Al volver a casa querermos ser libres, no valientes

El 17 de diciembre fue encontrado entre arbustos el cadáver semidesnudo de Laura Luelmo, la profesora de 26 años desaparecida desde el pasado miércoles en El Campillo (Huelva).

Desde Libres y Combativas queremos, en primer lugar, mandar todo nuestro apoyo y solidaridad a su familia y amigos y alzar la voz contra la violencia machista que nos oprime, humilla, viola y asesina.

Laura Luelmo fue secuestrada mientras practicaba deporte y asesinada brutalmente por Bernando Montoya, un asesino machista reincidente que vivía delante de su casa. Este criminal, que presentaba un largo historial de antecedentes , que fue encarcelado por asesinar a una anciana y también había cumplido condena por un intento de violación y por robo con violencia, había estado acosando a Laura durante un tiempo y, al calor de la investigación, la prensa ha publicado que había comunicado a su pareja que sentía miedo porque su vecino “solía quedarse mirándola desde la puerta de su casa”.

Ahora, todos los medios de comunicación, se echan las manos a la cabeza y se preguntan cómo es posible que esto haya podido suceder. Este terrible suceso es, ni más ni menos, que la consecuencia directa de una justicia patriarcal que ampara y protege a violadores, que archiva denuncias, que aplica condenas irrisorias y que no adopta ningún tipo de medida para garantizar la integridad, protección y recuperación de las víctimas y posibles víctimas. Una justicia llena de jueces y juezas al servicio del sistema capitalista, que defiende a los banqueros, a los especuladores y a los corruptos mientras dicta el deshaucios de miles de familias, respalda los recortes sociales o los despidos de miles de trabajadores.

Inmediatamente después de este crimen volvemos a asistir a un auténtico espectáculo de demagogia por parte de la derecha y sus medios de comunicación, que lloran lágrimas de cocodrilo utilizando este asesinato para sacar pecho sobre la prisión permanente revisable y endurecer la represión. Pero son precisamente las medidas clasistas y procapitalistas que han aplicado, los recortes de los presupuestos dedicados a la ayuda a la dependencia, los bajos salarios, la supresión de becas y comedores escolares, y su defensa de la justicia machista y de la homofobia, lo que aumenta exponencialmente la violencia contra las mujeres trabajadoras y las jóvenes que sufrimos esta opresión.

La realidad es tan escandalosa que la muerte de Laura Luelmo ni siquiera formará parte de las cifras sobre violencia machista porque “su asesino no es ni su pareja ni ex pareja”. ¡Es totalmente vergonzoso!

Lo hemos visto de forma muy clara con las últimas sentencias judiciales que han salido a la luz, como la de las temporeras de Huelva: que el machismo, el racismo y el clasismo son el ADN de este sistema capitalista podrido.

La muerte de Laura Luelmo ha causado una gran conmoción, dolor y rabia entre miles de mujeres, y hombres, que estamos hartos del acoso y el abuso, de las agresiones, la explotación, las humillaciones y los asesinatos. Por eso el mejor homenaje que podemos hacer a Laura, como hemos gritado en muchas manifestaciones, es ser la voz de las que ya no están y seguir llenando las calles contra la violencia machista, la justicia patriarcal y fascista, y seguir organizando a miles de compañeras en la lucha por la transformación socialista de la sociedad, consiguiendo la igualdad plena de derechos y el fin de la violencia sistemica que padecemos. Nuestra libertad solo la lograremos luchando contra el capitalismo y su opresión.

Todas somos Laura, si tocan a una nos tocan a todas

Basta ya de violencia machista

Abajo con la justicia patriarcal y franquista