diez350 preguntas tipo test para conseguir el título de secundaria y bachillerato

Desde que el Partido Popular llegó al gobierno hace casi 4 años los ataques a la educación pública, orquestados por el ministro Wert, han estado en la punta de lanza del gobierno. A lo largo de estos años, tanto el ministro Wert como su número dos, la multimillonaria señora Gomendio, han destinado cada segundo al frente del ministerio a devolver la educación pública a la época franquista.

La contrarreforma franquista de Wert nos devuelve a las aulas de los años 50

Una de las primeras medidas de este nostálgico del franquismo fue la LOMCE, la nueva ley educativa que supone un salto atrás en el tiempo sin precedentes. Esta ley vino acompañando al recorte de 7.000 millones de euros a la enseñanza pública, el despido de más de 32.000 profesores en nuestros colegios e institutos, la imposición de la asignatura de religión, etc. Sin embargo la principal característica de la LOMCE es la segregación de los estudiantes a través de las reválidas, pruebas externas al final de cada ciclo recuperadas directamente de la dictadura franquista.

La pesadilla de las reválidas: 350 preguntas tipo test para poder conseguir el título de ESO y Bachillerato.

En las últimas semanas hemos podido conocer cómo serán estas reválidas, que según el proyecto del ministerio constarán de 350 preguntas tipo test divididas en 3 áreas: un primer área con 200 preguntas de todas las asignaturas troncales, un segundo área con 100 preguntas de dos materias optativas elegidas entre las troncales y un tercer área con 50 preguntas sobre una materia específica.

Estas reválidas se harán en 6º de primaria, 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, y exceptuando la primera, en las otras dos será necesario sacar al menos un 5 sobre 10 para conseguir el título de secundaria y bachillerato respectivamente, independientemente de tener todo el curso aprobado. En el caso de la reválida de 4º de la ESO, ésta tendrá un peso del 30% de la nota, mientras que a la de 2º de Bachillerato le corresponderá un 40% (como la actual selectividad). Pretenden que después de aprobar todas las asignaturas tengamos que volver a examinarnos. Esta reválida lo que busca precisamente es convertir los estudios en una carrera de obstáculos, segregando a los estudiantes por motivos económicos. En la situación actual, con la reducción de profesores y con 40 alumnos en clase, cualquier estudiante que sea hijo de una familia adinerada, no tendrá ningún problema en pagar academias o profesores particulares ante cualquier dificultad para aprobar la reválida, en cambio, si eres hijo de una familia trabajadora que no puede hacer frente a estos costes tus posibilidades de superar la reválida se reducen considerablemente. Lo que pretenden desde el Ministerio de Educación es utilizar estos exámenes para expulsar a cientos de miles de estudiantes del sistema educativo por la vía rápida y además sin cualificación, para poder explotarnos a su gusto en el mercado laboral. La educación no se mejora con exámenes sino invirtiendo recursos ¡qué readmitan a nuestros profesores despedidos, que reduzcan el número de alumnos por aula, que aumenten los desdobles y la atención a alumnos con más dificultades! ¡Así sí se podría mejorar la calidad educativa! El problema es que sus intenciones no son esas sino liquidar la educación pública por completo y dejar en la cuneta a los estudiantes que provenimos de familias trabajadoras.

Preguntas tipo test para poder seguir despidiendo profesores y cerrar definitivamente la universidad para los hijos de los trabajadores.

Al ministro Wert y al gobierno del Partido Popular no les importa la educación de los miles de estudiantes de todo el estado. El examen tipo test no mide los conocimientos de los estudiantes, todo lo contrario, únicamente tiene en cuenta datos específicos y una única respuesta final que no valora el procedimiento ni el conocimiento general de la materia. El ministro Wert lo sabe, pero no le importa que nuestros profesores se vean obligados a enseñarnos a hacer exámenes en vez de la materia correspondiente, ni que los estudiantes no aprendamos absolutamente nada más que a memorizar como robots.

Los objetivos del ministro y del gobierno del PP con esta medida son claros: seguir privatizando la educación pública despidiendo por el camino a cientos de profesores de la administración pública y sustituyéndolos por profesores del sector privado y máquinas que corrijan los exámenes e imponer aun más trabas y filtros al acceso de los hijos de los trabajadores a la universidad para que sólo los ricos puedan estudiar.

Desde el Sindicato de Estudiantes llamamos una vez más a los sindicatos de clase del profesorado y a las organizaciones de madres y padres para organizar una respuesta contundente para parar este nuevo ataque. Como demuestra la lucha de los trabajadores de Coca-Cola, a través de una lucha contundente se puede ganar y mandar de una vez por todas a Wert y todas las políticas contra la educación pública al basurero de la historia

¡No a la contrarreforma franquista de Wert!
¡Ni reválida ni selectividad, el hijo del obrero a la universidad!