Mientras en diciembre de 2011 el gobierno presidido por Mariano Rajoy dio 100 mil millones de euros a la gran banca, la educación pública se enfrenta a los mayores ataques en enseñanzas medias y FP, se recorta en sanidad y se privatizan hospitales, se recorta en servicios sociales, se aprueba la reforma laboral más agresiva para los derechos de los trabajadores en toda la época democrática, se suspenden los pagos a la dependencia y los ataques continúan.
La enseñanza universitaria no se queda fuera de todas estas agresiones. En las universidades sigue aplicándose el proceso de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que comenzó con la implantación del Plan Bolonia y ahora continúa con lo que se conoce como Estrategia Universidad 2015 (EU2015), un proceso que se encamina a la profundización en la privatización de la enseñanza universitaria y a la expulsión de los hijos de los trabajadores de la universidad. Este proceso pretende acabar definitivamente con conquistas históricas de la clase trabajadora como el acceso universal a la enseñanza universitaria.
Financiación privada y fulminación de la democracia en la universidad.
La EU 2015 pretende sustituir la financiación pública de las universidades por la financiación privada (el 80% de los recursos económicos de las universidades públicas dependen de la cantidad que se les dedique en los presupuestos autonómicos), así como reducir los gastos que genera por ofrecer servicios básicos para los estudiantes como reprografía, bibliotecas, cafeterías, etc., mediante su externalización. Abanderando esta política de privatización está la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, donde no hay un solo servicio en manos públicas.
El incentivo de la financiación privada de las universidades se está ejecutando mediante recortes en los presupuestos autonómicos de las cantidades dedicadas a las universidades públicas (16% de recorte para las universidades catalanas en 2011), obligando así a las universidades a endeudarse con bancos, a fomentar la inversión de las empresas en la universidad, entregándoles cada vez más poder, y aumentando las tasas que pagamos los estudiantes cada curso.
El incremento de la financiación privada en la universidad pública implica que el Consejo Social, órgano formado por las empresas y bancos que financian y “colaboran” con la universidad, pueda ser determinante a la hora de decidir las políticas que ha de practicar la universidad, imponiendo su criterio tanto en las investigaciones que se lleven a cabo como en la elaboración e implantación de los planes de estudio. De esta manera en la práctica pasa a ser de un órgano consultivo a uno directivo al que, además se le concede la potestad para elegir a los órganos de gobierno en el rectorado y los decanatos, dando así el golpe definitivo a la ya de por sí mermada democracia dentro de la universidad.
¿Quieres estudiar? Pues págatelo
En consonancia con la tendencia a acabar con la financiación pública de la universidad, se plantea la subida de tasas como una medida esencial para fomentar la autonomía universitaria.
El coste medio por alumno de cada curso se estima en unos 6.000€, de los cuáles actualmente pagamos entre un 15% y un 20% (entre 900€ y 1500€). Lo que pretende la EU 2015 es que los estudiantes financiemos el 100% del coste de matrícula, empezando por aumentar las tasas en un 50% y un 100% en la segunda y tercera matrícula de cada asignatura, respectivamente, hasta llegar a pagar el 100% del coste de la primera matrícula en 2015, consiguiendo así expulsar definitivamente a los hijos de los trabajadores de la universidad y elitizar más todavía la enseñanza universitaria.
Hoy nos hipotecamos por una vivienda, mañana por estudiar en la universidad.
Actualmente los datos oficiales dicen que el número de becas concedidas ha aumentado, pero si nos fijamos en los detalles podemos ver que mientras, efectivamente, las becas-préstamo van aumentando, las becas públicas poco a poco van disminuyendo.
La realidad es que las ayudas públicas cada vez son menos y las becas-préstamo, becas concedidas por entidades bancarias que luego tenemos que devolver, aumentan cada año. Además, hasta ahora se estaban aplicando a un interés del 0% (interés 0 para los estudiantes, pero no para el Estado que se hacía cargo de los intereses a pagar a la entidad bancaria de turno), pero que en 2015 abre paso a la concesión de becas-préstamo a interés fijo “reducido”. De esta manera, los estudiantes que no podamos pagar el 100% del coste de nuestra matrícula saldremos hipotecados de la universidad.
Por otro lado, se plantea la aplicación de lo que se ha llamado beca-salario, aunque este nombre es muy engañoso, pues no tiene nada que ver con un salario. Consiste en el abono mensual de 500 euros a aquellos estudiantes pertenecientes a familias con 4 miembros o más cuya renta sea inferior al umbral 1 de renta, es decir, que los ingresos familiares anuales sean inferiores a 13.557 euros. Con esta beca es muy difícil que los estudiantes con esas dificultades económicas podamos ni siquiera plantearnos estudiar en la universidad, sobretodo cuando se habla de que la conexión de la beca llegaría como máximo a los 500€, pues es una ayuda completamente insuficiente teniendo en cuenta la cantidad de gastos mensuales y diarios que tenemos que afrontar las familias trabajadoras, además del transporte, material de estudio que es necesario ir adquiriendo y en muchos casos la necesidad de alquileres para poder ir a estudiar a la universidad en la que se imparte la carrera elegida.
La lucha, el único camino.
En medio de la crisis económica y política que estamos viviendo, la universidad y todos los servicios públicos, así como las políticas económicas practicadas por los gobiernos, están subordinadas absolutamente al capital financiero, los monopolios empresariales y la gran banca. El Movimiento 15M, así como las maravillosas luchas de los profesores a comienzos de este curso, y la de estudiantes en febrero contra la represión y estos mismos recortes, reflejan que hay ambiente y fuerza para luchar. Los últimos acontecimientos en Grecia revelan el futuro que nos espera si el gobierno sigue aplicando políticas de recortes y privatizaciones, pero también nos revelan el potencial y la capacidad que tenemos los jóvenes y los trabajadores cuando luchamos. Por eso mismo, desde el Sindicato de Estudiantes defendemos la necesidad de que con la Huelga General del día 29 de Marzo se inicie un proceso de movilizaciones ascendente, contundente y prolongado en el tiempo que frene esta ofensiva patronal, y con el que dejemos claro que la Huelga del día 29 sólo es el primer paso contra la derecha si no abandonan completamente y de inmediato sus agresiones contra nuestras condiciones de vida y nuestro futuro.
POR UNA EDUCACION PÚBLICA, LAICA, DEMOCRÁTICA Y DE CALIDAD