Resoluciones aprobadas en el XIV congreso estatal del Sindicato de Estudiantes

Tras años del “boom económico” en que los beneficios de la gran banca y de los empresarios han crecido de manera estratosférica, una profunda y dura crisis de la economía capitalista se extiende desde los países más industrializados hasta los continentes más pobres. En estas condiciones, la burguesía pretende descargar sobre los hombros de las familias trabajadoras las consecuencias de la recesión y el caos económico: despidos, recortes salariales, privatizaciones de servicios públicos, precariedad, reformas laborales, para acabar con más derechos de los trabajadores, y ataques al sistema público de pensiones.
Hasta ahora, todas las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos tienen el mismo color: regalar billones de euros a la gran banca y dedicar el dinero de todos a garantizar los sacrosantos beneficios de los capitalistas. Ninguna noticia sobre incrementar los recursos para el seguro de desempleo o garantizar la sanidad y la educación pública de calidad para todos.
En el Estado Español la situación de la clase trabajadora empeora cada día que pasa. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 10 millones de trabajadores cobramos salarios inferiores a los 1.000 euros al mes o raspamos esa cantidad. El paro se está disparando de manera descontrolada, afectando a cerca de tres millones de trabajadores, mientras los anuncios de nuevos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), despidos y cierres de empresas en todos los sectores productivos llenan las páginas de los periódicos.
En este contexto, el Gobierno del PSOE, encabezado por Rodríguez Zapatero, ha planteado de forma demagógica que se permitirá a los parados que aplacen el pago de la mitad de sus hipotecas, el problema es que la parte de la cuota que se aplace tendrá que devolverse después con intereses. Por tanto, esta no es ninguna solución, ya que mientras esto ocurra los bancos tendrán asegurados sus beneficios con el plan aprobado para entregar 150.000 millones de euros (más del 15% del PIB del Estado Español) a la gran banca española. Compárese esta cantidad con los 19.000 millones presupuestados para el seguro de desempleo en 2009, o los 22.000 millones de gastos en infraestructuras.
Pero la mejor manera de darse cuenta de lo que supone esa cantidad de dinero es compararla con los beneficios obtenidos en los últimos dos años por los cinco grandes bancos españoles: 17.416 millones en 2006 y 21.000 millones en 2007. La coartada para poner este plan en marcha es, supuestamente, asegurar “liquidez” a las empresas y las familias para reactivar la economía pero, en la práctica, este dinero solo servirá para que la gran banca pueda hacer frente a sus compromisos con los grandes especuladores y dotarse de solvencia después de haber obtenido beneficios insultantes en la burbuja especulativa que ahora ha estallado ¿De dónde saldrá toda esa inmensa riqueza que se va a trasvasar a los grandes bancos? Diga lo que diga el gobierno ya sabemos la respuesta: saldrá de recortar los gastos sociales, aumentar los impuestos a los trabajadores y reducir la cobertura del desempleo. Así, mientras que se aplazan los pagos de las hipotecas, los bancos recibirán el dinero de nuestros bolsillos. Las ayudas a los bancos son medidas capitalistas para defender los intereses de los capitalistas.

A pesar de la dureza de esta crisis los dirigentes sindicales no han reaccionado. Por el momento se han limitado a defender lo que denominan “un nuevo modelo de crecimiento para salir de la crisis”. El pequeño inconveniente de este “modelo” es que los capitalistas no actúan como una ONG para aliviar los problemas de los trabajadores. Su objetivo es el de obtener el máximo beneficio en el tiempo más corto posible. Ellos tienen un plan muy claro para sortear esta crisis: preservar sus beneficios y poner a buen recaudo el capital acumulado en los últimos años.
Para lograr estos objetivos no dudarán en abaratar más los costes salariales, intensificando la explotación de los trabajadores y “adecuando las plantillas al volumen de negocio”, es decir, despidiendo a más gente. Los capitalistas congelarán sus inversiones hasta que se presenten oportunidades de negocio más claras, e intentarán colocar su dinero en otras burbujas especulativas que les brinden altas tasas de beneficios.
Es el momento, por tanto, de dar un giro de 180º en la política de los sindicatos. Los dirigentes sindicales deben impulsar una respuesta contundente organizando ya una Huelga General de 24 horas con el objetivo de defender los empleos, los salarios y los servicios públicos. El dinero de todos debe ir a proteger a las familias trabajadoras, no a un puñado de multimillonarios. Es necesario impulsar un plan de lucha que unifique los conflictos de todos los sectores afectados por la crisis económica implicando al conjunto de la población en el mismo.

En el próximo mes de enero se cumplirá el 50 aniversario del triunfo de la revolución cubana. Aquel acontecimiento generó una ola de simpatía en toda una generación de trabajadores y jóvenes del mundo entero. Todavía hoy la revolución cubana es un símbolo de resistencia anti-imperialista y anti-capitalista. En esta pequeña Isla se comprobó que la sociedad puede funcionar mucho mejor sin banqueros, sin empresarios y sin terratenientes. La nacionalización y la planificación de la economía que siguió al derrocamiento revolucionario de la sanguinaria dictadura de Batista sentaron las bases para el desarrollo de un potente sistema sanitario y educativo público. El nivel cultural del pueblo cubano, la práctica erradicación de la mortandad infantil y otras conquistas sociales fundamentales jamás se hubiesen alcanzado sin el derrocamiento del sistema capitalista en la Isla. La prueba está en la miseria y la degradación social existente en todos los países de América Latina e incluso en los países capitalistas desarrollados.

El carácter progresista de la revolución cubana también se puede comprobar en la intensa y permanente campaña de tergiversaciones y mentiras que todos los días dirige contra ella los medios de comunicación controlados por el imperialismo. A los capitalistas de todo el mundo les gustaría asistir a la desaparición de este ejemplo molesto y desafiante para su sistema. La derrota de la revolución cubana, es decir, la reinstauración del capitalismo en la Isla y el desmantelamiento de todas sus conquistas sociales, sin duda alguna significaría un golpe tremendo no sólo para el pueblo cubano sino para la revolución en toda América Latina y para los trabajadores y jóvenes más conscientes de todo el mundo.

Por todo ello, este congreso reafirma el apoyo del Sindicato de Estudiantes a la revolución cubana frente a todas las agresiones y maniobras del imperialismo contra ella. No somos, nunca hemos sido y jamás seremos neutrales entre la monstruosa maquinaria destructiva del imperialismo y la lucha de un pueblo por su dignidad, una dignidad que solo pudo ser alcanzada rompiendo con el capitalismo. Reiteramos todo nuestro apoyo a las conquistas de la revolución cubana y hacer todo lo que esté en nuestra manos para contrarrestar la campaña de intoxicación de los medios de comunicación al servicio de los capitalistas.  También queremos reiterar todo nuestro apoyo y solidaridad con los cinco revolucionario cubanos injustamente encarcelados en EEUU. Exigimos una vez más su inmediata puesta en libertad.

Por último queremos señalar que después de 50 años de resistencia y a pesar de los evidentes peligros que acechan la revolución por su prolongado aislamiento, esta también tiene poderosísimos puntos de apoyo para poder preservar sus conquistas y avanzar. La oleada revolucionaria que sacude América Latina desde hace 10 años es una prueba evidente de que se puede y se debe derrocar el capitalismo en este continente. La crisis capitalista, por otro lado, está provocando una enorme sacudida en la conciencia de la clase obrera a escala mundial, incluyendo, y de manera muy significativa, la clase obrera norteamericana. Hoy, mucho más que hace medio siglo, se dan las condiciones para el triunfo del socialismo en Cuba, en América Latina y en el mundo.

Ha valido la pena resistir, ¡completemos la tarea!

 Como consecuencia directa de la campaña que inició el PP en su momento, y que continúa en los medios de comunicación de la burguesía día tras día, para mostrarnos como delincuentes, borrachos y drogadictos, en muchos institutos se han colocado cámaras de seguridad. El caso más impactante ha sido el del instituto Abastos en Valencia, donde, llevando estas medidas un paso más allá, instalaron cámaras en los baños de las chicas y un sistema de reconocimiento de huella dactilar para salir del centro.
Los compañeros conseguimos una primera victoria ejemplar, con una denuncia pública inmediata, reparto de hojas y una asamblea en la puerta del instituto, y la dirección se vio obligada a retirar las cuatro cámaras de los baños y sustituir el sistema de reconocimiento por huella por uno basado en tarjeta magnética.
En cuanto esto se hubo conseguido, los medios de comunicación de la burguesía volvieron a su cantinela habitual con redoblada fuerza. Si durante la lucha les había resultado complicado a muchos de ellos justificar éstas medidas, ahora vomitan mentiras sobre la juventud todos los días que pueden.
No es de extrañar. Hemos demostrado que la lucha organizada sirve; y que los hijos de los trabajadores no nos callamos ante cada uno de los ataques que nos lanzan todos los días. Hemos desenmascarado sus mentiras en la calle, con dos huelgas generales ejemplares, en las que se ha visto una pequeña muestra del odio que los hijos de los trabajadores sentimos por éste sistema decadente que nos condena al paro y la miseria, y que, lejos de ser apáticos, borrachos o drogadictos, comprendemos perfectamente qué está ocurriendo en esta época de crisis social y económica del sistema capitalista, y cada vez somos más quienes sacamos la conclusión de que hay que acabar con él si queremos un futuro.
No somos responsables de la violencia que genera su sistema.
En unos institutos plagados de barracones de obra, con aulas de treinta alumnos en el mejor de los casos, y carencia cotidiana de profesores, material escolar, etc. Sin un futuro aunque termines los estudios superiores, y viviendo violencia diariamente, muchas veces en la propia casa, otras a través de las noticias; un sector extremadamente minoritario de la juventud, sin alternativa, aprende esta forma de vivir.
Pero, ¿Resuelve algo la instalación masiva de sistemas de vigilancia? Nosotros sabemos que no. Lejos de conseguir sus objetivos, éstas medidas generan más malestar y violencia. Los jóvenes nos sentimos tratados como potenciales delincuentes, vigilados permanentemente “por si acaso hacemos algo” y eso no ayuda para nada a una convivencia sana. En lugar de presuntos inocentes nos convierten en presuntos culpables.
Es inadmisible que se gasten treinta y cinco mil euros en sistemas de vigilancia, como en Abastos, cuando hay otras necesidades que cubrir mucho más importantes. Si queremos acabar con los casos de violencia, primero necesitamos profesores suficientes, aulas de diez o quince alumnos y profesores de apoyo para los que realmente sean conflictivos. Y eso se consigue con inversión. Ya basta de regalar dinero a la privada, concertando o subvencionándoles directamente; la educación pública necesita un plan de inversión serio.
Sólo la lucha organizada puede conseguir que se hagan realidad éstas reivindicaciones pero, en última instancia, sólo cambiando de arriba a abajo ésta sociedad violenta y corrupta conseguiremos solucionar definitivamente éstos problemas, que el capitalismo reproduce una y otra vez.

El capitalismo está inmerso es la peor crisis económica desde la Gran Depresión de finales de los años treinta. Durante los últimos meses hemos presenciado la bancarrota de grandes bancos en todo el mundo, la brusca caída de las bolsas mundiales y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
El aumento brusco del paro en el Estado Español, más de 200.000 nuevos parados durante el mes de octubre, ha hecho que millones de trabajadores y jóvenes se pregunten cuál es la causa de la actual crisis. Todos estos intentos de entender como funciona la economía cuentan con un obstáculo: la enorme maquinaria mediática e ideológica que los capitalistas han levantado para justificar y apuntalar el sistema capitalista.
Los mismos economistas burgueses que negaban la posibilidad de que la economía pudiera entrar en crisis, pasaron a decir que se trataba de un ajuste, una corrección del mercado, para finalmente acabar asumiendo que la economía mundial se dirige a una crisis profunda y duradera, de la que solamente estamos viviendo los primeros capítulos.
Acerca de la causa de la crisis, insisten en que nos encontramos ante una crisis de confianza, producto de los excesos y abusos de uno que otro banquero malo que desencadenó una restricción del crédito que  provocó una falta de liquidez en el mercado, acentuando la crisis del crédito. La crisis financiera se ha trasladado a la economía real. ¿Pero qué diablos significa todo esto? Dicen que no corre suficiente dinero por las mesas de los ejecutivos (falta de liquidez). De esta forma, tratan de asignar la causa de la crisis a aspectos secundarios o a procesos psicológicos como el exceso o la falta de confianza, como si la actual crisis fuera simplemente un malentendido.
La causa de la crisis económica está en el funcionamiento del propio sistema capitalista. El problema es el capitalismo, un sistema socioeconómico que divide a la sociedad en una minoría de ricos cada vez más ricos y una mayoría de pobres cada vez más pobres. Mientras la clase obrera, la mayoría de la población, genera riqueza a través del trabajo manual e intelectual, la minoría de capitalistas parásitos que poseen los medios de producción (la banca, la tierra y las fábricas) se benefician del trabajo ajeno, obteniendo beneficios astronómicos. Así ha funcionado siempre el capitalismo, y seguirá funcionando de esta manera por mucho que lo refunden.
Durante los últimos quince años de boom, los capitalistas se han llenado los bolsillos a costa del aumento de la explotación de los trabajadores: bajos salarios, pérdida de poder adquisitivo, aumento de la precariedad y largas jornadas laborales. Especialmente en el caso de las mujeres, jóvenes e inmigrantes.
Ahora pretenden que sean los trabajadores los que paguen las consecuencias de la crisis con despidos, deterioro de las condiciones laborales y bruscos recortes en los servicios públicos: educación y sanidad pública, pensiones y subsidios de desempleo.
Además, durante años han desviado cantidades enormes de la plusvalía obtenida de los trabajadores hacia los sectores en los que obtenían el máximo beneficio, engordando múltiples burbujas especulativas (bursátil, inmobiliaria, alimenticia...). No han dejado otro camino a millones de familias en Europa y EEUU más que endeudarse cada vez más para obtener una vivienda y para poder llegar a final de mes. La  montaña de deudas de las familias trabajadoras y el aumento del paro presentan un panorama dramático.
La crisis económica actual es una crisis de sobreproducción, tal y como explica el marxismo revolucionario. Se podría seguir produciendo, pero el problema es que esas mercancías se quedan sin vender. Es una crisis irracional e inherente al capitalismo. Hay necesidades sociales de todo tipo, hay trabajadores dispuestos a trabajar y medios de producción para llevarlo a la práctica. Pero los capitalistas se dedican a destruir riqueza, cerrar fábricas y despedir a trabajadores. ¿Por qué? Porque bajo el capitalismo el objetivo que persiguen los capitalistas es la obtención del máximo beneficio.
Un buen ejemplo de esto es la vivienda. En el Estado Español hay casi un millón de viviendas de obra nueva vacías y otros tres millones de viviendas de segunda mano vacías. Hay millones de jóvenes (y no tan jóvenes) que no tiene vivienda. ¿Si hay pisos y casas, y personas para habitarlas, por qué están vacías? Porque los capitalistas que las han construido no pensaban en las necesidades sociales, sino en obtener beneficios explotando a los trabajadores de la construcción y engordando la burbuja inmobiliaria. Bajo la lógica del capitalismo este problema es irresoluble.
La reacción desesperada de los gobiernos de todo el mundo, incluido el gobierno de Zapatero, ha sido regalar cantidades verdaderamente obscenas de dinero público, que aportan los trabajadores a través de los impuestos y cotizaciones, a los grandes banqueros. Más de tres billones de euros en los últimos dos meses en todo el mundo. Según la UNESCO, se puede acabar con el hambre en el mundo con 200.000 millones de euros. Este solo hecho es una demostración de que el capitalismo es un sistema enfermo que hay que derrocar.
Estas medidas no han resuelto ninguno de los problemas fundamentales, ni evitará que la economía entre en crisis, ni evitará los despidos y cierres de empresas. Solamente garantizará las cuentas de beneficios de los grandes banqueros, a costa de futuros recortes en los servicios públicos.
La alternativa del Sindicato de Estudiantes a la crisis actual reside en unir la lucha cotidiana en defensa de la educación pública con la lucha por el empleo y los servicios públicos, sumándolas a la vez a la lucha por acabar con el sistema capitalista. Nuestra alternativa frente a las mal llamadas nacionalizaciones es la expropiación de la banca y la nacionalización sin indemnización bajo control obrero de los grandes monopolios.
Nuestra alternativa es el socialismo, un genuino régimen de democracia obrera. Si los recursos que existen en el mundo se planificaran de manera racional, se podría aumentar la producción mundial sin destruir el medio ambiente, acabar con la pobreza, las guerras y las enfermedades, repartir el trabajo y reducir la jornada laboral y aumentar los salarios. Pero no se puede planificar lo que no se posee. Por eso hay que expropiar a los grandes empresarios y banqueros, y poner la riqueza que genera la mayoría de la población bajo el control democrático y la gestión de la mayoría. Esta es la alternativa del Sindicato de Estudiantes a la crisis capitalista: la lucha por el socialismo.

El fenómeno de la inmigración masiva no es algo nuevo en la historia, pero no es menos cierto que bajo el capitalismo ha alcanzado cotas inéditas. La explotación brutal y descarada de un puñado de multinacionales que saquean los recursos de los países más ricos (África, Asia y Latinoamérica) dejando a gran parte de su población en la miseria, ha provocado un movimiento masivo de trabajadores a los países más desarrollados. Los capitalistas, no satisfechos con obtener materias primas (en algunos casos mediante guerras de rapiña como Irak o Afganistán) y explotar mano de obra barata, han aprovechado para atacar las condiciones de vida de los trabajadores en los países más “desarrollados”. Por un lado, usando como ariete las condiciones precarias de los inmigrantes y por otro, las sucesivas reconversiones y deslocalizaciones, destruyendo miles de puestos de trabajo y chantajeando con los cierres de empresas a los trabajadores que no aceptaran sus planes. Este es el resultado inevitable de la “globalización” bajo el capitalismo: más fronteras, más represión, más explotación y más miseria para las masas de todo el mundo.
La Comisión Europea estima en ocho millones los inmigrantes “sin papeles” que viven, trabajan, sufren y luchan por sus vidas en la UE. Mientras el crecimiento económico se mantenía los inmigrantes eran necesarios, además se alentaban las regularizaciones desde gobiernos de derecha como el de Aznar. En el Estado Español los inmigrantes censados pasaron de 637.086 en 1998 a 5.220.600 en 2008. Los trabajadores extranjeros se han ocupado fundamentalmente en la construcción y en el sector servicios. La especulación desenfrenada, el endeudamiento pero sobre todo la explotación de los inmigrantes han sido la base del “milagro económico español”. Ahora que la “fiesta” se acabó, la burguesía intenta cargar todo el peso de la crisis económica mundial sobre las espaldas de la clase obrera, tanto la nativa como la extranjera.
Se está criminalizando a millones de personas por el sólo hecho de buscarse la vida en otro país. Existen más de 280 Centros de Internamiento (los Guantánamos europeos) desperdigados por Europa. Se calculan entre 20.000 y 25.000 los inmigrantes detenidos durante largos períodos de tiempo. Para “regular” la inmigración han aprobado en el Parlamento Europeo la “Directiva de la Vergüenza” que establece, entre otras medidas: retención de los inmigrantes en centros de internamiento hasta un período de 18 meses, prohibiciones de ingreso a los expulsados durante años e incluso recluir en prisión. La campaña de criminalización de los inmigrantes está a la orden del día en toda Europa. Candidatos racistas en Suiza y Austria, persecución de minorías étnicas en Italia, proliferación de bandas fascistas…En el Estado Español los medios de comunicación se han cebado hasta el punto de acusarlos de traer la delincuencia, crear inseguridad, “quitar el trabajo a los españoles”, no querer adaptarse a las costumbres de aquí…¡hasta de la crisis económica! La derecha ha llevado la voz cantante utilizando la demagogia y alentando el racismo. Esto no sorprende a nadie, al fin y al cabo son los mejores defensores del “libre mercado”. Pero lamentablemente se han escuchado algunos coros desde la izquierda, mejor dicho de sus dirigentes como es el caso del Ministro de Trabajo e Inmigración Celestino Corbacho culpando a los inmigrantes del deterioro de los servicios públicos y abogando por segregar a los niños extranjeros en los colegios “para que aprendan a convivir con nosotros”.

El gobierno de Zapatero, lejos de diferenciarse de la derecha, está compitiendo a ver quién pone más mano dura y reprime a los inmigrantes. El gobierno anunció un endurecimiento de la Ley de Extranjería. Aumentarán el “período de internamiento” a 60 días (con el cuento de los “trámites”) y dificultarán la reagrupación familiar. ¿Se supone que estás son medidas “progresistas”? Seguramente tan de “izquierdas” como regalar dinero público a los banqueros para salvar sus negocios, rebajar los impuestos a los ricos o privatizar los servicios públicos. Total… “¡La culpa es de los inmigrantes!”
La burguesía aplaude fervorosamente todas estas medidas mientras además exige abaratar los despidos y recortar miles de puestos de trabajo con la excusa de la crisis. No están dispuestos a renunciar a incrementar sus beneficios que es la base de todo su sistema. Se preparan para enfrentarse abiertamente al movimiento obrero y no dudarán en utilizar el racismo para dividirnos. No quieren que se “contagie” el ambiente que se respira del otro lado del océano, donde en Latinoamérica se viven procesos revolucionarios que cuestionan abiertamente el capitalismo. Donde los trabajadores ocupan fábricas que dejaron sus patrones para ponerlas a funcionar bajo su control y las masas debaten de política en la calle. ¡Quieren dividirnos porque tienen pánico de que nos unamos para luchar contra sus intereses!
El Sindicato de Estudiantes es una organización internacionalista. Los inmigrantes son nuestros hermanos de clase y la mejor manera de luchar por nuestros intereses es hacerlo juntos en las mismas organizaciones. Es una tarea prioritaria que deberían estar haciendo los dirigentes sindicales de CCOO y UGT. La única arma efectiva contra el racismo y contra la violencia de las bandas fascistas es la unidad de la clase obrera en la lucha. Por encima de cualquier nacionalidad, raza, o religión.
Pero la raíz del racismo y el fascismo es la misma: el propio capitalismo que ha entrado en una crisis de consecuencias históricas. Las medidas que han tomado los gobiernos de todo el mundo demuestran que la burguesía está unida y organizada para atacarnos. Nosotros deberemos organizarnos internacionalmente para impedirlo. Las ideas revolucionarias son más necesarias que nunca. Por eso aquella “vieja” pero muy actual frase de Marx cobrará ahora más sentido:

La revolución venezolana  sigue siendo la punta de lanza de la revolución en América Latina y  a nivel internacional,  es por esto que todos los acontecimientos que tengan lugar allí tienen una enorme trascendencia para todos los revolucionarios en cualquier parte del planeta. En el momento actual dos acontecimientos fundamentales centran nuestra atención; el enorme paso adelante en el proceso que supone la reciente creación  de las juventudes de PSUV, algo que   saludamos con entusiasmo en nuestro XIV Congreso Estatal y las elecciones regionales del 23 de noviembre en la que los candidatos chavistas volverán a concurrir.
El gran revolucionario alemán Kart Liebneck decía que “la juventud es la llama de la revolución proletaria”, somos conscientes de que la organización revolucionaria de la juventud en un país en revolución será un elemento clave para la profundización del proceso y en la lucha contra los intentos de boicotear la revolución desde dentro del proceso, así como en el combate que actualmente se está dando entre las ideas reformistas , aliadas de la contrarrevolución dentro del movimiento, y las ideas genuinamente revolucionarias de la transformación socialista de la sociedad, combate del que nosotros mismos fuimos testigos en el congreso fundacional de la J-PSUV en el que tuvimos la suerte de poder participar como parte de la delegación internacional.
Aprovechamos nuestro XIV congreso estatal para ponernos a la entera disposición de la vanguardia de la juventud venezolana  en las tareas de la defensa de la revolución bolivariana dentro del estado español y en la construcción de la solidaridad internacional con la revolución en América Latina.
En el día de hoy, 23 de noviembre de 2008, la Revolución venezolana afronta una nueva cita electoral en la que es escogerán los nuevos alcaldes y gobernadores.  Entendemos que estas elecciones marcarán un nuevo punto de inflexión en el proceso revolucionario , y es por eso que aprovechamos este congreso para apoyar públicamente a los candidatos del PSUV en esta jornada electoral.
Los candidatos chavistas, y el mismo Chávez, han  obtenido  en las últimas citas electorales  el abrumador respaldo de la inmensa mayoría de la población venezolana, lo que demuestra el enorme empuje revolucionario de las masas, pero la revolución venezolana  sigue en el punto de mira del imperialismo y los capitalistas a nivel mundial que no han dudado en recurrir a golpes de estado, boicot económico, enormes campañas propagandísticas de desprestigio y ataque directo al proceso venezolano a través de los grandes medios de comunicación que ellos mismos controlan, amenazas y chantajes al pueblo venezolano, etc. Conscientes de su debilidad actual para aplastar la revolución, esperan el momento en el que se pueda producir un  desgaste en el apoyo al proceso  para contraatacar, ansían el escepticismo entre las masas y se apoyan en los sectores reformistas del gobierno para retrasar, minimizar y boicotear directamente todos los planes y avances de la revolución.
Esta es precisamente  la clave para comprender la única derrota electoral del chavismo hasta ahora, en el pasado referéndum constitucional, en el que los tres millones de votantes que el chavismo perdió dieron la victoria al NO, a pesar de que la oposición no consiguió un aumento sustancial en sus votantes. Este ha sido sólo un aviso de lo que puede suceder si la revolución no avanza, sólo con una profundización  de la revolución , expropiando a los capitalistas y nacionalizando bajo control obrero las palancas fundamentales de la economía dentro de una economía planificada,  y luchando además contra aquellos que haciéndose pasar por revolucionarios boicotean desde dentro del aparato estatal la revolución,  será posible romper definitivamente con el capitalismo  y comenzar la construcción de una nueva sociedad que inspire al resto de los trabajadores y explotados del mundo marcándoles el camino a seguir.
Cada día que pasa capas más amplias de la sociedad  sacan la conclusión de  que el capitalismo no sirve, no funciona, no tiene ninguna solución a nuestros problemas. La actual crisis económica pone de manifiesto la verdadera naturaleza del sistema capitalista y millones de jóvenes y trabajadores en todo el mundo buscan una alternativa. Desde el Sindicato de Estudiantes, como organización de la juventud revolucionaria en el estado español, sabemos que la lucha revolucionaria es la única salida para acabar con este sistema podrido que condena a miles de millones de personas a la  explotación más salvaje para el mantenimiento de los beneficios de una minoría en la sociedad, los capitalistas. Sólo con una sociedad socialista en la que los recursos naturales y económicos estén a disposición de la mayoría de la sociedad y no a merced de los intereses de unas cuantas familias podrán solucionarse los problemas más acuciantes para la sociedad; el hambre, las guerras, el paro, la explotación, etc. Por todo esto, hoy más que nunca:

 

Aquí incluimos algunos errores que han sido localizados en las ponencias pero que no son específicamente enmiendas.
1. En el Informe General al XIV Congreso Estatal del Sindicato de Estudiantes, párrafo 106, página 9:
"Para evitarlo se llegó a convocar un mes de huelga indefinida con piquetes diarios en la facultad en los que participan más de cien estudiantes."
2. En Construcción del Sindicato de Estudiantes: Una herramienta para la lucha, párrafo 1, página 27:
"Desde 1985 el Sindicato de Estudiantes se ha fortalecido y nos hemos convertido en la organización estudiantil más importante en el Estado español. Y lo que es más importante, en la organización de referencia para la inmensa mayoría de los estudiantes de los institutos de todo el Estado."
3. En Construcción del Sindicato de Estudiantes: Una herramienta para la lucha, párrafo 2, página 27:
"El Ministerio de Educación, a través del Consejo Escolar del Estado, ha tenido que reconocer por escrito que el sindicato de estudiantes es la organización mayoritaria en los institutos de todo el país: "... como Presidenta del mismo resuelvo lo siguiente: Asignar tres puestos al Sindicato de Estudiantes, con lo que aumenta en un Consejero su presencia en este Consejo, pasando a ostentar la mayor representatividad en el Consejo Escolar del Estado, por el número de asociaciones." (Resolución del Consejo Escolar del Estado de fecha 31-05-06).
4. En Construcción del Sindicato de Estudiantes en la Universidad, párrafo 5, página 39:
"Además, la importancia del debate, la celebración de actos públicos, son puntos muy importantes de nuestro trabajo dentro de la universidad, que nos permiten construir secciones sindicales en muchas facultades."