Galería de fotos y vídeos de las protestas
Catalunya vivió el viernes 18 de octubre una jornada histórica. El pueblo catalán ha vuelto a dar una lección de dignidad y determinación frente a la mayor campaña de mentiras, desinformación y criminalización que se recuerda. La huelga general paralizó todo el territorio, y las manifestaciones batieron un récord de participación: más de un millón en Barcelona, y otro millón más a lo largo del día en el resto de capitales catalanas y en cientos de localidades. ¡Una fuerza tremenda que muestra el potencial para transformar la sociedad, barrer el régimen del 78 y conquistar la república catalana de los trabajadores y la juventud!
Por la mañana, cientos de miles de estudiantes y jóvenes respondieron al llamamiento que hicimos desde el Sindicat d’Estudiants, volvimos a vaciar las aulas y protagonizamos una manifestación multitudinaria que recorrió el centro de Barcelona desde las 12h en un ambiente eléctrico y combativo. Y por la tarde, la marea humana que recibió a cientos de miles de personas de las Marxes per la Llibertat, es una realidad mucho más fiel a la verdad que la campaña del ministro del Interior o la de los tertulianos que copan con sus calumnias los programas de televisión.
Los datos de la huelga general son la mejor ilustración del éxito y el apoyo de esta jornada histórica. El paro fue masivo en la enseñanza pública y la administración; en el comercio (60 y el 80% seguimiento); en el transporte público y en el puerto de la capital, dónde los estibadores salieron en una columna masiva en dirección a la gran manifestación. La afluencia de pasajeros cayó un 50% en el metro, un 47,6% en los FGC y un 40% en el Tram Además apenas hubo circulación en las calles más importantes de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona y los cortes de carreteras organizados por los piquetes fueron masivos.
Según cifras de la patronal PIMEC, en la industria cerraron el 30% de empresas y el 68% de los trabajadores secundó la huelga, mientras que en el sector servicios cerró el 40% de empresas y el 83,8% de los trabajadores pararon. Otro índice que mide las dimensiones de la huelga es la caída del consumo eléctrico, que fue del 10,11%, una décima más que en la huelga general del 3 de octubre de 2017
Estos datos son aun más relevantes si tenemos en cuenta que la huelga no ha contado con el apoyo de las direcciones de UGT y CCOO, que en vez de apoyar la lucha del pueblo catalán por la república de los jóvenes y los trabajadores y contra la represión franquista, se han refugiado en las faldas del régimen del 78, del gobierno del PSOE y de los medios de comunicación.
Por eso esta huelga general tiene aún más importancia. No sólo ha superado este boicot y demostrado que las direcciones de CCOO y UGT pueden ser ampliamente desbordadas, sino que ha sido más poderosa que la campaña de criminalización y represión desatada por el nacionalismo españolista y un aparato del Estado heredado de la dictadura. Una campaña que no ha hecho mella en millones de trabajadores y jóvenes de Catalunya que han salido a luchar por los derechos democráticos, contra la represión y por la república.
La manifestación de la tarde en Barcelona fue una demostración nuevamente multitudinaria, donde la indignación por la sentencia del Supremo y la represión policial de estos días, su unía a la firme determinación de continuar la lucha hasta el final. Más de un millón de personas se manifestaron pacíficamente dejando claro que la crisis revolucionaria abierta con el referéndum del 1 de octubre de 2017 sigue abierta.
Basta ya de represión e infiltración policial: som estudiants, no criminals!
Estos días hemos asistido al levantamiento de un pueblo, que lucha no solo contra esta sentencia franquista, sino que también reclama su derecho legítimo a decidir y su compromiso con una república que rompa con este sistema.
Estamos viviendo una campaña salvaje de mentiras, calumnias y propaganda del nacionalismo españolista más rancio. Ocultando conscientemente las enormes movilizaciones de estos días, los medios de comunicación solo muestran contenedores quemados, muchos de ellos por la acción de los infiltrados, para poder acusar impunemente al pueblo y a la juventud catalana de ejercer una “violencia” compulsiva, e introducir confusión para ocultar que son ellos los únicos que haciendo uso de lo que llaman “violencia legítima”, impiden a porrazo limpio la democracia y agreden salvajemente a jóvenes indefensos. Muy al contrario de esta imagen difundida en los medios, lo que realmente hemos vivido es un respuesta masiva y pacífica de millones de trabajadores, de jóvenes, de una población que está harta de que se la amordace y se le nieguen derechos sociales y democráticos elementales.
La decisión de la Audiencia Nacional de cerrar las webs de “tsunami democràtic” bajo la acusación de “terrorismo”, no sólo es una agresión a la libertad de expresión, es un aviso de que la democracia para la clase dominante y su Estado es solo tolerable si no entra en contradicción con sus intereses, y si no, se suprime sin más problema.
El pueblo catalán y la juventud hemos dado una lección a todos: a los que exigen más represión policial o piden el estado de excepción y a la derecha catalanista, que instalada en el Govern, se llena la boca de “desobediencia” pero al mismo tiempo manda a los Mossos para golpearnos y mantiene en su puesto a un conseller de Interior que tendría que haber sido destituido fulminantemente.
Pero también hemos dado una lección a una izquierda parlamentaria estatal que se pone de perfil, se lava las manos y nos pide que seamos sumisos y aceptemos la injusticia del sistema.
Por eso lamentamos que los dirigentes de Unidas Podemos, hayan vuelto a perder la oportunidad de denunciar a los responsables de esta situación, exigir el fin de la represión, defender el derecho de autodeterminación y la república, y combatir esta campaña de mentiras y criminalización. En lugar de ponerse a la cabeza de las movilizaciones de solidaridad de miles de personas que ha habido en el resto del Estado y que tratan de ocultarse por todos los medios, llamando a la clase obrera y la juventud a apoyar a sus hermanos y hermanas catalanes, Pablo Iglesias y Alberto Garzón nos piden que aceptemos la legalidad del orden monárquico aunque sea injusto.
¡La lucha continúa! ¡Por la república de los trabajadores y la juventud!
Lo que estamos viviendo en Catalunya es el rechazo masivo a un régimen que arrastra gravísimas taras autoritarias y reaccionarias, empezando por una monarquía impuesta a dedo. El rechazo masivo a años de recortes sociales brutales, de desahucios, de paro crónico, de empleos basura y salarios miserables, de marginación en nuestros barrios, de privatización de la enseñanza y la sanidad públicas… mientras los bancos son salvados con el dinero público, los políticos corruptos son amnistiados, los violadores son condenados a penas ridículas por una justicia clasista y patriarcal, y nuestros derechos democráticos reprimidos por la ley Mordaza.
Por eso es necesario que toda la izquierda política y sindical combativa, y todos los movimientos sociales, levantemos un plan de acción, con un calendario claro de huelgas generales que genere el apoyo masivo de la población dentro y fuera de Catalunya. Luchamos por una república socialista que nacionalice las palancas fundamentales de la economía, la banca y los grandes monopolios, y que ponga fin a la pesadilla de los recortes, a la falta de vivienda pública y asequible, a la precariedad y los salarios miserables, a la violencia patriarcal y la destrucción del medio ambiente. Defendiendo y luchando por esta república, podemos convencer a los trabajadores y la juventud del resto del Estado, y a muchos otros en Catalunya, de que esta república y esta causa es también la suya.
Por eso es cada vez más profundo el choque entre los centenares de miles que queremos llevar hasta el final la lucha por esta república, y el programa de la derecha catalanista y de aquellas formaciones, como ERC - cuya intención es la de llegar a un acuerdo con el Estado y el gobierno del PSOE para vaciar las calles y volver a una “normalidad” que les permita hacer la misma política de siempre.
Es necesaria una estrategia clara para enfrentar la represión del Estado y hacer realidad esta república, y para conseguirlo necesitamos una alternativa revolucionaria que defienda esta programa y lo lleve a la práctica.
¡Únete al Sindicat d'Estudiants!