inversión pública.
En el caso de la Universidad Rey Juan Carlos, los servicios que la universidad debería proporcionar también son realizados por empresas privadas (cafetería, reprografía, bedeles, etc.), con la pérdida de calidad en el servicio que todos podemos comprobar diariamente; puesto que el objetivo prioritario de estas empresas no es dar un servicio de calidad en la universidad, sino obtener los máximos beneficios económicos posibles, empeorando tanto la calidad de la universidad, como las condiciones laborales de sus trabajadores.
Tras sufrir numerosos ataques el curso pasado, la el 100% de la plantilla de bedeles de la universidad, que trabajaban para la empresa Munda Ingenieros, ha sido despedida al cambiar la subcontrata por la universidad. De un día para otro, las trabajadoras se han encontrado en una situación insostenible: la empresa Munda Ingenieros las subrogó a la nueva empresa que se va a hacer cargo de estos servicios (Navalservice), pero ésta no las ha contratado y ahora Munda Ingenieros no las ha querido dar de alta en el paro ni pagar el finiquito escudándose en esa supuesta subrogación que nunca ha llegado a producirse. A pesar de que legalmente y por cuestiones de seguridad laboral debe haber una trabajadora por edificio, la plantilla ha quedado reducida al 50%, lo que provoca que cada trabajadora tenga a su cargo dos y hasta tres edificios.
Como podemos comprobar la privatización de los servicios conlleva la precarización de las condiciones laborales de los trabajadores y el empeoramiento de la calidad del servicio, ya que, en vez de responder a las necesidades de la universidad, se responde a los intereses económicos del empresario de turno.
En la URJC, desde hace años, se aplica una política de privatización y precarización que degrada las condiciones laborales de los trabajadores no docentes de la universidad y los profesores, que muchas veces cobran con retraso, y año tras año sufren nuevos despidos.
Las consecuencias de estas medidas son la masificación de las aulas, el deterioro de las instalaciones y el empeoramiento de las condiciones en las que estudiamos.
Desde el Sindicato de Estudiantes mostramos todo nuestro apoyo a las trabajadoras e instamos a las direcciones sindicales de CCOO a que se pongan al frente de los trabajadores para defender sus derechos laborales contra todos los ataques que están sufriendo y echar abajo esta reforma laboral que solo beneficia a las grandes empresas.
¡Basta de ataques a los trabajadores! ¡Fuera empresas de la universidad!
¡Obreros y estudiantes unidos y adelante!
¡Contra el desmantelamiento de la universidad pública todos a la huelga del 21, 22 y 23 de octubre y a las manifestaciones!
Mantente en contacto con nosotros en nuestro Twitter:
@SEURJC,
Facebook: SE Urjc,
web: www.sindicatodeestudiantes.net
o escríbenos a nuestro correo
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.