Las reuniones iniciales entre el gobierno y los sindicatos sobre la contrarreforma de las pensiones se han transformado en la negociación de un gran pacto social en el que se ha invitado a participar a la patronal y el PP. La reforma de las pensiones planteada por el gobierno del PSOE, que pretende aumentar la edad de jubilación hasta los 67 años, supondría además recortar la cuantía de las pensiones entre un 20 y un 25% según estimaciones de los propios sindicatos.

 

Este nuevo ataque a conquistas y derechos históricos de los trabajadores, que va a afectar gravemente a toda la juventud, se suma a los planes de ajuste aprobados por el gobierno desde el mes de mayo: congelación de las pensiones y el gasto social; reducción del 5% en los salarios de los empleados públicos; aumento de los impuestos indirectos y potenciación de las ETTs;  eliminación de las ayudas por hijo de 2.500 euros y de los 426 euros para los desempleados que ya no cobran el paro (más de un millón y medio de personas); privatización de AENA y, en colaboración con las Comunidades Autónomas, un recorte extra de 1.800 millones de euros en educación. En esta larga lista de recortes y ataques se añade ahora una subida del 10% de la factura de la luz.

Desde el gobierno, la patronal, y lamentablemente también desde las direcciones de CCOO y UGT, se ha producido una unanimidad a la hora de declarar que el objetivo común de estas negociaciones es “ahuyentar el fantasma de la Huelga General”. Como no podía ser de otra forma, los medios de comunicación, ya sean públicos o privados, dirigidos por el gobierno o financiados por los grandes capitales, se han sumado al coro de voces que, de forma machacona, nos intentan convencer de que la clase obrera y la juventud no debemos luchar activamente contra todos estos ataques, sino permanecer pasivos ante una política económica por parte del gobierno que nos convierte en víctimas y paganos de una crisis en la que no tenemos ninguna responsabilidad.

Somos muchos los jóvenes y trabajadores que asistimos con estupor a este nuevo escenario, en el que los dirigentes sindicales pretenden convencernos de la cuadratura del círculo: que estos acuerdos, que de producirse avalarían los ataques antes mencionados, serían positivos para las familias trabajadoras. Pero la realidad es bien diferente: las contrarreformas planteadas sólo tienen como beneficiarios a los grandes empresarios, la gran banca y los grandes especuladores internacionales, los auténticos responsables de la crisis que sufrimos la mayoría de la población. Los secretarios generales de CCOO y UGT, Toxo y Méndez, parecen olvidar como el proceso de “negociación” de la reforma laboral iniciado antes del verano finalizó, tras meses de debates estériles, con la imposición de la contrarreforma laboral más reaccionaria y lesiva para los intereses de los trabajadores y la juventud de los últimos 35 años.

Es evidente que, a pesar de haber llegado al gobierno gracias al voto de millones de trabajadores y jóvenes de izquierdas, Zapatero ha cedido escandalosamente ante las exigencias de la banca y las grandes empresas. Especialmente significativa fue la reunión que mantuvo el Presidente del gobierno el pasado 27 de noviembre en la Moncloa con 37 de los mayores capitalistas españoles. Encuentro en el que aprovechó para reiterar una vez más su firme compromiso con la aplicación de una batería de nuevos ataques, entre los cuales la reforma de la pensiones es sólo una parte.

Esta política económica, que provoca tantos retrocesos y dificultades para millones de asalariados, parados y pensionistas, exige una respuesta acorde con  la gravedad de la misma. Los dirigentes sindicales deben reconocer la realidad: los planes salvajes que hay encima de la mesa para acabar con derechos sociales fundamentales sólo se podrán parar con una movilización contundente, extensa, masiva y sostenida en el tiempo. Los líderes de CCOO y UGT, en lugar de colaborar con unas negociaciones que en realidad son una farsa, en lugar de introducir confusión y provocar una atmósfera de desmovilización, deberían dar una respuesta ejemplar y decidida, empezando por romper con esta negociación farsa que sólo es una táctica del gobierno por ganar tiempo mientras prepara la aprobación de sus planes en el Consejo de Ministros del próximo 28 de enero.

Desde el Sindicato de Estudiantes consideramos que en la actual situación, con más de cuatro millones y medio de parados mientras los grandes capitalistas aumentan escandalosamente sus beneficios, es necesario que los dirigentes sindicales planten cara al Gobierno y a la patronal, dejando claro que no van a permitir un nuevo retroceso en nuestras condiciones de vida. En las próximas semanas nos encontraremos con importantes oportunidades para tratar de revertir esta situación. Los sindicatos ELA y LAB en Euskal Herria y la CIG en Galicia han convocado Huelga General para el próximo 27 de Enero, CCOO y UGT deberían aprovechar esta convocatoria extendiéndola al resto del Estado cambiando así por completo el panorama político. Desde el Sindicato de Estudiantes hacemos un llamamiento a todos los jóvenes de Galicia y Euskal Herria a participar en la Huelga General del 27-E, a la vez que discutiremos un plan de acción para llevar a cabo en los centros de estudio con el fin de lograr una convocatoria estatal de huelga general.

Los dirigentes de CCOO y UGT deben dar un giro completo a su estrategia. La única forma de frenar estos ataques es a través de la movilización masiva y contundente de la clase trabajadora y la juventud. El Sindicato de Estudiantes propone continuar el camino emprendido el 29-S, convocando una nueva huelga general de manera inmediata en todo el estado español, que suponga un paso adelante. Informando empresa a empresa, fábrica a fábrica, centro a centro, celebrando asambleas en las que explicar que la movilización y la organización es la única alternativa realista para frenar estos ataques.

¡Obreros y estudiantes, unidos y adelante!
¡Únete al Sindicato de Estudiantes para luchar por un futuro digno!


•    No al plan de ajuste. Ni Reforma Laboral ni Reforma de las Pensiones. ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
•    Jubilación a los 60 años, con el 100% del salario y contratos de relevo para la juventud en paro
•    En defensa de la educación pública, científica, democrática, laica y gratuita. No al recorte de las gasto educativo. No a la privatización de la enseñanza. ¡No a Bolonia!
•    Un puesto de trabajo digno al finalizar los estudios, o subsidio de desempleo indefinido de 1.100 euros al mes.
•    Ningún recorte en salarios, sanidad, educación y pensiones. Aumento drástico del gasto público en los servicios sociales para dar empleo a cientos de miles de trabajadores y jóvenes licenciados en desempleo
•    Aumento drástico de los impuestos a las grandes fortunas, a los beneficios empresariales y a la banca.
•    Nacionalización de la banca bajo el control democrático de los trabajadores y sus organizaciones.