A pesar de las fechas veraniegas, mas de mil profesores abarrotaron ayer el salón de actos del IES Beatriz Galindo de Madrid para organizar la respuesta a la última oleada de ataques a la educación pública por parte del Gobierno del Partido Popular.

La asistencia desbordó totalmente las expectativas de los dirigentes sindicales, ya que este salón cuenta con 450 asientos, y hubo momentos en los que incluso se propuso realizar la asamblea en el patio para que todos pudiesen participar. Los pasillos, el escenario y todos los rincones del salón de actos estaban abarrotados de profesores, fundamentalmente de secundaria, que se agolpaban tratando que los cientos de compañeros que estaban a las puertas pudieran entrar, algo que fue imposible.

Pero la asistencia no fue lo único que sorprendió a los dirigentes sindicales; frente al plan de acciones que se proponía desde la mesa, consistente en caceroladas, encierros y otras medidas simbólicas, dejando la posibilidad de una huelga para más adelante, los profesores fueron claros: el debate que se dio en el turno de palabras no era si había que hacer huelga o no, sino si era más favorable hacer la huelga los días 1 y 2 de septiembre, boicoteando por tanto el inicio de curso, o si era mejor esperar a los primeros días lectivos para hacerla.

Este clima de confianza en las propias fuerzas y de disposición a la lucha no es nuevo entre los profesores. Recordaba mucho al ambiente que se respiraba en las maravillosas movilizaciones que se dieron durante el curso 2007/2008, en especial en las huelgas del 7 y 21 de mayo, que tuvieron un seguimiento del 90% entre el profesorado y total entre los estudiantes, la última fecha además con una manifestación de más de 100.000 personas. Como muy bien se han encargado de señalar algunos compañeros, “si esas movilizaciones no llegaron a buen puerto fue porque la estrategia de los dirigentes sindicales después de eso fue equivocada.” En vez de continuar al alza las movilizaciones al inicio del siguiente curso, se dispersaron las fuerzas en multitud de concentraciones que acabaron cansando y frustrando al ver que el movimiento no avanzaba.

Los profesores han aprendido estas lecciones y no quieren que se vuelvan a repetir estos errores. La brutalidad de los ataques y el buen sabor de boca que han dejado las manifestaciones masivas del movimiento 15M han dado nuevas fuerzas a la lucha por la educación pública. Una de las ideas en las que se hizo más hincapié fue que esta huelga había que convocarla desde los centros y con la participación activa no sólo de los profesores, sino de los padres y los estudiantes. Reflejo de esto fue la calurosa acogida que tuvo el saludo del Sindicato de Estudiantes y nuestro apoyo y disposición para movilizarnos conjuntamente en defensa de la educación y los servicios públicos.

De lo que se trata ahora es de que todo este entusiasmo se concrete en una fecha de movilización. CCOO y UGT tienen la responsabilidad de fijar una fecha de huelga general educativa para el mes de Septiembre en la próxima asamblea, que se celebrará a finales de Agosto, para la cual desde ya nos sumamos convocando huelga general de estudiantes en la Comunidad de Madrid.