Por una sanidad y unas residencias 100% públicas

Durante esta pandemia hemos podido comprobar en nuestras propias carnes las consecuencias de décadas de políticas de privatización y recortes por parte del PP en la Comunidad de Madrid. Fruto de las mismas, la pandemia ha producido una auténtica matanza, habiendo fallecido más del 10% de los usuarios en las residencias de mayores. Ahora además hemos conocido una serie de mails que demuestra que el Gobierno de Ayuso abandonó a miles de mayores a su suerte condenándoles a una muerte segura, negándose a trasladarles a un hospital de cara a poder ser tratados contra el COVID-19. Eso sí, aquellos que tenían seguros privados no tuvieron problemas, siendo atendidos el 100% de los mismos. De nuevo queda claro que la enfermedad si entiende de clases, si entiende de ricos y pobres.

El propio Gobierno de la CAM admite que la sanidad pública colapso fruto de la pandemia. Pero, ¿por qué? ¿Era inevitable esta situación? ¿No existen los recursos para afrontar una pandemia de estas características en pleno siglo XXI? ¡Por supuesto que no! La realidad es que la sanidad madrileña colapso fruto de la política incesante de recortes y privatizaciones impulsadas por el Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes, Ignacio González y ahora Isabel Díaz Ayuso. Durante años se ha recortado en camas, en personal y en medios materiales, al tiempo que se convertían la sanidad y servicios asociados (limpieza, lavanderías, cocinas, etc.) en un lucrativo negocio para empresarios como Florentino Pérez. Lo mismo ha ocurrido con las residencias de mayores y dependientes, que en Madrid están mayoritariamente en manos de fondos de inversión y grandes empresas. Negocian con nuestra salud y negocian con nuestra vejez, y las consecuencias las pagamos todas y todos con miles de muertos.

Privatizaciones, precariedad laboral y despidos. ¡La Marea Blanca debe tomar las calles!

A pesar de todo lo que ya hemos vivido, el PP y Ciudadanos no se cortan un pelo y continúan con estas mismas políticas de cara a seguir garantizando los negocios de sus amiguetes. Recientemente han anunciado nuevas privatizaciones, del servicio de limpieza del Gregorio Marañón, o los primeros pasos de cara a la futura privatización del Hospital Niño Jesús. Por otro lado, la situación de precariedad crónica de los sanitarios se profundiza, habiendo encadenado contratos temporales de uno o tres meses en plena situación de pandemia para finalmente ser despedidos. ¡Así es como la CAM se prepara para un rebrote! ¡Es una auténtica vergüenza!

Fruto de esta situación, los médicos residentes están planteando comenzar una huelga a partir del 13 de julio contra la precariedad laboral y los despidos. Ese es el camino a seguir, como ya ocurrió con la Marea Blanca, cuando cientos de médicos de la CAM se organizaron contra el intento de privatización de 6 grandes hospitales públicos, fueron a la huelga durante días, y convocaron manifestaciones multitudinarias en defensa de la sanidad pública. El resultado de esta acción decidida fue la paralización de esas privatizaciones y la dimisión del Consejero de Sanidad responsable de las mismas. Hoy tenemos más razones y más fuerza para levantar una nueva Marea Blanca más masiva y contundente.

¡Fuera Ayuso y su Gobierno! ¡La sanidad pública no se vende, se defiende!

Necesitamos echar al Gobierno de Díaz Ayuso, que continúa profundizando sus políticas de recortes y privatizaciones. Unas políticas que contribuirán a agravar la catástrofe cuando se produzca un rebrote. Es necesario que las fuerzas de izquierdas en la Asamblea de Madrid (Más Madrid, Unidas Podemos y el PSOE) exijan ya la dimisión de Díaz Ayuso y su Gobierno. No basta con pedir una comisión de investigación sobre lo que ya resulta evidente. Por otro lado, el Gobierno central debe tomar cartas en el asunto e incluso intervenir la CAM, cosa que debería haberse hecho durante la pandemia, e impulsar la querella criminal contra Ayuso y sus Consejeros por esos miles de mayores abandonados a su suerte.

Es necesario blindar una sanidad y unas residencias 100% públicas y de calidad. Algo que tiene en su mano el Gobierno PSOE-UP derogando la Ley 15/1997, que abrió la sanidad pública al sector privado. Gracias a esta norma estatal los diferentes Gobiernos autonómicos, incluido el de la CAM, tuvieron vía libre para convertir la sanidad en un rentable y jugoso negocio. Igual que se aprobó dicha Ley, hoy se puede derogar y aprobar otra que garantice una sanidad 100% pública y de calidad acabando con los conciertos y las privatizaciones. ¡Así es como debemos hacer frente a la derecha!

Tenemos fuerza para cambiar las cosas, pero esa fuerza está en las calles, en la organización y la lucha, tal y como estamos viendo ahora en EE.UU. La organización de los sanitarios y la población en protestas en torno a los centros de salud y hospitales está poniendo encima de la mesa la enorme rabia que existe y la disposición de miles a luchar. Pero necesitamos organizar todas esas fuerzas de cara a levantar un movimiento poderoso en la sanidad, la educación y los servicios sociales en la CAM. Hay que volver al grito que fue enseña del movimiento del 15M, de las Marchas de la Dignidad o de las Mareas Verde y Blanca: ¡Si se puede!