No ha pasado ni un mes y medio desde que Pilar Alegría fue nombrada nueva ministra de Educación y Formación Profesional y ya ha dejado muy claro cuál será su política.

Declarada una “firme defensora del trabajo colaborativo entre la educación pública y la concertada”, defiende que “la educación es un servicio público que se presta a través de la pública y la concertada” y no ha dudado en mostrar “su respeto” hacia lo que considera un “elemento clave” del sistema educativo cuando en realidad es un negocio fabuloso para la patronal y la Conferencia Episcopal.

Que una persona que lleva a su hijo a un centro privado de élite -el Liceo Francés Molière de Zaragoza, donde un solo curso puede alcanzar los 7.000 euros- haga estas declaraciones, no es sorprendente. Lo insultante es que el Gobierno PSOE-UP, que tantas veces ha dicho apostar por la educación pública, coloque al frente del Ministerio de Educación a quienes defienden con uñas y dientes el negocio de la enseñanza concertada. Es un completo desprecio absoluto a la comunidad educativa y a millones de jóvenes de familias trabajadoras que hemos sufrido un curso escolar deplorable.

La nueva ministra envía un mensaje tranquilizador a los grandes empresarios de la privada-concertada y a la jerarquía de la Iglesia Católica, quienes seguirán disfrutando de subvenciones millonarias y quienes se han beneficiado, y mucho, de la política educativa de ataques a la pública aplicada tanto por el PP como por el PSOE.

El Estado español está a la cabeza de Europa en cuanto a privatización de la educación: el 32% del total de centros de educación infantil, primaria, secundaria, bachillerato y FP están bajo titularidad privada —el 64% de ellos en manos de la Iglesia católica— frente al 19% de la media europea. En la última década, las subvenciones del Estado destinadas a la educación privada y privada-concertada se incrementaron en un 25%, hasta alcanzar el 12% del total del presupuesto destinado a la educación. Tan solo los colegios privados de educación no universitaria, concertados incluidos, han pasado de facturar 6.698 millones de euros en el curso 2004/5 a 12.475 millones en el 2017/8, con un beneficio que ronda los 500 millones de euros en 2018. Según datos de la UGT, la escolarización en este tipo de escuelas no deja de crecer: la concertada acoge a uno de cada cuatro estudiantes de secundaria (un 29% a nivel estatal, que sube hasta el 49,1% en Euskadi y 36,9% en Madrid). [1]

Estas cifras no reflejan la “diversidad educativa”, sino cuán lejos ha llegado el proceso de privatización de la educación pública. Años y años de políticas a favor de la concertada y recortes, son precisamente lo que han llevado a la red pública a una situación de abandono estructural, algo que la nueva ministra parece estar dispuesta a no revertir. Al contrario, su compromiso con la nueva ley privatizadora de FP presentada por Isabel Celáa, supone un paso más en el desmantelamiento de la pública.

En unos pocos días iniciaremos el curso escolar 2021-2022, con los efectos de la pandemia todavía machacando a los estudiantes con menos recursos económicos y nuestras familias. Hay que poner fin a esta pesadilla, dejando de regalar miles de millones a la concertada, y asegurando una educación pública, gratuita, laica y de calidad, con plazas suficientes y con condiciones dignas para nuestros profesores.
No queremos negocios, queremos tener garantizado el derecho a la educación pública. Y lo defenderemos desde las aulas y desde las calles.

Exigimos:

1. Plan de rescate urgente a la educación y la universidad públicas con una inversión del 7% del PIB.

2. Bajada de las ratios a 15 alumnos por aula y contratación de 165.000 profesores.

3. Educación 100% pública. ¡Basta de hacer negocio con nuestra educación! Ni un solo euro público para la educación concertada-concertada y la jerarquía de la Iglesia Católica.

4. Creación de miles de plazas públicas desde infantil a la Universidad. Por la gratuidad total de la enseñanza pública, desde los 0-3 años a la FP y la Universidad.

 

[1] https://www.eldiario.es/sociedad/escuela-concertada-necesidad-libertad-eleccion_1_1677327.html