El pasado día 13, el conocido “cómico” de internet, Jorge Cremades, concedía una entrevista a “El Español” donde pudimos leer todo tipo de opiniones machistas y de los tópicos más repugnantes sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Así, al ser preguntado por la periodista sobre si existe la amistad entre un hombre y una mujer Cremades se despacha alegremente: “Tengo, tengo amigas. Tengo amigas que son lesbianas y tengo que ser su amigo, porque no puedo hacer otra cosa”.
 
A continuación desgrana toda una serie de prejuicios y bulos sobre las mujeres, el feminismo, etc, para terminar afirmando que “hay estadísticas que dicen que realmente hay más violaciones a hombres que a mujeres, y de eso no se habla.” Esta última afirmación obviamente es completamente falsa.  Si nos remitimos a los datos oficiales (que son sólo la punta del iceberg), según el Anuario Estadístico de 2015 del Ministerio de Interior, ese año hubo 82 víctimas masculinas de agresión sexual frente a 827 femeninas, es decir, 10 veces más.
 
Estas declaraciones están completamente en línea con los postulados machistas y misóginos que tratan de negar la violencia estructural contra las mujeres. No son un error que cometes en una mala entrevista, como después ha querido justificar en varios medios. Son declaraciones que solo pueden salir de un elemento que no entiende, o no quiere entender, lo que significa ser mujer bajo el sistema capitalista, que niega la opresión, la humillación o el miedo que vivimos las mujeres día a día, por el simple hecho de serlo. 
 
Por supuesto, no nos sorprende puesto que este personaje, que es además imagen de varias marcas, no solo banaliza la violencia contra las mujeres, si no que además la fomenta con sus videos a través de internet, donde tiene una audiencia de millones de personas en redes sociales. A pesar de decir en esa misma  entrevista que no bromearía nunca con temas como “el maltrato animal, ni el machismo, ni el bullying, ni de gente bulímica”, muestra siempre a las mujeres como histéricas, tontas, indecisas, pesadas y que solo sirven como objetos sexuales, fomentando los peores prejuicios que se nos imponen día a día.
 
Incluso tiene varios videos en los que hace claramente apología de la violación. Como un video en el que enseña a los chicos como llevarse a una chica a la cama, sedándola con cloroformo y secuestrándola, u otro en el que aparece una chica borracha y desorientada y él y sus amigos se pelean por ver cual de ellos “se la queda”. Es imposible no ver estos videos sin que nos venga a la cabeza la reciente violación múltiple en los San Fermines. Sin embargo, Cremades dice cínicamente de este último: “Es que, ¿ves? Yo cuando hago ese vídeo, en ningún momento se me pasa por la cabeza una violación. Ni del palo.”
 
¿Qué se le pasa entonces por la cabeza a Jorge Cremades? ¿Por qué a él y a sus amigos les interesa tanto que esté borracha y sola? Precisamente ese vídeo ilustra a la perfección los aspectos que definen la cultura de la violación: normalización de los abusos sexuales, cosificación de la mujer, culpabilización de la víctima (por estar borracha) la negación de la violación y la impunidad.
 
Videos de este tipo no hacen otra cosa que fomentar y normalizar esta lacra que es el machismo. Una lacra completamente inseparable del sistema capitalista. Un sistema que condena a las mujeres trabajadoras a tener peores salarios y que sean dependientes económicamente, a cargar no sólo con los estudios y/o el trabajo sino también con las tareas domésticas o el cuidado de familiares mayores e hijos, a verse sometidas bajo el papel que imponen las diferentes religiones, etc.
 
Las compañeras y compañeros del Sindicato de Estudiantes rechazamos que individuos como Jorge Cremades, que asimilan y reproducen lo peor de este sistema sea reconocido como un ejemplo a seguir para la juventud. Frente a los prejuicios machistas, la opresión y la violencia de género, reivindicamos la organización de la juventud, la necesidad de debatir en nuestros institutos y facultades sobre todos los aspectos que perpetúan la desigualdad de la mujer, el machismo, el patriarcado, etc. Sólo comprendiendo sus causas, podremos combatirlo eficazmente, a través de la lucha conjunta, no solo de las mujeres que vivimos esta opresión, sino de quienes padecemos cualquier tipo de opresión, ya sea de clase, nacionalidad o género. Porque solo luchando conjuntamente por acabar con este sistema y construir una alternativa en la que nadie sea oprimido, podremos acabar con el machismo.