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¡Contra la dictadura de los banqueros y los recortes sociales!

¡Como en Portugal, Francia, Grecia y el mundo árabe!

¡Impulsar el movimiento con nuevas acciones y manifestaciones que confluyan en una nueva huelga general!

 

Las movilizaciones que en todo el Estado español protagonizamos decenas de miles de jóvenes, estudiantes, trabajadores y parados el 15 de mayo pasado, y que han tenido continuidad a lo largo de esta semana especialmente con las concentraciones de miles de manifestantes en la Puerta del Sol de Madrid y en otras muchas ciudades, han sorprendido en todo el mundo.Sin embargo, la explicación de las mismas es algo que todos conocemos: responden a la falta de trabajo, a la precariedad laboral, a los salarios de 600 y 700 euros, a la imposibilidad de emanciparnos y a la ausencia de un futuro digno para la mayoría de la población bajo el sistema capitalista.

La fuerza demostrada en la calle por decenas de miles de jóvenes ha asustado a muchos. La derecha, y sus medios de comunicación afines, ya están comenzando su campaña de criminalización contra nuestra lucha. El PP, el partido del neofranquismo, no tiene ninguna autoridad moral para hablar de libertades y democracia. Ya les conocemos cuando estuvieron en el poder, conocemos su posición respecto a la guerra en Iraq y como defienden con uñas y dientes los intereses de los empresarios y los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Desde el gobierno, por otra parte, se lanzan guiños a nuestra lucha y muchos ministros del PSOE dice ahora “comprender” nuestra rabia y nuestras reivindicaciones. Pero lo que obvian es que durante los últimos años hemos tenido que soportar recortes y ajustes aprobados por ellos, que han frustrado las esperanzas de millones. Medidas en exclusivo beneficio de los bancos y las grandes empresas, que están obteniendo beneficios multimillonarios a nuestra costa. Aceptando la lógica del mercado, dando la espalda a su base social y claudicando ante la gran banca y los poderes empresariales, el gobierno de Zapatero recortó en mayo del año pasado el 5% de los salarios a los empleados públicos, tomaron más medidas para privatizar la enseñanza pública y la Universidad (Bolonia) y aprobaron la Reforma Laboral que abarató y facilitó el despido a niveles nunca vistos, entre otras medidas. Después vimos la firma, por parte de los dirigentes de CCOO y UGT con el gobierno y la patronal, de una Reforma de las pensiones que impone la edad de jubilación a los 67 años. Y ahora ya sabemos que tras las elecciones municipales llegarán nuevos ataques y recortes, como hemos visto en Catalunya con el gobierno de CiU y que han sido respondidos con la movilización de cientos de miles de trabajadores y jóvenes.

Continuar la lucha con más organización y un programa revolucionario

Ahora es necesario fortalecer estas movilizaciones, redoblando los esfuerzos en la convocatoria de las próximas acciones. La propuesta de continuar la movilización hasta el 22 de mayo tiene que reforzar la batalla contra los recortes sociales, contra el paro juvenil y la dictadura de los banqueros.

Como la experiencia de estos días demuestra, el movimiento iniciado necesita organizarse mejor y dotarse de un programa de lucha claro y coherente. Como es público, la Plataforma Democracia Real Ya, promotora de la movilización, ha planteado reivindicaciones progresivas con otras que hacen hincapié en el apoliticismo de las manifestaciones. En nuestra opinión es realmente contraproducente estimular prejuicios contra la organización y contra la participación en política. De la misma forma, las afirmaciones públicas de que estas movilizaciones no tienen ideología, o que cabemos todos, tanto “conservadores como progresistas”, esconden y ocultan la auténtica realidad. Y esta realidad es que las victimas de la crisis, del paro, la precariedad, los bajos salarios, la represión, tienen nombre y apellidos: son los trabajadores, los jóvenes de los barrios obreros, los desempleados, es decir la base social de la izquierda. En las manifestaciones no hay hijos de papa de los barrios burgueses. Por eso hay que huir de todo oportunismo en el contenido de la movilización que sólo sirve para que los medios de comunicación nos presenten como algo inocuo y asimilable, como un cuchillo sin filo, inofensivo.

Sin duda el abandono que los jóvenes y los trabajadores hemos sufrido por parte de las direcciones sindicales y de los grandes partidos de la izquierda durante mucho tiempo, han generado un ambiente de frustración y rechazo hacia la “política oficial”. Pero es necesario resaltar que toda la situación que padecemos es responsabilidad y consecuencia de un sistema económico y unas políticas muy concretas. Los culpables de que no tengamos casa, no tengamos trabajo y nos vayamos a quedar sin pensiones son los banqueros y los grandes empresarios que se han lucrado durante décadas con la explotación de nuestras familias y que una vez llegada la crisis de su sistema nos la están haciendo pagar; por supuesto, también son responsables aquellos partidos y organizaciones que defienden sus intereses y adoptan medidas contra la mayoría de la población. Si queremos democracia real, esto pasa por transformar la sociedad y acabar el capitalismo. La democracia sin justicia social no es real. Queremos democracia, la democracia de la mayoría, de los trabajadores y la juventud.

Para lograr la victoria en esta lucha es fundamental levantar un programa revolucionario y anticapitalista, que nos permita ganar el apoyo del movimiento obrero, de cientos de miles de trabajadores, de miles de delegados sindicales, que también sufren la crisis y se oponen a la política de sus dirigentes. La dirección de CCOO ha emitido un comunicado complaciéndose de las movilizaciones de la juventud. Pero eso es totalmente insuficiente. El movimiento debe exigir, alto y claro, a las direcciones de los sindicatos mayoritarios (CCOO-UGT) que abandonen la política de pactos y claudicaciones que sólo nos trae nuevos y más duros ataques, y confluyan en los hechos con nuestra lucha organizando una nueva huelga general. ¡Ese es el camino! Los trabajadores tienen la fuerza, como ya se demostró en la huelga general del pasado 29-S y en las manifestaciones masivas de aquel día, para parar la producción y la vida del país. La participación y confluencia con la clase obrera será fundamental para aumentar la profundidad y extensión de las movilizaciones actuales, como hemos visto en Grecia, en Portugal, en Francia y el mundo árabe.

La organización y un programa de izquierdas consecuente, revolucionario, son elementos claves en una batalla contra quienes tienen en sus manos los resortes del poder y el control de los grandes medios de comunicación.

• Retirada inmediata de todos los planes de ataque contra la juventud y las familias trabajadoras.
• No a los recortes presupuestarios en sanidad, educación y en las prestaciones sociales.
• Basta de regalar dinero público a los banqueros, empresarios y especuladores. ¡Que se nacionalice la banca para emplear los recursos de todos en obras públicas, sanidad y educación, dando empleo a millones de parados!
• No a la contrarreforma laboral y el despido barato. No al recorte de las pensiones y a la ampliación de la edad de jubilación.
• Contra el paro: Subsidio de desempleo indefinido de 1.100 euros al mes hasta encontrar un puesto de trabajo. Reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin reducción salarial.
• Inicio de un plan económico para crear empleo (inversiones en infraestructuras, servicios sociales y otras industrias) no basado en los intereses de los capitalistas sino en los intereses de la mayoría.
• Incremento drástico de los impuestos a las grandes fortunas, a los beneficios empresariales y a la banca. Combatir el fraude fiscal y la fuga de capitales con la confiscación de los patrimonios y de las cuentas de los ricos implicados.
• Basta de represión contra la juventud.

¡Como en Portugal, Francia, Grecia y el mundo árabe!
¡Contra el capitalismo y su crisis!
¡No a la dictadura de los banqueros, no a los recortes sociales!
¡Impulsar el movimiento con nuevas acciones y manifestaciones que confluyan en una nueva huelga general!