El 22 de octubre, una vez más las calles de Madrid volvieron a ser un clamor contra los recortes educativos. Esta vez las reivindicaciones y las exigencias no iban dirigidas solamente a Esperanza Aguirre y su Gobierno.

Decenas de miles de profesores, padres y estudiantes venidos de prácticamente todos los rincones del Estado, gritaron con una única voz contra las medidas que, con mayor o menor intensidad, se están aplicando en todo el país y que de acabar imponiéndose supondrán un golpe muy duro a la educación pública.

Más de 200 mil personas demostramos que la lucha “por una educación pública de calidad para todos y todas”, sigue muy viva y cobra cada vez más fuerza.

La avalancha humana fue tal que el recorrido elegido por los dirigentes de los sindicatos de profesores, quedó totalmente colapsado casi media hora antes de la hora prevista para el inicio de la marcha. Como desde el Sindicato de Estudiantes advertimos en numerosas ocasiones, sobre todo a los dirigentes de Madrid de la Federación de Enseñanza de CCOO, las calles por las que estaba previsto que transcurriera la marcha eran muy estrechas y la plaza final de la manifestación muy pequeña, para acoger a la marea humana que indudablemente las inundaría.

El resultado final fue mucho más masivo de lo que se podía esperar. Decenas de miles de manifestantes, ante la imposibilidad de ni siquiera poder empezar a andar en el recorrido “oficial”, optaron por improvisar uno alternativo; miles de profesores, padres y estudiantes inundaron el paseo del Prado en sus dos sentidos, siguieron por la calle de Alcalá, para finalizar en la Puerta del Sol, plaza que una vez más quedó abarrotada de manifestantes (la manifestación oficialmente acababa en la Plaza Jacinto Benavente que se encuentra a unos 200 metros de Sol).

Quizás por que los dirigentes de los sindicatos de profesores solo tenían la panorámica del recorrido oficial es por lo que han estimado en 100 mil la participación en esta marcha, algo que dista mucho de lo que realmente pasó.

El ánimo en la lucha crece

Cientos de pancartas artesanas, consignas contra Esperanza Aguirre, Cospedal, CIU, el Gobierno de la Xunta en Galicia, etc, no dejaron de verse y oírse durante el recorrido de la marcha.

Una vez más hemos visto una impresionante demostración de fuerza y de ganas de luchar por parte de toda la comunidad educativa. Todos nos jugamos mucho, todos somos conscientes de que este conflicto, provocado por los recortes de la derecha y de los que desde la izquierda lamentablemente están aplicando políticas en la misma línea, va mucho más allá de una lucha del sector educativo. Estamos ante un conflicto social en el que estamos defendiendo de un ataque sin precedentes las conquistas históricas del movimiento obrero y los sectores más desfavorecidos de la sociedad; avances que fueron arrancados a los capitalistas y sus gobiernos con tanto esfuerzo y sacrificio.

No estamos ante un problema de los profesores o del sector educativo como una y otra vez se empeñan en insistir los sindicatos corporativos AMPE y CSIF, esta lucha atañe a toda la sociedad, forma parte de la pelea por la defensa de los avances sociales que están siendo atacados con mayor intensidad que nunca y tiene un claro carácter político.

En este sentido los sindicatos de clase CCOO y UGT, tienen una gran responsabilidad. Ahora es más necesario que nunca lanzar ya la convocatoria de una huelga general de la comunidad educativa en todo el Estado, no hay ninguna razón para no hacerlo. Los ataques se producen en todas partes, la conciencia entre padres, profesores y estudiantes de que esto es así, volvió a refrendarse el pasado 22 de octubre y la fuerza para que esta huelga sea masiva viene quedando patente desde el inicio del curso con movilizaciones a lo largo y ancho de todo el Estado, muchas de ellas convocadas por iniciativa de los propios profesores que han arrastrado a los sindicatos a apoyarlas.

Pero además es posible acumular mucha más fuerza. CCOO y UGT, son sindicatos que agrupan a todos los sectores de la clase obrera, que tienen implantación en todas las empresas, cuentan con miles de sindicalistas que tienen la posibilidad de dedicar su tiempo a la defensa de los trabajadores. En estas condiciones y ante los ataque tan decisivos que estamos sufriendo, en particular la enseñanza pública, es necesario y es la responsabilidad de los dirigentes de estos sindicatos, lanzar una campaña de asambleas, de resoluciones y acciones como concentraciones, etc, en todos los centros de trabajo, en todas las fábricas y empresas, en las que se exija la retirada de los ataques a la educación pública, también a la sanidad y el aumento drástico de las partidas presupuestarias destinadas a estos decisivos servicios sociales.

Los capitalistas, sus representantes y los que en la práctica siguen sus dictados, están decididos a que nuestras condiciones de estudios y de vida en general vuelvan a la de los años 30 del siglo pasado.

Tenemos la fuerza para evitarlo y los dirigentes de CCOO y UGT tienen la responsabilidad histórica de organizar, sin dudas, sin vacilaciones, sin medias tintas, la enorme energía que padres, profesores, estudiantes y trabajadores en general, hemos demostrado que estamos dispuestos a emplear para defender lo que es nuestro, nuestras conquistas, los elementos de civilización que tanto trabajo costó conseguir y que con tanta saña los parásitos de siempre nos intentan arrebatar.