Contra la reforma de la Constitución
La convocatoria de una huelga general es más necesaria que nunca

En los últimos días del verano, aprovechando las fechas más complicadas y difíciles para la movilización, vacaciones para muchos, la cascada de ataques contra jóvenes y trabajadores ha arreciado.

El último la reforma de la Constitución, gracias a un acuerdo entre el PSOE y el PP. Una vez más la dirección del Partido Socialista ha claudicado ante los más poderosos profundizando su giro a la derecha. Estamos ante una de las mayores contrarreformas de las últimas décadas, ya que tras el hecho de fijar un tope legal para el déficit público no se esconde otra cosa que la garantía del pago de los multimillonarios intereses de la deuda pública a los grandes bancos a costa de una reducción drástica del gasto social  en la sanidad y la educación públicas, entre otros. El objetivo no es otro que el de generalizar y endurecer en el conjunto del Estado recortes como los aprobados por el PP en Madrid y Castilla La Mancha en la educación pública, o los aplicados también por CIU en la sanidad y la educación públicas en Catalunya, un anticipo de lo que está por venir. Más aún ante una previsible victoria del PP en las Elecciones Generales del 20 de Noviembre. Todo ello gracias a una reforma de la Constitución que ni siquiera va a ser sometida a Referéndum.

 

Por otro lado, y al mismo tiempo, se han aprobado nuevas medidas, que constituyen una nueva contrarreforma laboral encubierta, permitiendo el encadenamiento indefinido de los contratos temporales (hasta ahora tenían un tope de dos años a partir de los cuales el trabajador pasaba a ser indefinido) y generalizando el conocido como “contrato de aprendizaje” hasta los 30 años, que a la vez que implica salarios de miseria para trabajadores jóvenes exime al empresario de pagar las cuotas a la seguridad social. En definitiva, una nueva vuelta de tuerca en la precarización y temporalidad laboral de jóvenes y no tan jóvenes.

Ante esta ofensiva brutal contra las condiciones de vida de la clase trabajadora y el futuro de la juventud, desde el Sindicato de Estudiantes pensamos que la única salida es la movilización general de jóvenes y trabajadores, continuando con el proceso de de lucha que se inició con la huelga general del 29 de Septiembre y que, lamentablemente, los dirigentes sindicales de UGT y CCOO frenaron en seco  volviendo a la senda del pacto social. Los hechos demuestran de forma irrefutable que tal actuación por parte de las cúpulas sindicales no ha cosechado sino nuevos ataques, como la reforma de las pensiones o los citados más arriba. Esta política de pactos y desmovilización contrasta abiertamente con la fuerza que ha demostrado el movimiento 15-M, un auténtico estallido social que desmiente los argumentos de todos los escépticos respecto a la capacidad de lucha y la fuerza de la juventud y la clase obrera a la vez que cuestiona la desmovilización impuesta por las direcciones sindicales. En decenas y decenas de ciudades y pueblos manifestaciones masivas protagonizadas por jóvenes, pensionistas, parados, trabajadores y, por supuesto, delegados sindicales y afiliados descontentos con la política de sus organizaciones, han salido a la calle en múltiples ocasiones para mostrar su oposición no sólo a las reformas puntuales, sino al modelo de funcionamiento del sistema capitalista y a la disposición del gobierno del PSOE a favorecer los intereses de los grandes bancos y empresarios a costa de atacar a su base social, a la vez que han reivindicado métodos genuinamente democráticos y participativos para adoptar las decisiones.

Tras el anuncio y aprobación de la Reforma Constitucional se han producido varias movilizaciones del movimiento 15-M. También los sindicatos CCOO y UGT han convocado concentraciones y una manifestación en Madrid el martes 6 de Septiembre. Desde el Sindicato de Estudiantes estamos participando activamente en todas ellas. Sin embargo, tal y como hemos insistido a las direcciones sindicales siempre que hemos tenido oportunidad, es absolutamente insuficiente la convocatoria de concentraciones y manifestaciones para hacer frente a todos estos ataques. Es por ese motivo que, desde el Sindicato de Estudiantes llamamos a participar en las movilizaciones convocadas, incluida la del día 6 de Septiembre, por CCOO y UGT, si bien no hemos firmado el manifiesto convocante propuesto por estas mismas organizaciones. No estamos de acuerdo con que, a la par que se convoca esta movilización, se pise el freno de la movilización social, restringiéndola únicamente a esta reforma y haciendo caso omiso al clamor favorable a una nueva convocatoria de Huelga General. Más aún cuando este manifiesto introduce una cascada de loas a la Constitución, esa misma constitución que dice garantizar un acceso a la vivienda, a un puesto de trabajo digno o la defensa de la educación y la sanidad públicas, derechos que son pisoteados día tras día. No es en esta Constitución ni en “todos los grupos parlamentarios” independientemente de su color político, en los que este manifiesto deposita sus esperanzas para detener esta reforma en quienes debemos confiar para resolver los acuciantes problemas que sufrimos las familias trabajadoras. En quienes hay que depositar nuestras expectativas de cambio y freno de estas contrarreformas es en la fuerza de la clase obrera y la juventud movilizada. Los dirigentes de CCOO y UGT tienen que dar un giro a su táctica sindical. No se conseguirá nada con ruedas de prensa o negociaciones si estas no se apoyan en la fuerza real de un amplio movimiento que de cabida y protagonismo a quienes somos víctimas de esta crisis y los ataques que de ella se derivan. Son necesarias movilizaciones contundentes, con continuidad en el tiempo y decididas a  llegara hasta el final, basadas en métodos democráticos que den la palabra y el protagonismo en la toma de decisiones a la base del movimiento, a los jóvenes, trabajadores y parados.

Es urgente recuperar la senda de la movilización general, algo para lo que el movimiento iniciado el 15 de Mayo ha supuesto un enorme impulso. Pero, para ello, es imprescindible que CCOO y UGT rectifiquen y retomen la senda del 29- S, convocando una nueva huelga general y uniendo sus fuerzas con el movimiento 15- M para profundizar en un proceso serio de movilizaciones con el objetivo de frenar los ataques.

No a la Reforma de la Constitución

No al pago de la deuda. Incremento del gasto público Ya

Contra los ataques, movilización general de jóvenes y trabajadores

Por la convocatoria de una nueva huelga general