La violencia machista en nuestro país y la contestación social a la misma, están alcanzando tal magnitud que el Partido Popular, con los votos del PSOE y Ciudadanos, se ha visto obligado a aprobar un Pacto de Estado sobre violencia de género de emergencia con el que salir públicamente.
El contenido de este Pacto de Estado, del cual el gobierno presume, es únicamente un “brindis al sol” vacío de contenido y financiación que no llevará a ninguna mejora en las condiciones de seguridad de las víctimas de la violencia machista ni por supuesto ayudará a la erradicación de esta lacra. Una muestra más del verdadero carácter reaccionario de los y las dirigentes del PP que se autoproclaman feministas y llenan las portadas de los periódicos de promesas vacías mientras siguen sin poner soluciones reales encima de la mesa.
El verdadero carácter reaccionario del Pacto de Estado
El Gobierno presume de haber logrado un Pacto que “no entiende de ideologías”, pero nada más lejos de la realidad. Acabar con la violencia machista y cómo hacerlo, responde a intereses muy concretos.
Es una cuestión de ideología, pero de la derecha, el haber cerrado a lo largo de los últimos años multitud de redes de apoyo fundamentales a las víctimas de malos tratos. Los pisos de acogida que cerró María Dolores de Cospedal en Castilla La Mancha, el favoritismo de Ana Botella (ex alcaldesa de Madrid) por asociaciones y fundaciones provida o la desaparición de los puntos de encuentro para las mujeres maltratadas y sus hijos en Madrid son solo algunos de los muchos ejemplos.
También es una cuestión ideológica, que el teléfono de apoyo a la mujer maltratada (016) sea ofrecido por una empresa llamada Qualytel Teleservices, que se ha visto envuelta en escándalos por despidos a mujeres embarazadas y a trabajadores con discapacidad, que abusa de la precariedad laboral y a la que incluso la Inspección de Trabajo tuvo que imponer una multa por dicho motivo… Es decir, una empresa que ejerce la discriminación hacia la mujer y se beneficia de económicamente de ella.
Es una cuestión de ideología que el sistema judicial no de credibilidad a las mujeres ante sus agresores y que en el año 2016 se archivaran el 41% de las denuncias por malos tratos, amparando así a los maltratadores y exponiendo y aplastando con todo el peso de la ley y el Estado a las víctimas.
También es una cuestión de ideología que en la escuela pública no se preste la atención necesaria a la violencia machista y a cómo acabar con ella. Esta es una de las medidas de las que más presume el nuevo Pacto de Estado, pero por supuesto sin dotarla de medios de ningún tipo. Todas sabemos cuál es la atención que pone el PP en las escuelas públicas, la de los recortes y la religión católica, que no hacen más que seguir profundizando la lacra de la violencia machista.
Igual que es una cuestión ideológica la consideración de quién es y no es víctima de la violencia machista. Según los actuales parámetros una mujer tendrá consideración de víctima (y por lo tanto algunos derechos) cuando ha sido agredida, violada, golpeada o asesinada por su pareja o ex pareja únicamente. Teniendo en cuenta que cada día TRES mujeres son violadas en el Estado español, hay miles de mujeres que se ven obligadas a arreglárselas para salir adelante sin apoyo institucional si esas agresiones provienen de su jefe, de un familiar, de un desconocido o de cualquier otro hombre. Porque esas agresiones ya no serán consideradas violencia machista por el aparato judicial e institucional y, por lo tanto las víctimas no tendrán derecho a ningún tipo de asistencia jurídica gratuita, prestación psicológica o económica, etc. Consiguiendo así que los agresores estén más protegidos por el sistema que las propias víctimas.
Seguir haciendo negocio con nuestros cuerpos bajo cortinas de humo
Otra de las brillantes medidas que plantea este Pacto es la “desincentivación de la prostitución mediante la sensibilización”. Pero ¿a qué se refieren concretamente con esto? Al PP no le interesa terminar con la prostitución y por ello habla de sensibilización y no de mercantilización del cuerpo y la sexualidad de la mujer a través redes clandestinas y negocios muy lucrativos.
La prueba más clara de ello es que desde hace varios años la prostitución, así como otras actividades ilegales como el tráfico de drogas, están incluídas en el PIB en el entorno de la UE. Es decir, que la principal fuente de explotación y de violencia machista es valorada y sopesada económicamente por los organismos estatales y europeos. Por un lado es imposible cuantificar el dinero que mueve una actividad que no se declara y por otro, ese dinero que mueve la prostitución con la vejación y la venta de las mujeres, no revierte en beneficio social, ya que es una actividad ilegal y no paga impuestos. Eso solo significa que ese dinero va a parar directamente al beneficio de los proxenetas e indirectamente al beneficio del Gobierno, cuya inclusión “fantasma” en el PIB, le permite esconder su pésima gestión de la economía reduciendo fraudulentamente los ratios de Déficit y Deuda Públicos en un jugoso 3%.
Mucho ruido y pocas nueces: 0 euros para un Pacto que busca lavar la cara al Gobierno
El Pacto acuerda una dotación de 200 millones de euros al año durante 5 años para activar estas medidas. Una cantidad totalmente ridícula que no hay más que comparar con la inversión del rescate a las carreteras que nos costó 3.718 millones de euros o con los recortes en educación que desde 2012 ascienden a 10.000 millones de euros. Esto deja muy clara la intención del Gobierno con este Pacto: hacerse fotos presumiendo de feminismo para frenar el auge de la lucha en las calles y la movilización social de cientos de miles de jóvenes y trabajadoras en todo el mundo contra la violencia machista y la opresión del sistema capitalista. Pero además esto queda aun más claro cuando nos fijamos en los datos concretos de este Pacto, ya que esta dotación económica totalmente insuficiente ni siquiera queda asegurada en los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, un Pacto literalmente vacío de medidas y financiación.
Esta farsa de Pacto que nos intentan vender no engaña a nadie. Las mujeres jóvenes y trabajadoras somos muy conscientes de que este Pacto ni siquiera existiría de no ser por el empuje del movimiento feminista en los últimos años, que ha hecho que el PP y sus dirigentes se vean obligados a rellenar portadas hablando de feminismo y pactos de cartón. Por eso seguiremos luchando en las calles por medidas reales y concretas, dotadas de la financiación, la atención y los medios personales y materiales necesarios para acabar con la lacra de la violencia machista y combatir el sistema capitalista que la ampara.
¡Basta de engaños y mentiras!
¡El 8M volvemos a llenar las calles contra la violencia machista!
¡Únete a Libres y Combativas y construye con nosotras un feminismo revolucionario y anticapitalista!