Cuando se dió cuenta de que quien le había golpeado era un individuo de estética nazi. Este justificó la agresión por la camiseta que en ese momento vestía Juan, y que tenía en el dorso la leyenda: ANTIFASCISTA SIEMPRE. Mientras el compañero estaba aturdido el fascista salió corriendo. Una trabajadora del Metro se acerco a Juan para ayudarle, y otra paró al fascista.
En ese momento los guardias de seguridad de la estación de Estrecho se quedaron con el agresor, que lentamente comenzó a marcharse ante la pasividad de los responsables de seguridad, que llegaron incluso a decirle que no podía marcharse mientras se alejaba andando. Una escena completamente surrealista.
De nuevo asistimos a la impunidad de una nueva agresión fascista en Madrid, donde grupos de ideología y estética abiertamente neonazi campan a sus anchas. Sin ir mas lejos hace unos meses los compañeros de IU en Moralzarzal vieron como su local era quemado, y el 7 de Julio un grupo de nazis interrumpían un acto del PCE y la UJCE en Alpedrete.
Evidentemente esta agresión ya ha sido denunciada ante la policía sin la menor consecuencia para el agresor. Tal es la impunidad de la que gozan estos individuos que durante esta semana el Juzgado encargado de llevar su caso ha indicado que ya ha sido archivada la denuncia al no poder localizar al agresor, algo sorprendente teniendo en cuenta que hay cámaras en el Metro que grabaron la agresión, y la posible descripción de los testigos o del propio compañero agredido.
La realidad es que ese archivo se produce sin que se haya dado un solo paso de cara a averiguar los hechos. Si se tratara de jóvenes que se manifiestan en defensa de la educación o la sanidad públicas, o contra los desahucios, seguro que la investigación para criminalizarles habría sido más profesional, recurriendo a testigos, cámaras y cualesquiera otros medios necesarios.
En una época como la actual, cuando nuestras condiciones de vida son atacadas día sí y día también, y cuando millones de jóvenes y trabajadores salimos a las calles para defender nuestras condiciones de vida y nuestro futuro, el fascismo se convierte en un arma en manos de los poderosos para tratar de amedrentar a todos aquellos que luchamos por un mundo mejor. Un ejemplo de esto han sido la recientes imágenes de miembros de Nuevas Generaciones del PP realizando el saludo fascista y cantando el “Cara al Sol”, demostrando los vínculos de dicho partido con su pasado franquista.
De ahí que no se actúe con contundencia contra estas organizaciones fascistas, manteniéndose un doble rasero. Mientras se utiliza mano dura y se criminaliza a todos aquellos jóvenes de izquierdas y trabajadores que participamos en la lucha en defensa de la educación y la sanidad públicas o en las dos huelgas generales que vivimos el año pasado, se ampara en la práctica este tipo de agresiones y de comportamientos.
¡BASTA YA DE IMPUNIDAD PARA LAS AGRESIONES FASCISTAS!
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA Y LA JUVENTUD CONTRA LAS BANDAS FASCISTAS!
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS RESPONSABLES DE LAS AGRESIONES!