Hace unos días comenzaba el juicio a cinco miembros de “la manada”, acusados de violar en grupo a una joven de 18 años en San Fermines. La campaña de criminalización de la víctima durante estos días en los medios de comunicación ha sido salvaje y el lavado de cara de los acusados presentándolos como auténticas víctimas de esta situación ha sido aun más escandaloso.

Sin embargo, la respuesta de la movilización no se ha hecho esperar. Ante la indignación de cientos de miles de personas, se convocaron movilizaciones en muchas ciudades de todo el Estado que fueron un éxito rotundo. En Madrid, se convocó una concentración frente al Ministerio de Justicia. Miles de personas acudieron a protestar contra lo que está siendo un auténtico juicio público de la víctima, cuestionando la veracidad de sus palabras e incluso culpándola por lo sucedido. En el caso de Madrid, las calles aledañas al Ministerio de Justicia se colapsaron hasta tal punto, que los trenes que pasaban por la estación de Noviciado tuvieron que dejar de parar. La calle se inundó de gritos de jóvenes y trabajadoras que exigían justicia para la víctima de la violación, un castigo ejemplar para La Manada y protestaban por la impunidad sistemática que existe en tantos casos en los que las mujeres víctimas de la violencia machista pasamos a ser las culpables y se nos humilla y cuestiona públicamente.

 

Después de varias horas, la concentración se convirtió espontáneamente en una manifestación que cruzó la Gran Vía hasta llegar a Sol. Miles de personas avanzaban en una movilización completamente masiva con gritos como “¡no estás sola, venimos en manada!”.

Sin lugar a duda, estas movilizaciones y las que tendrán lugar el próximo 25 de noviembre, son una muestra más de la enorme capacidad que tenemos las mujeres cuando nos ponemos en marcha. Tenemos la fuerza y la capacidad para hacer tambalear este sistema que nos oprime hasta el punto de hacernos culpables de los crímenes que se cometen contra nosotras, que nos condena a peores trabajos y a una vida más precaria, a soportar sobre nosotras de una forma más dramática el peso de la crisis, que nos cuestiona y ampara a aquellos que cometen todo tipo de agresiones contra nosotras. Por este motivo es necesario que nos organicemos y luchemos contra este sistema que nos niega ser dueñas de nuestra propia vida. Solo organizadas podremos construir una sociedad libre de todo tipo de opresión.

¡Basta ya de justicia machista!
¡Únete a Libres y Combativas y construye con nosotras un movimiento feminista revolucionario y anticapitalista!