Libres y Combativas · Sindicato de Estudiantes
En los últimos años millones de mujeres trabajadoras, jóvenes y todos y todas las que sufrimos la opresión machista y del capitalismo nos hemos levantado con fuerza en todo el mundo. Hemos desafiado cara a cara a un sistema que se basa en el máximo lucro para una minoría, mientras pisotea los derechos de la mayoría y nos aboca a la miseria y a la exclusión.
Entre la clase trabajadora y la juventud, los y las que sufrimos una doble opresión –las mujeres, las personas LGTBI, migrantes, etc– hemos jugado un papel de primer orden en estas batallas. No sólo hemos denunciado todos los derechos que se nos niegan permanentemente, sino también la violencia con las que las instituciones del sistema –corroídas de machismo, racismo, transfobia y homofobia– nos golpean.
A día de hoy la comunidad trans seguimos padeciendo la discriminación, la exclusión y la pobreza más descarnadas. La tasa de desempleo que sufrimos es del 85% y la lacra de la prostitución –una de las formas más horribles y degradantes de violencia y opresión machista y capitalista– se convierte en el único medio para sobrevivir.
Un estudio realizado recientemente por el National Center for Transgender Equality, concluía que en EEUU un 47% de las casi 30.000 personas trans encuestadas había sufrido alguna agresión sexual en su vida y que el 40 % había intentado suicidarse. Lamentablemente esta situación se extiende por todo el mundo, incluido el Estado español donde la derecha, la Iglesia, las fuerzas represivas y las instituciones del régimen del 78 no dejan de perseguimos, criminalizarnos y humillarnos.
Ante esta realidad, resulta indignante el desprecio con que algunas voces provenientes de la izquierda se refieren a esta situación que sufrimos. Como si ser trans fuera algún tipo de enfermedad, capricho o elección que cambia cada cinco minutos, o como si reconocer los derechos de las personas trans fuese a ser utilizado para invisibilizar la opresión de las mujeres y socavar el movimiento feminista. ¡Es un completo disparate!
Ser trans bajo este sistema no es ningún capricho, ni tampoco una teoría, sino una realidad que se convierte en demasiadas ocasiones en una verdadera tortura. ¡Lo que debemos hacer quienes sufrimos la opresión de este sistema de una forma u otra es unir nuestras fuerzas para acabar con él y conquistar nuestra libertad!
Desde Libres y Combativas, Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes queremos mostrar todo nuestro apoyo y solidaridad con nuestros compañeros y compañeras trans, con toda la comunidad trans y sumarnos firmemente a la reivindicación de una ley estatal que reconozca de forma efectiva nuestros derechos.
Una ley que termine de una vez por todas con la patologización, que no requiera de exámenes médicos ni psicológicos para que podamos ser reconocidas y reconocidos como lo que somos, que persiga y castigue a quien nos discriminen y que –por supuesto– movilice los recursos económicos que permitan luchar contra la desigualdad de las que somos víctimas en todos los aspectos de nuestra vida: en el educativo, el sanitario, en el laboral, etc…
También exigimos al Gobierno del PSOE-UP la puesta en marcha de una asignatura de educación sexual inclusiva y en libertad, obligatoria y evaluable que permita educar en el respeto a la diversidad, que saque de una vez por todas la religión de la escuela pública y que acabe con el chorro de miles de millones que el Estado regala a la jerarquía de la iglesia católica para adoctrinar en el machismo, la homofobia y la transfobia.
El Gobierno PSOE-UP ha hecho gala en muchas ocasiones de su compromiso con los derechos de las mujeres y de las personas LGTBI. Pero las palabras no son suficientes si no van acompañadas de hechos. Por eso es urgente dejar de hablar y comenzar a actuar, confrontar con claridad con quienes utilizan nuestra opresión como medio para ejercer su dominación y para explotarnos, contra quienes se hacen de oro con la mercantilización de nuestros cuerpos a través de la prostitución y los vientres de alquiler. Y por supuesto, condenando con claridad cualquier forma de extender prejuicios tránsfobos como los que lamentablemente hemos oído recientemente a sectores de la izquierda y que hacen el juego a Vox, el PP y organizaciones como Hazte Oír.
Si algo hemos aprendido en estos años de lucha feminista, de levantar un orgullo crítico cada vez más poderoso o de enfrentarnos a la justicia clasista y franquista, es que nuestros derechos se conquistan en las calles defendiendo un programa revolucionario y anticapitalista. Así es como hemos arrancado cada uno de ellos pero aún queda mucho por lograr.
¡Ni un paso atrás en la defensa de los derechos de la comunidad trans!
¡Únete a Libres y Combativas para fortalecer un feminismo revolucionario y anticapitalista!