Varias mujeres jóvenes, estudiantes y activistas de la izquierda de Granada, concretamente militantes de la Coordinadora Sindical Estudiantil (CSE), han hecho público a través de la Asamblea Feminista Unitaria de Granada el acoso machista que han sufrido en la CSE por parte de miembros de esta organización, que también son militantes de IZAR. Estas compañeras, no sólo describen actuaciones intolerables por parte de supuestos ‘compañeros’, además denuncian la actitud cómplice de varios miembros de dicha organización con este comportamiento.

La violencia que el capitalismo ejerce contra las mujeres, fundamentalmente contra quienes pertenecemos a familias trabajadoras, es constante y asfixiante, afectando a todas las facetas de nuestra vida. Puede tener una naturaleza física o/y psicológica, producirse en nuestros centros de estudio y de trabajo y, también, durante nuestros momentos de ocio. Se reproduce en nuestras familias, en los medios de comunicación, afecta a nuestra integridad física y moral, a nuestra sexualidad, a como percibimos nuestro propio cuerpo mediante la imposición de cánones estéticos… Es una opresión cotidiana consecuencia de un sistema basado en la explotación capitalista y el heteropatriarcado.

Las organizaciones de la izquierda no somos una burbuja aislada del entorno en el que desarrollamos nuestra actividad. Las presiones ideológicas y materiales de la clase dominante se infiltran por todos los poros de la sociedad y, en ocasiones, se intentan abrir paso en nuestras filas mediante individuos que reproducen la moral corrupta del sistema. Quienes nos llamamos revolucionarios y anticapitalistas, debemos tener una actitud franca y consciente ante esta realidad. En primer lugar, tenemos que diferenciarnos de la hipocresía de la burguesía y sus medios de comunicación, de sus lágrimas de cocodrilo y sus cínicas campañas por la igualdad. Debemos hacerlo sí, pero no solo de palabra, sobre todo en los hechos.

En Izquierda Revolucionaria y en el Sindicato de Estudiantes nos hemos enfrentado en ocasiones a situaciones en las que militantes de nuestras organizaciones han sido víctimas de acoso machista. Nuestra actitud ha sido siempre diligente y contundente: hemos expulsado de forma fulminante a los culpables e informando al conjunto de la afiliación. Así no sólo intentamos cortar de raíz hechos de una naturaleza deleznable y que representan todo lo contrario de los valores por los que luchamos, sino que aseguramos el funcionamiento democrático de nuestras organizaciones, velando por los derechos inalienables de todas y todos los militantes, y también contribuimos a nuestra propia educación colectiva contra el machismo en todas sus formas.

Queremos expresar por último toda nuestra solidaridad con las compañeras que han sido víctimas de estas agresiones y les ofrecemos toda la ayuda que necesiten de nuestra parte. Por supuesto también nos proponemos para colaborar en las actuaciones y campañas necesarias que las compañeras estimen oportunas para luchar contra estos comportamientos inaceptables.

SINDICATO de ESTUDIANTES * LIBRES y COMBATIVAS * IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

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