Frente a la avaricia patronal, la lucha es el único camino
Durante la pandemia y a pesar de todos los esfuerzos dedicados por el Gobierno PSOE-UP para convencernos de que esta situación era una especie de “desgracia divina” que afectaba por igual a toda la población, las familias trabajadoras vimos como nosotras sí que nos quedábamos atrás, especialmente los sectores más desfavorecidos y precarizados, los más golpeados por la crisis.
Mientras tanto las grandes empresas presentaban balances de cuentas obscenos. El colectivo de trabajadores, y sobre todo trabajadoras, de la limpieza padeció en primera línea la pandemia. Un sector feminizado, precario, que bate récords en cuanto a temporalidad y contratos parciales, y que están siendo tratado por patronales y Administración de una manera absolutamente vergonzosa.
En limpieza de edificios y locales trabajan 12.000 hombres y mujeres en Asturias. Udelimpa y Aspel (las dos patronales del sector) acaban de ofrecer en la negociación del nuevo convenio una subida salarial anual de 6,40 euros, es decir, ¡0,53 céntimos al mes!. Un auténtico insulto y un botón de muestra más de la ofensiva patronal que las y los trabajadores estamos sufriendo en general.
Esta es la respuesta empresarial a los colectivos esenciales e imprescindibles. La situación es aún más grave si tenemos en cuenta que el mayor contratista de estos servicios, el que otorga las concesiones a las empresas privadas, es la propia Administración.
A modo de ejemplo el 18 de diciembre de 2017, Udelimpa, patronal que se distingue especialmente por maltratar a las trabajadoras, firmó un Convenio de Colaboración público-privado con el Ayuntamiento de Gijón, al frente del cual se encuentra una alcaldesa del PSOE que alardea un día sí y otro también de feminismo. Según esta regidora el objetivo del Convenio era “favorecer la integración de las mujeres desempleadas”.
Por si existiese alguna duda de quién es el verdadero beneficiario de estos contratos con la empresa privada sólo tenemos que comprobar cuales son las empresas que forman Aspel; Acciona, FCC, Ferrovial, Grupo Eulen o Sacyr entre otras. El trasvase de dinero público es de tal magnitud que esta patronal representa ni más ni menos que a más del 36% de los trabajadores del sector de Limpieza de Edificios y Locales de todo el Estado español.
Así es como la Administración pública y el Gobierno del PSOE en Asturias se preocupa por la mujer trabajadora. En lugar de acabar con la subcontratación, remunicipalizar y en definitiva mejorar sus condiciones laborales (imprescindibles entre otras cosas para luchar de forma real y efectiva contra la lacra de la violencia de género permitiendo la independencia económica de las trabajadoras); lo que realmente hacen es favorecer abiertamente la precariedad al licitar a la baja los contratos públicos. Con ello enriquecen a multimillonarias empresas privadas que hacen negocio a costa de los derechos laborales de miles de mujeres y la vida de miles de familias obreras.
Desde el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas queremos mostrar todo nuestro apoyo y solidaridad a las trabajadoras de la limpieza de edificios y locales de Asturias que desde el pasado 22 de noviembre están reivindicando un convenio digno que mejore las terribles condiciones laborales que padecen.
También en otras zonas del Estado las trabajadoras de la limpieza se están levantando contra esta explotación salvaje, como es el caso de Castellón donde han estado ocho días de huelga indefinida y donde se están enfrentando también a las maniobras de las cúpulas de CCOO y UGT que han aplazado la huelga hasta el próximo 13 de diciembre a espaldas de las trabajadoras y contra su voluntad manifiesta de continuarla.
Las condiciones para la extensión de la lucha están dadas. La solidaridad contra la precariedad insoportable a la que Administraciones y patronal han condenado a miles y miles de trabajadoras del sector durante décadas sería enorme si se estableciese un calendario de movilizaciones claro en un horario en el que el resto de los y las trabajadoras y la juventud pudiésemos participar, elaborando hojas y carteles para informar al resto de la población, realizando asambleas en las que las trabajadoras decidiesen las plataformas reivindicativas y las acciones a realizar, y llamando al apoyo activo de otros colectivos y de la población en su conjunto para doblar el brazo de la patronal.
Si en Castellón y en Asturias las trabajadoras están peleando por los mismos derechos, ¿qué sentido tiene no unificar estas luchas y extenderlas a todos los territorios afectados?
Juntas somos más fuertes. Como ha demostrado la reciente huelga del metal en Cádiz, todos y todas nos sentimos plenamente identificadas con los y las trabajadoras que salen a luchar por un futuro mejor y unas condiciones laborales dignas, porque nos vemos reflejadas en su realidad y porque nos va el futuro en ello.
Por un convenio digno de la limpieza de edificios y locales
La lucha es el único camino. Ni un paso atrás
Que viva la lucha de la mujer trabajadora