¡Derecho a decidir para el pueblo de Cataluña sí, pactos con la derecha catalanista no!

Después de tres intensos mese de negociación, el presidente en funciones del parlamento catalán y presidente de CDC, Artur Mas, anunciaba el sábado el acuerdo al que han llegado los dirigentes de Convergencia y la CUP: un acuerdo en el que la dirección de la CUP acepta someterse a los deseos de Convergencia, que solo han llevado al pueblo de Cataluña recortes en educación y sanidad, desahucios y represión en la lucha social. A pesar de que la excusa formal para que este acuerdo avanzara hacia la autodeterminación al pueblo de Cataluña, es evidente que la única libertad que defienden Mas y compañía es la suya: la de los oligarcas, banqueros y empresarios para seguir enriqueciéndose a costa del sufrimiento de la mayoría. 

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Nada bueno se puede pactar con Convergencia

El acuerdo contempla investir como presidente a la persona que escogiese Artur Mas. Esta persona es Carles Puigdemont, dirigente de Convergencia desde hace más de 20 años. Los recortes y la corrupción en la sanidad pública de Gerona han sido una constante desde que es alcalde; además, el diario “Cafè amb Llet” informaba que Carles Puigdemont impulsó que el ayuntamiento de Gerona se gastara 3,7M€ en una colección de arte y lo cargase en la factura del agua. ¡Un verdadero escándalo!

Por otra banda, 2 de los 10 diputados de la CUP se incorporarán en la dinámica del grupo parlamentario de Junts pel Sí, actuando “conjuntamente en las tomas de posición del grupo”; y, encima, la CUP se compromete a “no votar en ningún caso en el mismo sentido que los grupos parlamentarios contrarios al procés y/o al derecho a decidir cuando esté en riesgo dicha estabilidad”. Artur Mas consigue que la mayoría que no alcanzó en las urnas y que la dirección de la CUP le cede gratuitamente. Por ejemplo: los presupuestos, por muy injustos y por muchos recortes que contengan, serán aceptados. En definitiva, los parlamentarios de la CUP pierden su libertad de voto para someterse a la disciplina de Convergencia, que marca claramente el tono dentro de JxSí.

Este acuerdo supone un auténtico fraude para la militancia de la CUP, que hasta en cuatro ocasiones se ha expresado en contra de investir a Mas (y a lo que representa), pero también para sus votantes y para los miles y miles de personas que han combatido los recortes y las políticas capitalistas de Convergencia a través de huelgas en institutos y universidades, ocupación de centros sanitarios y manifestaciones en defensa de los derechos sociales y democráticos.

¡Combatimos a Convergencia! ¿Quién ha de pedir perdón a quién?

Desde el Sindicato de Estudiantes consideramos que es un grave error apoyar, por activa o por pasiva, a cualquier representante de las élites del país que se han enriquecido durante estos años mientras la mayoría de la población sufrimos el paro, los “ajustes económicos” y la pobreza. Como ha señalado Ada Colau: “CDC ha tenido miedo a poner las urnas”, y este miedo tiene una base: el declive electoral constante que sufre CDC y el apoyo masivo que obtendría la confluencia de la izquierda comprometida con el derecho a decidir y con la lucha contra los recortes (CUP-En Comú Podem) para las elecciones que se iban a celebrar en Marzo.

Este acuerdo ha sido presentado por parte de CDC con una clara intención de humillar a la CUP y a la legítima lucha social que su militancia representa, y que los dirigentes de la CUP han aceptado vergonzosamente: piden perdón por sus errores en la “beligerancia expresada respecto a Junts pel Sí”. ¡Resulta que la CUP ha de pedir perdón por oponerse a Artur Mas, el maestro de los recortes y la represión social! ¡¡El mundo al revés!!

¡Los capitalistas nunca nos dejarán decidir nada! ¡El pueblo unido jamás será vencido!

Todos aquellos que nos identificamos con el anticapitalismo hemos de ser plenamente consecuentes, y no podemos justificar ir de la mano de la burguesía ni “en esta etapa” ni “de forma temporal”, porque si así lo hacemos permitiremos que los grandes empresarios sigan dictando las políticas a aplicar y perderemos la coherencia y refuerzos adquiridos durante todos estos años de lucha. ¡No aceptamos que se nos presente una victoria el hecho de que Irene Rigau deje de ser consejera para ser substituida por Meritxell Ruiz, hasta el momento directora general del departamento de becas de comedor! ¡No hay “excepción” que justifique pactar con aquellos que recortan!

Miles de catalanes nos hemos manifestado estos últimos años en defensa del “derecho a decidir”, y no lo hemos hecho solo durante las Diadas como ha querido simplificar CDC: las calles también se han llenado con el 15M, con las huelgas generales, con las mareas en defensa de los servicios públicos, con las manifestaciones de la PAH, en apoyo a las luchas laborales como la de los trabajadores de Panrico, en las Marchas de la Dignidad, etc. Todas estas movilizaciones forman parte del mismo proceso: ¡el pueblo reclama derechos sociales y derechos democráticos, que es precisamente el que nos ha ido quitando Convergencia desde su retorno al parlamento catalán en el 2010! CDC intenta aprovecharse manipulando el sentimiento que las clases populares catalanas tenemos contra el españolismo franquista del PP y contra el sistema capitalista con tal de desviar la atención de los graves problemas que sus políticas han provocado entre los jóvenes y trabajadores. ¡Es imposible conseguir un verdadero “derecho a decidir” para la mayoría al lado de aquellos que gobiernan a golpe de porra y para una minoría!

Desde el Sindicato de Estudiantes nos reafirmamos en la defensa de la movilización y acción unitaria de todos aquellos que estamos luchando en las calles contra las políticas de CDC y del PP, comenzando por los compañeros y compañeras de la CUP, de BCN En Comú, de Podem y de todos los movimientos sociales. Y lo hemos dicho alto y claro: ¡no aceptaremos ni más recortes ni que la situación de emergencia social existente se mantenga, sean cuales sean las excusas!

¡La verdades democracia nunca llegará de la mano de los representantes de la oligarquía catalana!