“El dinero existe, sólo hay que señalar dónde está”. Estas palabras son de la secretaria general del Sindicato de Estudiantes, Ana García, y resumen el sentimiento de los alumnos de las universidades públicas ante las palabras de la presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Adelaida de la Calle, quien ha llamado a “apadrinar a un estudiante”. (artículo publicado por lamarea.com).
De la Calle ha propuesto este miércoles la creación de una bolsa para canalizar donaciones individuales destinadas a “apadrinar a un estudiante, pagando una matrícula”. De este modo, la también rectora de la Universidad de Málaga ha animado a donar a alumnos “igual que se apadrina a un niño”.
Sindicatos y organizaciones estudiantiles han mostrado su desacuerdo con las palabras de De la Calle. Otras entidades, como la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de las Universidades Públicas (CREUP), se muestran cautas. “Tenemos cierto miedo a que el Ministerio aproveche estas cosas para seguir endureciendo los criterios de las becas”, declara Aratz Castro, portavoz del CREUP.
“Garantizar el derecho de la educación es competencia de las instituciones, por lo que en ningún caso el mecenazgo puede sustituir a las políticas públicas”, recuerda. Aunque no se puede depender “de si un particular dona o no dinero, cuando lo que hay que hacer es potenciar las becas”, asegura este estudiante, “eso no quita que ante el desaguisado del Ministerio vemos positivamente todas esas medidas que permitan a los estudiantes seguir cursando sus estudios”.
“Una solución muy sencilla”
Por su parte, organizaciones como el Sindicato de Estudiantes muestran una oposición total. “Estas declaraciones son muy desafortunadas, porque en la práctica la idea de apadrinar a un estudiante nos devuelve al yugo de la beneficiencia”, denuncia Ana García, secretaria general del sindicato. “Lo que debería ser un derecho está cada vez más cerca de la caridad de los años del franquismo”, añade.
Para García, hay una solución “muy sencilla”: “Que todo el dinero que se ha regalado a la banca, que se ha destinado a rescates de los ricos, se destine a cubrir estas necesidades básicas. Es sorprendente que se apoye este tipo de iniciativas, que no hacen más que esconder el verdadero problema. El dinero sí existe, hay que apuntar a donde está, en vez de apelar a la caridad”.
No es la primera vez que se produce este tipo de declaraciones. El pasado julio, el rector de la Universidad Carlos III de Madrid, Juan Peña, apeló a la “generosidad” de los exalumnos de la institución, en una misiva en la que pedía donaciones para becas. “Si cada antiguo alumno diera 12 euros al año (un euro al mes) podríamos multiplicar por tres el número de becas”, razonaba en la carta.
Recortes que asfixian a la pública
Los colectivos estudiantiles califican la situación de la universidad española como “de emergencia”. No en vano, el recorte de becas y ayudas al estudio de más de 200 millones de euros junto al aumento de las tasas ha dejado a decenas de miles de estudiantes al borde de la expulsión
El año pasado, un 21% de los estudiantes españoles tuvo que abandonar sus estudios por razones económicas, una cifra mucho mayor que en 2008, situada en el 11’7%. En 2013, la cifra se prevé mucho mayor debido a la fuerte subida de tasas.