¡Necesitamos una política de izquierdas,

revolucionaria y anticapitalista!

¡Cerremos el paso a la derecha! El próximo 9 de marzo serán las elecciones generales en las que se elegirá el nuevo gobierno. El PP tratará de recuperar el poder para continuar el legado de Aznar. Rajoy tiene claro quienes son sus enemigos: los jóvenes y los trabajadores a los que tanto odia porque le impidieron gobernar en el 2004. Ya han anunciado que volverán a atacar a la educación pública y, de la mano de la Jerarquía eclesiástica y de los sectores más reaccionarios de la sociedad, iniciarán una ofensiva contra la clase obrera en todos los frentes. Incluso el derecho al aborto está cuestionado por estos reaccionarios. La derecha son los representantes directos de los grandes capitalistas por lo que un gobierno del PP supondría, sin lugar a dudas, más explotación y represión para la mayoría y más privilegios y beneficios para unos pocos. En estas elecciones no podemos ser neutrales. ¡Hay que cerrar el paso a la derecha!

Hace falta una política realmente de izquierdas

En el 2004, miles de jóvenes y trabajadores votaron a la izquierda para desalojar al PP del gobierno. Habíamos protagonizado masivas movilizaciones contra la derecha (contra la LOU y la LOCE, la guerra imperialista, el desastre del Prestige, la manipulación de los atentados del 11-M, etc.) y votando a la izquierda buscábamos un cambio sustancial que mejorara nuestras condiciones de vida. La enorme presión provocada por esas movilizaciones es lo que explica que una de las primeras medidas del gobierno de Zapatero fuera la retirada de las tropas de Iraq. La lucha demostraba que era útil.

Sin embargo, desde el 14 de marzo de 2004 ha sido la derecha la que ha tomado la iniciativa política. Una y otra vez, y reivindicando su pasado franquista, el PP ha organizado procesiones reaccionarias contra la izquierda. Han salido a la calle "en defensa de la familia", es decir, contra los gays y las lesbianas y a favor de la moralina ultracatólica; "por la unidad de España", para fomentar el nacionalismo españolista e insultar a vascos y catalanes; en defensa de los privilegios de la educación privada-concertada y la asignatura de religión... etc. Siempre mienten diciendo ser "un millón", pero la verdad es que sus manifestaciones son mucho menos numerosas que las protagonizadas por la izquierda antes de la victoria de Zapatero.

Sin embargo, los dirigentes de la izquierda, empezando por el propio PSOE, no han respondido a las provocaciones reaccionarias. Todo lo contrario: Al no movilizar a los trabajadores y a los jóvenes - lo que hubiera demostrado nuestra verdadera fuerza - los dirigentes reformistas de la izquierda han ayudado a que parezca que la derecha es fuerte y todopoderosa, lo cual no se corresponde con la realidad.

Luchar contra la derecha habría desencadenado un movimiento reivindicativo sin precedentes, con una participación masiva y entusiasta. Antes que eso, el gobierno del PSOE prefirió tratar de llegar una y otra vez a acuerdos con el PP - rechazados sistemáticamente por Rajoy - y hacer concesión tras concesión a las presiones de la derecha. ¡Un grave error que la izquierda no puede volver a cometer! No es casualidad que grandes capitalistas como Botín estén satisfechos con la gestión que ha realizado Zapatero: los salarios han seguido retrocediendo escandalosamente mientras que los beneficios empresariales aumentan como nunca.
Así, si hacemos balance de esta legislatura, lo cierto es que el gobierno del PSOE no ha resuelto ninguno de los problemas fundamentales que afectan a los jóvenes y a los trabajadores. Lamentablemente, nuestras condiciones de vida han empeorado: educación, derechos democráticos, condiciones laborales, acceso a la vivienda, expectativas de futuro...

Como consecuencia de la política que ha mantenido el gobierno, entre muchas personas de izquierdas puede cundir la desilusión y el escepticismo. Los reaccionarios seguirán votando todos al PP, pero entre la izquierda puede aumentar la abstención. PSOE e Izquierda Unida sólo podrían romper con la abstención defendiendo una política que resuelva realmente los problemas que sufrimos los jóvenes y los trabajadores: Una política anticapitalista y auténticamente socialista.

¿Cuáles son los problemas de los jóvenes?

EDUCACIÓN: La educación pública continúa siendo atacada. Leyes aprobadas por el PSOE, como la LOE, o en universidad, los Planes de Bolonia, lo que hacen es avanzar por el mismo camino que había seguido el PP: privatizar la educación pública, disminuir los recursos y la inversión y dificultar el acceso y la permanencia en la universidad. Los centros públicos de los barrios obreros se siguen degradando y, sin embargo, las distintas Administraciones educativas favorecen a los centros privados-concertados, que pertenecen en su mayor parte a la Iglesia. Sigue existiendo la asignatura de religión, y pagando a la Iglesia por ello, mientras que las becas son absolutamente insuficientes y las tasas universitarias se disparan curso tras curso.

DERECHOS DEMOCRÁTICOS: En estos cuatro años los jóvenes hemos sufrido una campaña sin precedentes de criminalización. Según los medios de comunicación, propiedad de los grandes capitalistas, somos vagos, delincuentes, violentos... y buscan cualquier excusa para exigir mano dura contra nosotros. Así que, mientras que las bandas fascistas actúan con absoluta impunidad (como pudimos ver con el asesinato de Carlos Palomino en Madrid), en los institutos aprueban normas cada vez más represivas. Todas las Comunidades Autónomas, sin excepción, están imponiendo leyes que recortan nuestros derechos democráticos, aumentan los poderes de los directores y las sanciones, la policía patrulla a la puerta del centro como si fuéramos delincuentes... Así la derecha puede reivindicar la dictadura de Franco con total libertad, pero a los jóvenes se les intenta meter en la cárcel por izar banderas republicanas o quemar fotos del Rey.

No podemos olvidar, además, que mientras que los jóvenes podemos ser explotados en las empresas a partir de los 16 años, se nos niega el derecho a votar a esa edad.

CONDICIONES DE VIDA: Las condiciones laborales de la juventud siguen siendo muy malas. El 90% de los contratos que nos ofrecen son eventuales. Para nosotros sólo hay precariedad y bajos salarios. Hoy en día, entre los jóvenes trabajadores se ha convertido en todo un privilegio poder llegar a los mil euros de salario: la mayoría cobramos bastante menos. Las jornadas laborales, sin embargo, son muy largas y la explotación es salvaje. No es casualidad que los accidentes laborales aumenten año tras año y que seamos sus principales víctimas.

Pero mientras que los salarios no suben... el coste de la vida sí lo hace: El precio de los productos básicos (leche, cereales, verduras...) sube sin parar, la inflación se ha disparado y, pese a las medidas del gobierno, sigue siendo muy difícil acceder a una vivienda digna. Esta situación se agravará conforme la situación económica continúe deteriorándose, y aumente el paro que se cebará sobre todo entre los jóvenes.

El problema es el capitalismo

Si lo pensamos bien, todos nuestros principales problemas están muy relacionados. No es casualidad que, para los capitalistas, no sea rentable invertir en la educación pública. Al fin y al cabo, las necesidades sociales que podrían cubrirse contratando a más licenciados (listas de espera en la sanidad pública, masificación en la enseñanza...), no son un problema para sus abultadas carteras. Si alguien quiere sanidad o educación de calidad... ¡qué se lo pague! A ellos les sobran licenciados y sólo reclaman mano de obra barata con poca cualificación y que pueda ser sobreexplotada.

Vivimos en un sistema social, el capitalismo que no busca mejorar las condiciones de vida de la población, sino sólo aumentar más y más los beneficios de los capitalistas. Éstos son los verdaderos amos de la sociedad, porque son los que realmente controlan las palancas fundamentales del poder. Es en los Consejos de Administración donde se toman decisiones que afectan a millones de personas. Para aumentar sus beneficios necesitan disminuir los salarios y destruir las conquistas sociales que heredamos de nuestros padres (educación y sanidad pública, cobertura del desempleo, etc.). El capitalismo sólo puede ofrecer miseria para la mayoría de la población.

También el aumento de la represión está muy relacionado con este futuro que nos tienen reservado. Quieren trabajadores sumisos, que no protesten, que asuman su papel de esclavos y no se rebelen contra la explotación. Los capitalistas son conscientes del papel que la juventud jugó en las grandes movilizaciones contra la derecha y saben que más temprano que tarde, todos los ataques que sufrimos provocarán una nueva respuesta aún más masiva y contundente.

El socialismo es la alternativa

Lo cierto es que hay recursos más que de sobra para mejorar las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la sociedad: los grandes capitalistas y banqueros tienen, año tras año, suculentos beneficios que van destinados, en su mayor parte, a cubrir sus vicios y a especular. Un claro ejemplo de esto, y ni mucho menos el único, es el caso de Ferrovial; una constructora que de enero a septiembre de 2007 sacó un 143% de beneficio respecto al mismo período del año anterior, y que, sin embargo, se negaba a pagar poco más de 600€ al mes a los trabajadores de una de sus empresas de limpieza, en el reciente conflicto de limpiadores del Metro de Madrid.

Todas esas riquezas deberían de utilizarse para aumentar los salarios, disminuir la jornada laboral, mejorar la sanidad y la educación pública, construir vivienda de protección oficial, equipar los barrios obreros con alternativas de ocio e instalaciones culturales... Lo único que lo impide es el carácter egoísta del sistema capitalista. Lo que la clase obrera produce con su trabajo no repercute en mejorar la sociedad, sino que se lo apropia el capitalista de turno.

La esencia del socialismo es precisamente ésta: poner toda esa riqueza en manos de sus verdaderos dueños, los trabajadores que la producen, que la crean. Nacionalizando la banca, los monopolios y la tierra, bajo el control democrático de los trabajadores, todos los recursos espectaculares que creamos con nuestro trabajo irían a resolver las necesidades de la mayoría de la población.

Cada vez más, en los cinco continentes, millones de jóvenes y trabajadores se cuestionan el sistema capitalista. En América Latina han estallado procesos revolucionarios en países como Venezuela o Bolivia. En toda Europa hay una confrontación creciente entre los obreros y los empresarios y una gran inestabilidad. El propio corazón del capitalismo, EEUU, está sacudido por la crisis. Sólo tenemos que recordar las imágenes del huracán Katrina en Nueva Orleans en el 2005 para comprender qué es lo que nos puede ofrecer este sistema. ¡Y estamos hablando del país más poderoso del planeta! En otros lugares como Oriente Medio, África o Asia, la situación habla por si misma. Un mundo capitalista sólo es sinónimo de guerra y miseria para la inmensa mayoría de la población del planeta.

Organízate con nosotros para luchar

Para estas elecciones generales el Sindicato de Estudiantes pide el voto a la izquierda. Para la juventud y para la clase obrera, sería una pesadilla que volviera al poder el PP. ¡Queremos un gobierno de izquierdas, pero con una auténtica política de izquierdas! Toda la experiencia histórica ha demostrado que votar no basta. Sólo la lucha y la movilización solucionarán nuestros problemas, hasta que derrotemos definitivamente el capitalismo y lo sustituyamos por una sociedad socialista genuinamente democrática.

Nadie ha regalado nada a los trabajadores y todos los derechos que aun hoy disfrutamos son fruto de la lucha. ¡Tenemos que defenderlos y ampliarlos! Para ello el único camino es la lucha y la organización. Sin organización somos individuos aislados, meros espectadores sin capacidad para enfrentarnos a un enemigo organizado y, por tanto, mucho más poderoso. Por eso, te hacemos un llamamiento a unirte a nosotros, a afiliarte al Sindicato de Estudiantes, para luchar por estas ideas: contra el capitalismo y la explotación, por la revolución y por una República Socialista democrática y de los trabajadores.

Nuestro programa

    *
      Defendemos una educación pública, de calidad, gratuita, laica y científica. Para ello es necesario invertir el 7% del PIB en educación, para aumentar becas, contratar profesores, mejorar los institutos y las universidades. ¡Queremos calefacción en invierno! ¡Ni barracones, ni instalaciones deterioradas! Exigimos que desaparezca la asignatura de religión, así como los demás privilegios de la Iglesia Católica. ¡Basta de privilegios a la educación privada-concertada! ¡Expropiación e integración de la red privada-concertada en la pública! Pedimos la retirada de los Planes de Bolonia para garantizar una universidad pública y de calidad para los hijos de los trabajadores. Queremos unos ciclos formativos de calidad y que se remuneren las prácticas en las empresas: ¡basta de trabajar gratis!
    *
      Queremos que se reconozcan los derechos democráticos de la juventud. Tiene que reconocerse nuestro derecho a huelga y nuestro derecho a asamblea en hora lectiva. Exigimos la retirada de las cartas de derechos y deberes reaccionarias. ¡Basta de represión contra los que luchan!
    *
      ¡Derecho a votar a los 16 años! ¡Ninguna discriminación a las mujeres y/o a los inmigrantes! ¡No a la Ley de Extranjería! No queremos que se criminalice a la juventud. ¡Alternativas de ocio juvenil! ¡Precios populares en conciertos, teatros, cines! ¡Locales para ensayos, bibliotecas, instalaciones deportivas públicas, de calidad y gratuitas gestionadas por nosotros mismos!
    *
      Disolución de las bandas fascistas y depuración del aparato del Estado de todos los pro-fascistas y elementos represivos. ¡Basta de consentir manifestaciones de fascistas, mientras ilegalizan las que convocamos nosotros!
    *
      Es necesario que el salario mínimo sea de 1.000 euros al mes. Pedimos la reducción de la jornada de trabajo a 35 horas semanales, por ley y sin reducción salarial, con vacaciones y demás derechos laborales. Aumento de las pensiones y del subsidio del desempleo. Juicio y castigo a los empresarios que provocan accidentes laborales. Prohibición de las ETTs y de los contratos basura. Renacionalización bajo el control de los trabajadores de las empresas privatizadas.
    *
      Viviendas públicas de alquiler al alcance de los jóvenes. Los recursos para acometer todas estas medidas están en manos de los banqueros y de los grandes capitalistas: Nacionalización de la banca y de los monopolios bajo el control democrático de los trabajadores.

¡Por una política auténticamente socialista!
¡Hay que derrotar a la derecha!
Organízate y lucha con el Sindicato de Estudiantes