El mismo día que Zapatero anunciaba elecciones para el 20 de noviembre, el consejo de Ministros aprobaba dos reales decretos que suponen un grave ataque a la educación pública y a los derechos de los estudiantes. Nuevamente el Ministerio de Educación ha elegido una fecha veraniega para atacar la educación pública, lo que impide organizar una respuesta organizada hasta el próximo curso.

 


El ministro Gabilondo asegura que su objetivo es combatir el fracaso escolar, veremos no obstante que ambos decretos precisamente RENUNCIAN a luchar contra el fracaso escolar y se limitan a ofrecer una hoja de parra a los estudiantes con más dificultades que en el mercado laboral solo se traducirá en explotación sin cualificación. En primer lugar el gobierno recupera los itinerarios educativos en la ESO que quería imponer en su día el PP con su nefasta “ley de Calidad”. Desde la aprobación de la LOE por el gobierno de Zapatero parece que los sucesivos ministros de educación se empeñan de modificar el sistema educativo al gusto de Rajoy y los suyos. Con la nueva reforma del gobierno se establecen claramente tres itinerarios diferenciados en 4º de la ESO, uno orientado hacia los bachilleratos científicos, otro para los bachilleratos artísticos y de humanidades y otro para la formación profesional. Aunque Gabilondo insiste en que la elección de uno u otro itinerario conducirá a un mismo título de ESO y no supondrá condicionante ninguno para acceder a uno u otro bachillerato o ciclo formativo, lo cierto es que este paso es un preámbulo para que finalmente la elección sí sea decisiva. No sólo eso, 3º de la ESO inevitablemente irá adquiriendo también la fisonomía de itinerario ya que se tenderá a agrupar a los estudiantes según el camino que elijan en 4º. El PP lo tendrá muy fácil para terminar el trabajo y volver a los itinerarios LOCE. El estudiante será “orientado” a los 14 años para dejar de estudiar, cursar una FP o, sólo para los más favorecidos, hacer bachillerato.


La prueba del algodón está en la disminución a los 15 años de la edad para poder dejar la ESO y acceder a un Programa de Cualificación Inicial. Lejos de luchar contra el fracaso, esta medida supone desentenderse directamente de los estudiantes con más dificultades. En lugar de apostar por aulas de refuerzo, disminución del número de alumnos por aula, etcétera, a los 15 años el estudiante podrá ser “orientado” a dejar de estudiar. El Certificado de Competencias Básicas que le darán no tendrá otra validez en el mercado laboral que la de “certificar” el fracaso escolar del que lo posea.


El ministerio plantea que se mejoran los Programas de Cualificación Profesional Inicial al hacerlo de dos años y que el estudiante podrá alcanzar el título de ESO si supera los módulos profesional, el de formación general y el voluntario. Pero aquí está el quid de la cuestión, sólo con el profesional y el de formación general el estudiante podrá acceder a la formación profesional de grado medio si hay plazas suficientes (se le reservará entre el 20 y el 30% de las plazas). No sólo no se garantiza la obtención del título de la ESO (imprescindible para acceder al Bachillerato) sino que en la práctica no se garantiza el acceso a la FP, porque dependerá del número de plazas que se oferte. Es un hecho comprobado que con la crisis económica más estudiantes quieren cursar la formación profesional y no se están habilitando las plazas suficientes. Gabilondo ha prometido 600 millones de euros para la FP, un año en el que se van a prorrogar los presupuestos generales del Estado y en el que no está descartado en absoluto que Zapatero y/o Rajoy (o ambos) planteen nuevos recortes sociales.


En cuanto al decreto de FP, desgraciadamente muchas de las medidas que plantea el decreto podrán quedarse en papel mojado precisamente por la ausencia de inversión, la carencia de plazas y, sobre todo, la filosofía de fondo que la Ley de Economía Sostenible ha impregnado en toda la Formación Profesional, la absoluta supeditación de esta rama educativa a los dictados de los capitalistas. Recientemente el conceller de Empresa y Empleo de la Generalitat de Catalunya era muy claro con respecto a lo que la derecha quiere hacer con la FP: "Se integrarán todos los servicios de FP y serán las empresas las que seleccionarán los contenidos, en función de lo que necesiten". Señalaba en una entrevista al diario catalán Ara: "No lo deciden los profesores. Además, se combinará la formación en el aula y el taller". La claudicación ideológica del PSOE ante el Partido Popular ha permitido que después del 20-N éste sea el panorama que domine la FP en todo el Estado.