Concretamente, Granada es una ciudad que vive de la hostelería y la población universitaria, una mina de oro para los empresarios. Muchos jóvenes no rechazan trabajos basura para poder pagar la matrícula de sus carreras o mantenerse durante el curso y hay que recordar que con el Plan Bolonia esto se agravará en los próximos años ya que prácticamente dependeremos de los bancos para que nos concedan una beca.
El Banco Santander, el primero del Estado español y uno de los más rentables a nivel mundial, ofrece una cuenta universitaria con muchas ventajas: no te cobran comisiones por mantenimiento hasta los treinta y dos años, las transferencias dentro de la UE son gratuitas y te adelantan el ingreso de las becas. Así, a primera vista, parece una buena oferta pero, como todo lo que viene de este sistema capitalista, tiene sus trampas.
Para vender esta Cuenta Súper Universitaria a los estudiantes, el Banco
Santander contrata a una ETT de Madrid para que, a su vez, busque a
jóvenes que necesitan desesperadamente un trabajo. Se les da el nombre
de "ejecutivos" y su función es ir por las facultades ofreciendo esta
maravillosa cuenta cobrando tres euros la hora a jornada completa,
poniendo más difícil llevar estudios y trabajo a la vez sin tener la
oportunidad de obtener un contrato a tiempo parcial. O todo o nada.
El engaño como método
No cabe duda de que la palabra que caracteriza la situación es engaño:
engaño en el producto en sí mismo y engaño en las condiciones laborales
de los trabajadores. Como cliente te cobran comisiones al hacer
transferencias y te quitan parte del dinero ingresado dependiendo de
las TAE. Además, la tarjeta de débito tarda en llegar a casa, se queda
olvidada en un rincón de la sucursal o simplemente nos dicen a los
"ejecutivos" que tenemos que destruirla alegando que la dirección
postal no es correcta y que no se puede enviar por lo que el cliente
que ha ingresado uno, dos o tres euros, no puede hacer uso de ese
dinero, su dinero.
Por otra parte, las trampas en las condiciones de los "ejecutivos" se resumen en que, por ejemplo, el gerente de la sucursal de la Facultad de Ciencias (que ni tan siquiera es nuestro jefe legal) nos llama "pandilla de inútiles, vagos, irresponsables y manada de rojillos", demostrando, en pocas palabras, la poca consideración y respeto hacia las personas y sobre todo, su clara tendencia ideológica. Irónicamente, en lo único donde no se equivoca es en que somos rojos. ¡Y más le vale!
Las consecuencias salen a la luz cuando a las pocas semanas de estar abriendo cuentas, los clientes vienen en tropel a la oficina quejándose de que no le ha ingresado el dinero, que le han cobrado una comisión de 2,5 euros al hacer algún movimiento o que le han dado una mala información, siendo los "ejecutivos" los que pongamos la cara para recibir las "bofetadas", las broncas y los malos modos por no haber vendido bien el producto dando una información que no es cierta.
Para desempeñar un buen trabajo y que te reconozcan lo mucho que vales
lo primero es que hay que creer en lo que haces. Pero, ¿cómo vamos a
creer en lo que hacemos si hace un año gritábamos "¡fuera los bancos de
la Universidad!" ¿Cómo vamos a trabajar bien sabiendo lo poco que nos
pagan y encima aguantar la ignorancia y pésima actitud de los gerentes?
¿Cómo trabajar bien sabiendo que eres partícipe de una estafa sutil y
de guante blanco (pero sigue siendo un robo, al fin y al cabo) a los
estudiantes y también a la gente trabajadora? ¡Se nos cae la cara de
vergüenza! Pero, ¿qué hacemos si no hay otro trabajo mejor?
¿Qué hacer?
Ante este crisol de precariedad, falta de moral y explotación, los
jóvenes estudiantes y trabajadores han de tomar posiciones para
defender sus derechos, como clase obrera y ante todo como personas. No
podemos seguir permitiendo que se aprovechen de nosotros (y esta vez sí
que es verdad) una pandilla de vagos, irresponsables y ladrones. Los
directivos de los cuatro bancos más importantes (Santander, BBVA, Banco
Popular y Banesto) tienen en sus arcas 416 millones de euros en
concepto de pensiones para cuando sus consejeros ejecutivos se
prejubilen mientras que un trabajador en el nivel más bajo de la
jerarquía sólo recibe 70.000 euros (El País, 4/10/2009).
Y ahora se sabe perfectamente de dónde consiguen parte de los millones: del robo a los ciudadanos y la explotación de los jóvenes trabajadores, esos mismos estudiantes que se sacan una carrera en la Universidad pública que permite la entrada a la banca privada. De hecho, el señor Emilio Botín visitó nuestra sucursal de la facultad de Ciencias el 9 de noviembre aprovechando una visita al rector de la Universidad.
Por eso, hay que organizarse para parar esta treta y seguir luchando
contra el Plan Bolonia y por la nacionalización de la banca bajo
control obrero. No podemos seguir permitiendo que nos tomen el pelo de
esta forma tan descarada.
¡Fuera los bancos de la Universidad!
¡Nacionalización de la banca bajo control obrero ya!