Después de tres años de una crisis del sistema capitalista sin precedentes en las últimas décadas, los jóvenes y trabajadores somos quienes más estamos sufriendo sus consecuencias. En todos los países del mundo capitalista desarrollado, el desempleo juvenil se ha convertido en una lacra: sólo en el Estado español afecta a más de 900.000 jóvenes, con una tasa de paro entre los jóvenes cercana al 50%.
La juventud es víctima de salarios de miseria, 600 ó 700 euros mensuales, contratos en prácticas o de becarios que se prolongan indefinidamente, una temporalidad y precariedad crónica, ningún derecho laboral y una perspectiva más que incierta para nuestro futuro. Acceder a una vivienda es un sueño imposible para millones de nosotros, mientras que los ataques a la educación pública se suceden con intensidad.
Los recortes educativos aprobados para este año por las comunidades autónomas y el gobierno central de Rodríguez Zapatero suman 2.000 millones de euros, y se están dejando sentir en nuestros centros de estudio y universidades. La falta de profesores de refuerzo o sustitutos, la masificación en las aulas, equipamientos cada vez más obsoletos y en mal estado, las dificultades para garantizar los suministros de gasoil y calefacción en invierno, son algunas de las realidades cada vez más habituales a las que tenemos que hacer frente.
Pero los recortes de presupuesto tienen otras consecuencias igualmente nefastas para la calidad o acceso a la educación pública. En los dos últimos años nos hemos encontrado con reiterados endurecimientos en la Selectividad, que limitan drásticamente el número de jóvenes que podemos acceder a la universidad pública. Tan sólo en este curso se ha producido un nuevo incremento de los no admitidos en Formación Profesional, pasando de los 40.000 el curso pasado, a los 50.000 de este año. Estas medidas se complementan con el incremento del precio de matrículas universitarias en un 30% este curso. Tras la aplicación de los planes de Bolonia, se ha acelerado la caída de la calidad en la enseñanza universitaria, su deterioro continuo y la progresiva privatización de este tramo educativo a través de Masters que sólo pueden ser costeados por créditos bancarios. En definitiva, una batería de recortes y ataques para hacer cada día más difícil el acceso a la enseñanza superior de los hijos de los trabajadores, y provocar un desmantelamiento de la educación pública en beneficio de la privada y del fabuloso negocio que están realizando los empresarios del sector.
Ante esta situación, y más allá de los interesados análisis de los grandes medios de comunicación, los jóvenes no nos resignamos. Hemos demostrado cómo estamos dispuestos a luchar y pelear por un futuro que hoy nos niega el capitalismo. El pasado día 30 de Marzo, el Sindicato de Estudiantes convocó una jornada de protesta en la que decenas de miles de estudiantes realizamos huelga en nuestros centros de estudio y miles nos manifestamos en más de 20 localidades de todo el Estado. A través de las cientos de asambleas y decenas de miles de panfletos repartidos para esta convocatoria, miles de jóvenes expresaron con contundencia su descontento con la situación actual y sus ganas de impulsar una movilización masiva y decidida para cambiar de principio a fin esta realidad de recortes y ataques que nos están imponiendo.
En las reuniones que pudimos realizar en cientos de centros de estudio, también pudimos hablar con muchos profesores, que igual que miles de trabajadores, nos trasladaron su desaprobación sobre la política que los dirigentes de CCOO y UGT estaban llevando adelante en los últimos meses. Muchos de estos profesores, afiliados a estos mismos sindicatos, reivindicaban igual que nosotros, la necesidad de abandonar el sindicalismo de pacto social por el de lucha y defensa firme de nuestras condiciones de vida y futuro.
Continuar la lucha
Después de la jornada de protesta del 30 de marzo, el día 7 de abril se desarrolló una movilización en Madrid donde de nuevo se pudo ver la disposición de los jóvenes a defender su futuro. Desde el Sindicato de Estudiantes pensamos que estas acciones son muy positivas porque dejan claro el rechazo de la juventud sobre los numerosos ataques que estamos sufriendo. Estas acciones deben tener su continuidad en la organización del mayor número de compañeros, con los que poder preparar nuevas movilizaciones en los próximos meses y ser más efectivos en nuevas jornadas de lucha, logrando el máximo de unidad de acción entre las organizaciones juveniles y estudiantiles de la izquierda.
Pero también, el movimiento juvenil debe levantar una alternativa anticapitalista consecuente y decir sin ninguna ambigüedad quienes son los responsables de la crisis que padecemos. Son los grandes bancos, los grandes empresarios y los gobiernos que se pliegan a sus dictados los que están imponiendo unas recetas que llevan a la catástrofe a la mayoría de la población, incluida la juventud. Mientras se dedican cientos de miles de millones de euros en todo el mundo, también en el Estado español, para salvar al sector financiero, mientras las grandes empresas amasan beneficios como nunca, mientras se aprueban recortes de impuestos a los ricos, la clase obrera y la juventud es la victima de una política de austeridad draconiana, de paro masivo, recortes salariales, y degradación de la sanidad y la educación pública. Por eso desde el Sindicato de Estudiantes consideramos que es necesario explicar estos hechos, con claridad, sin temor, para organizar un movimiento juvenil que realmente plantee una alternativa transformadora. No hacer esto no fortalece la lucha de la juventud en absoluto, aunque a los medios de comunicación les pueda parecer muy atractivo promocionar ideas y discursos que son asimilables por el sistema y, en la práctica, completamente inofensivos.
El movimiento juvenil debe tener además una clara orientación al movimiento obrero. Si queremos frenar los ataques de la patronal y el gobierno, debemos ganar su apoyo y el de la base de los grandes sindicatos de los trabajadores. Para lograrlo tenemos que hablar claro, sin sectarismos, pero explicando que los dirigentes sindicales deben volver a la senda de la lucha, deben dar continuidad a la movilización, hacerla contundente, extensa y masiva, con la convocatoria de una nueva huelga general, y abandonar esta estrategia de pactos y paz social que sólo sirve a quienes quieren hacer cargar el peso de la crisis sobre las espaladas de los trabajadores y la juventud.
El Sindicato de Estudiantes siempre ha defendido públicamente, sin ocultarse, sin diluirse, sus ideas y sus posturas. Sí, somos anticapitalistas y llamamos a la juventud a organizarse y luchar por una alternativa para transformar la sociedad. Aquellos que plantean que los jóvenes no deben participar en política, que extienden ideas reaccionarias contra su derecho a estar organizados, que piensan que el movimiento se puede “asustar” de un programa de lucha consecuente, hacen un flaco favor a la juventud que padece realmente las injusticias del sistema y facilitan que se propaguen todo tipo de prejuicios que sólo sirven a nuestros enemigos. Este tipo de planteamientos, que se revisten con un ropaje de “modernidad” son muy del agrado de los grandes medios de comunicación, que los promocionan y publicitan de manera descarada. Por eso en estos momentos decisivos hay que defender un programa a favor de los jóvenes que padecemos la crisis, los hijos de los trabajadores, y fortalecer a aquellas organizaciones que no se arrugan, que defienden con valentía y tenacidad una alternativa revolucionaria para cambiar el mundo y acabar con la pesadilla que, para la mayoría, significa el sistema capitalista.
¡Es hora de luchar por nuestro futuro!
¡Basta de ataques a los trabajadores y la juventud!
¡Únete al Sindicato de Estudiantes para continuar la lucha!
• En defensa de la enseñanza pública. Aumento drástico de los presupuestos para los centros de estudio. No a la selectividad económica y académica para entrar en la universidad. Ni discriminación ni imposición de la selectividad para la FP
• Basta de aumentar las tasas académicas y de endurecer las normas de permanencia y acceso en la universidad pública. No queremos que haya miles de no admitidos como ocurre todos los años. El dinero público para la universidad pública: ni un euro para las universidades y la enseñanza privada.
• Por un puesto de trabajo digno al terminar los estudios. No a los contratos basura aprobados en el pacto firmado por el gobierno, la CEOE y los dirigentes de CCOO y UGT. Empleos dignos y bien pagados.
• No al paro juvenil. Subsidio indefinido de 1.100 euros al mes para todos los parados hasta encontrar un empleo.
• Basta de regalar dinero público a los banqueros, empresarios y especuladores. ¡Que se nacionalice la banca para emplear los recursos que generan los trabajadores en obras públicas, sanidad y educación, dando empleo a millones de parados!
Comisión ejecutiva del Sindicato de Estudiantes