La actual crisis económica no ha hecho más que acelerar el proceso de degradación de la educación pública en todo el Estado. Si teníamos poco con toda la reforma de Bolonia ahora se suman los recortes en presupuestos, lo que está provocando el cada vez mayor abandono y ruina de los centros públicos.

Este hecho es conocido por toda la comunidad escolar, pero de ello no tenemos ninguna culpa los estudiantes. Sin embargo, desde hace tiempo en muchos institutos utilizan la excusa de la disciplina para imponer castigos a los alumnos como, por ejemplo, limpiar el instituto. Con este pretexto pretenden esconder las dificultades para contratar personal de limpieza.

Este es el caso del IES Princesa Galiana, donde este tipo de castigos se han vuelto de lo más habitual. Los retrasos se sancionan obligando a los alumnos a quedarse a las 14.20 recogiendo las mesas, limpiando las papeleras del patio (una tarea bastante difícil para muchos alumnos dado su tamaño) o recogiendo con las manos cualquier brick, papel, lata o envoltorio de bocadillo que quede en el suelo. Algunos  estudiantes se han quejado de que en ocasiones han tenido que hacerlo sin guantes e incluso han tenido que meterse en el barro para ello. Desde el Sindicato de Estudiantes estamos radicalmente en contra de este tipo de medidas por parte de la dirección del centro. Si el centro necesita mayor limpieza debería contratarse más personal, no usar a los estudiantes como mano de obra gratuita. Exigimos la abolición inmediata de este tipo de castigos.

Castigos y más castigos...

Los alumnos tampoco entendemos la obsesión por la vigilancia de los pasillos y los castigos de hasta una semana sin recreo por ser vistos en el pasillo cuando ya ha comenzado la clase. Algunos alumnos han sido castigados sólo por ir al baño durante la clase. Esta obsesión por castigar parece que está siendo llevada al extremo de la forma de vestir, algo que está fuera de toda lógica en un instituto público. Sin embargo los responsables del centro no reciben ningún castigo por cosas tan incomprensibles como que los baños no tengan papel higiénico o que en el botiquín no haya compresas, o que la calefacción brille por su ausencia, con algunas clases tan frías en invierno que tengamos que venir con dos abrigos.

...y más castigos para los que no queremos religión.

Pero quizás el mayor problema del centro sea el desprecio hacia los alumnos que hemos decidido no cursar la asignatura de religión. Somos una inmensa mayoría los que pensamos que la religión, sea la que sea, debería ser algo privado y no una asignatura que tenga que ofertar un instituto de secundaria. Más aun cuando esta asignatura se ha convertido en un altavoz de las ideas reaccionarias y anticientíficas defendidas por la jerarquía de la Iglesia Católica respecto al aborto, los métodos anticonceptivos o la sexualidad, y todo ello en medio de los escándalos de pederastia que salpican a una parte importante de dicha jerarquía, incluido el Papa Ratzinger. 

Sin embargo, a pesar de que no somos uno o dos, sino casi todo el centro los que no estudiamos religión, se nos obliga a permanecer en el centro sin hacer nada, o bien limpiando las mesas. Es un escándalo que la dirección del centro actúe de esta manera, tratando “sutilmente” de castigar a los alumnos por  no escoger la asignatura de religión. Con esto, la jerarquía de la Iglesia católica no pretende más que castigar a los estudiantes que no cursen religión, intentando forzar a cursarla ¡como si no fuese ya suficiente con el dinero que el Estado les da para sus centros privado-concertados, entre otras muchas partidas!. Es necesario que la asignatura de religión desaparezca de las aulas, y que el tiempo que pasamos en el instituto se dedique exclusivamente al estudio de cuestiones científicas y útiles para nuestro futuro.

En todo caso, ya que nos obligan a permanecer en el centro, se podría utilizar esa hora para cineforums, debates, o charlas sobre cuestiones de actualidad que sí nos interesan, como la crisis económica o el paro juvenil, asuntos que sií tienen absoluta relevancia respecto a nuestro futuro. En caso contrario, desde el Sindicato de Estudiantes exigimos que si no se nos va a dar ninguna opción en esa hora se nos deje marchar a casa, poniendo esa asignatura a última hora para posibilitarlo, y permitiendo así que podamos aprovechar mejor nuestro tiempo una vez que hayan acabado las clases. 

Desde el Sindicato de Estudiantes exigimos:

-    El fin de los castigos de limpieza. Si el instituto necesita más limpieza que contrate más personal.

-    Instalaciones dignas para los alumnos y bien equipadas. Esto incluye calefacción, baños, botiquín… etc.

-    Supresión de la asignatura de religión. Y si se mantiene, que la  clase de religión se dé a última hora, pudiendo marchar los alumnos que no queremos cursar religión a casa, entre otras cosas, para poder estudiar.

¡¡NO QUEREMOS LIMPIAR, QUEREMOS ESTUDIAR!!

¡¡INSTALACIONES DIGNAS YA!!

¡¡FUERA LA RELIGIÓN DE LAS AULAS!!

¡¡POR UNA EDUCACIÓN PÚBLICA, LAICA, GRATUITA, CIENTÍFICA Y DE CALIDAD!!