¡Castigo ejemplar para el ex militar fascista que le asesinó!
El pasado domingo Younes, un hombre magrebí de 39 años, era asesinado a manos de un ex militar en la localidad murciana de Mazarrón al grito de “muerte a los moros”. Su delito, defender a la camarera del bar en el que se encontraban de los comentarios machistas y racistas del asesino. Tras el crimen, los medios de comunicación han insistido en señalar que el asesino sufría problemas mentales, tratando de desviar la atención de lo que ha sido un asesinato racista premeditado. No estamos ante un loco, ¡sino ante un fascista!
No es ninguna sorpresa que este asesino sirviera durante años en el ejército, una institución donde se da alas y cancha a este tipo de elementos fascistas, racistas y xenófobos, y donde ex altos mandos no tienen reparo en decir que hay que “fusilar a 26 millones de hijos de puta” o firmar manifiestos franquistas sin repercusión alguna. Tampoco es ninguna sorpresa que, a día de hoy, no se esté investigando a este individuo por delito de odio.
¡No es un hecho puntual! ¡Fuera Vox, el PP y el racismo institucional!
El asesinato de Younes dista mucho de ser un caso aislado. Dos días después, en Cartagena, una mujer inmigrante recibía una puñalada mientras su agresora gritaba que “los inmigrantes nos quitan la comida”. Las agresiones a nuestros compañeros inmigrantes, que en este caso acabó con la muerte de Younes, tienen nombres y apellidos. Vox, y también el Partido Popular, alimentan día a día este tipo de comportamientos, criminalizando a los inmigrantes, señalándoles, como hacían los nazis con los judíos. Así lo vimos el pasado mes de abril, cuando Vox no reparó en gastos para lucir un cartel electoral durante días en plena puerta del Sol cargando salvajemente contra los menores extranjeros no acompañados. Un cartel que no fue retirado ni por la Comunidad de Madrid, ni por el Gobierno central.
En el caso de Murcia la escalada de agresiones a los inmigrantes no ha dejado de crecer exponencialmente: manifestaciones frente al centro de menores no acompañados de Santa Cruz o frente a las viviendas en el barrio de San Antón donde pasaban la cuarentena inmigrantes llegados en patera, e incluso la explosión de una bomba en el centro de menores de Alhama. Y ahora, ante la muerte de Younes, el líder de Vox en Murcia se permite señalar que no ve el matiz “racista” en este crimen.
Al tiempo que despliegan su repugnante demagogia racista, no tienen ningún reparo en explotarles en condiciones de semiesclavitud como jornaleros en la huerta murciana. Estos mismos individuos, seguidores de Vox y el PP y de su demagogia racista, hacen su agosto a costa de la explotación inmisericorde de nuestros hermanos inmigrantes. Cualquier argumento es bueno para proteger sus lucrativos negocios e intentar dividir a la clase trabajadora.
¡Basta ya de criminalizar a nuestras hermanas y hermanos inmigrantes!
Este discurso racista y xenófobo no es alentado solo por Vox y el PP, sino por las propias Instituciones del Estado, desde el Ministerio del Interior a la Judicatura, y también, desgraciadamente, desde las organizaciones reformistas de la izquierda. El propio alcalde de Mazarrón, del PSOE, ha explicado sin reparo alguno que “no han hecho nada específico desde el Ayuntamiento” respecto a este asesinato racista, y que se trata de “un hecho puntual”, para a continuación señalar que los magrebíes viven “perfectamente integrados”, e incluso algunos “ya nacionalizados por el tiempo que llevan entre nosotros”. ¿Por qué no iban a estar integrados? ¿A qué se refiere este “socialista”? ¿Es que acaso tienen algún tipo de predisposición genética para no integrarse? ¿Es con este discurso como se pretende combatir el racismo de Vox y el PP?
Este comportamiento del alcalde del PSOE en Mazarrón, entronca con el discurso y la política antiinmigración alentada también desde el propio Gobierno “progresista”. Así lo hemos visto recientemente en Ceuta y Melilla, con los llamamientos de Pedro Sánchez a evitar “la invasión” y el despliegue del ejército para expulsar violentamente a 6.000 inmigrantes. O en el muelle de Arguineguín en Canarias, convertido en un auténtico campo de concentración para cerca de 9.000 migrantes.
La política hacia nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, desde los CIEs hasta las devoluciones en caliente, pasando por el racismo cotidiano a manos de la policía, la judicatura o los medios de comunicación, forman parte del ADN racista de las supuestas instituciones “democráticas”. En este aspecto, como en muchos otros, Unidas Podemos está demostrando su completa incapacidad para plantar cara a estas políticas racistas y xenófobas, limitándose a lamentarse impotente en sus redes sociales mientras los ataques se suceden cada día y las políticas racistas continúan. ¿Para qué sirve estar en el Consejo de Ministros, si a la hora de la verdad todo continúa como antes?
A pesar de todo, la respuesta contra este crimen fascista no se ha hecho esperar. Puerto de Mazarrón se llenó el pasado lunes de centenares de vecinos y vecinas que se organizaron y movilizaron exigiendo justicia para Younes. Ante la barbarie a la que nos condena este sistema criminal, necesitamos levantar un poderoso movimiento antirracista y anticapitalista exigiendo la depuración de los cuerpos represivos del Estado, la derogación de la reaccionaria Ley de Extranjería y el cierre fulminante de los CIEs.
¡Basta ya de racismo institucional!
Nativa o extranjera, ¡la misma clase obrera!