¡Ahora hay que echar a Rajoy y su Gobierno!
¡Sí se puede!


Los resultados de las elecciones han trasladado a las instituciones el grito del 15M y de la PAH: ¡Sí se puede! El 24 de mayo la derecha ha sufrido una derrota histórica: ¡pierden casi dos millones y medio de votos respecto a las elecciones municipales de 2011! Hemos echado al PP de toda una serie de ayuntamientos y comunidades en las que llevaban gobernando incluso décadas, como ha sido el caso de la ciudad de Madrid o Valencia. El giro a la izquierda ha propiciado que el Partido Popular pierda la mayoría absoluta en todas las comunidades, incluidas Castilla-La mancha o la Comunidad Valenciana, consideradas bastiones inexpugnables para la izquierda y un emblema de los recortes en los servicios públicos y la corrupción.

Durante estos últimos cuatro años el PP se ha enfrentado a la movilización de los trabajadores en contra de su reforma laboral, del colectivo sanitario en contra de la privatización de la sanidad, a los profesores, padres y estudiantes contra la obsesión enfermiza del ministro Wert de destruir la educación pública. Este gobierno está desde hace mucho en minoría absoluta en la calle. Y precisamente esa ha sido la clave del avance electoral de la izquierda: la movilización y la lucha. Además, estos magníficos resultados electorales deben y pueden ser la antesala de la victoria de la izquierda que lucha en las elecciones generales.

La izquierda que lucha avanza con paso firme

El punto principal de estas elecciones ha sido la ola de entusiasmo que ha generado la irrupción de las candidaturas de unidad popular, que allí donde se han presentado han obtenido unos resultados espectaculares. Es el caso de Barcelona en Comú, la candidatura encabezada por Ada Colau, que ha irrumpido en el panorama político de la ciudad de Barcelona, otro de los epicentros de la lucha contra los recortes, convirtiéndose en la lista más votada. Que la cabeza de lista sea la dirigente de uno de los movimientos más combativos y respetados de estos últimos años, que la futura alcaldesa de Barcelona haya sufrido la represión policial por luchar contra los desahucios, es una demostración de la profundidad del giro a la izquierda. La autoridad política conquistada en la pelea por los derechos de las familias combinada con la enorme expectación de tener una candidatura unitaria de la izquierda que lucha, de los movimientos sociales, ha permitido una victoria sin precedentes. Ese es el camino a seguir, en las urnas y en la movilización.

Las primeras medidas que Barcelona en Comú pondrá en marcha desde la alcaldía suponen un importantísimo paso adelante: contratar a empresas que respeten los derechos laborales para combatir la precariedad desde el Ayuntamiento, garantizar el derecho a la vivienda dedicando “el máximo de recursos del Ayuntamiento a evitar los desahucios por razones económicas y a garantizar un realojo digno a quienes lo necesiten”, reforzar los servicios de comedor desde la guardería a los institutos para acabar con los casos de malnutrición infantil, la gratuidad del transporte hasta los 16 años y un 80% de descuento en los abonos trimestrales para las personas en paro o con una renta inferior al salario mínimo interprofesional. Pero, sin duda, el punto estrella es acabar con las privatizaciones para que los servicios públicos dejen de ser un lucrativo negocio para unos pocos.

Si se puede hacer una política en beneficio de las familias trabajadoras

Especialmente dulce ha sido también la victoria de Ahora Madrid, candidatura encabezada por Manuela Carmena, que ha derrotado a la odiada Esperanza Aguirre, esa condesa arrogante, acabando así con 24 años de gobierno de la derecha que han dejado a su paso una enorme mancha de corrupción y servicios privatizados. Este éxito tiene una extraordinaria trascendencia, teniendo en cuenta que Esperanza Aguirre es la adalid de los recortes en los servicios públicos y la ideóloga de la privatización de los siete hospitales madrileños derrotada por la Marea Blanca.

Manuela Carmena ha declarado que sus primeras medidas como alcaldesa antes de que empiece el otoño el próximo 21 de septiembre serán cinco:

1. “Poner todos los medios y recursos municipales para la paralización de desahucios y desalojos de primera vivienda y para garantizar una alternativa habitacional”.
2. “Parar la privatización de los servicios públicos, la externalización de servicios municipales a grandes empresas y la venta de patrimonio público”.
3. “Garantizar los suministros básicos (luz y agua) a todos los hogares que no puedan pagarlos”.
4. “Garantizar el acceso a las prestaciones sanitarias municipales y a acciones de prevención y promoción de la salud a todas las personas con independencia de su situación administrativa”.
5. “Desarrollar un plan urgente para la inserción laboral de jóvenes y parados de larga duración”.

Continuar luchando para echarlos también de La Moncloa


Esta victoria es el fruto de la rebelión social que durante los últimos años ha inundado las calles con cientos y cientos de miles de personas en defensa de la sanidad y la educación públicas, del empleo, del derecho a una vivienda digna… La lucha sirve, la lucha paga. Y si la banca, los grandes empresarios y los políticos reaccionarios intentan impedir que estas medidas se pongan en práctica, aquí estamos, los jóvenes y los trabajadores dispuestos a defender nuestros derechos. ¡Ese es el camino!