¡No al Tasazo!

¡Por una educación pública digna y gratuita!

Tras un curso plagado de ataques a la educación pública, el Partido Popular continúa con su campaña demagógica tratando de ocultar lo que es una realidad innegable: su voluntad decidida de terminar con el derecho a una educación pública y de calidad para todos. Su proyecto de reforma franquista –LOMCE- pone las bases para expulsar desde bien pronto, en el instituto, a una gran parte de los jóvenes hijos de trabajadores del sistema educativo. Lo hace a través de una verdadera carrera de obstáculos con reválidas e itinerarios que nos arrojarán lo antes posible al mercado laboral con una cualificación mínima. De esta manera seremos condenados forzosos a sufrir unas condiciones laborales precarias y salarios de miseria. Según sus planes somos carne de cañón para la explotación y para eso les sobran los estudios de bachillerato, FP de grado superior y por supuesto los estudios universitarios.

Pero que nadie piense que los que consigan superar todas las barreras hasta la universidad estarán a salvo ¡Ni mucho menos! Así lo demuestran los casos de decenas de miles de jóvenes que ya están viviendo una situación límite por no poder pagar su encarecida matrícula; los que se enfrentan a posibles embargos por estar en paro y no poder devolver los “préstamos–renta” con los que el Ministerio de Educación les estafó e hipotecó en su día; o los que directamente verán cerradas las puertas de la universidad el próximo curso por el tremendo hachazo que el PP ya ha anunciado a las becas. Todos estos casos muestran una realidad muy concreta, pese a lo que diga el Gobierno. Esa realidad se resume muy fácilmente: el PP quiere cerrar la Universidad a cal y canto para los hijos de los trabajadores.

Miles de estudiantes expulsados de la Universidad este curso por no poder afrontar el pago de las tasas

En las últimas semanas algunos medios de comunicación recogían con asombro la noticia del encierro que protagonizaban los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid, para evitar su expulsión de la universidad por no poder hacer frente al pago de algún tramo de su matrícula o la cuantía total de la misma. Pero lo cierto es que es difícil comprender su sorpresa, sabiendo que las tasas han aumentado el último curso en un 66% para los grados y un 130% en los postgrados, tal y como ha reconocido el propio rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo. A esta subida espectacular de las tasas hay que sumarle la reducción de las becas al estudio por parte del Ministerio de Educación, que han supuesto la pérdida de las ayudas para 35.000 estudiantes en este curso. Todo esto en una situación que roza el 60% de paro juvenil entre los menores de 30 años y el 86% entre los menores de 24, precisamente los que están en la Universidad.

La protesta de los estudiantes de la Complutense ha sido una pequeña muestra de la situación a la que se ven abocados miles de jóvenes en todo el Estado: sólo en las universidades madrileñas se calcula en más de 7.000 los alumnos que, habiendo asistido puntualmente a clase y aprobado sus asignaturas, pueden perder el curso por no tener dinero, a los que habría que sumar los más de 1.000 en las universidades gallegas, los 1.349 de la Universidad de Málaga, los 700 de la Pablo Olavide de Sevilla (más de 5.700 estudiantes entre todas las universidades andaluzas), 2.000 más en la Universidad de Oviedo o los 3.000 estudiantes de las universidades catalanas que también podrían verse en esta situación. No cabe duda del enorme alcance de esta política para echarnos a los más humildes de la Universidad. Un auténtico escándalo que convive con la insolencia a la que ya nos tiene acostumbrados el Ministro Wert cuando se preguntaba a qué nos referimos cuando hablamos de “falta de recursos”."¿Qué quiere decir no tener recursos? Que no se quieren dedicar recursos en detrimento de usar esos recursos en otras cosas". Tiene razón, antes que estudiar tenemos que comer.

¡Queremos becas, no hipotecas!

Éstos no son los únicos afectados por la política de privatización de la Universidad Pública. Hace ya varios años, desde que se comenzaron a implantar los famosos planes de Bolonia, aparte de devaluar las antiguas licenciaturas a “Grados” e implantar los Másters o Postgrados con precios inasumibles para una gran parte de los estudiantes, también se abrieron de par en par las puertas de los órganos de gobierno de la Universidad a la empresa privada. Se introdujo la lógica del mercado para cuestionar el derecho a la educación pública, digna y gratuita de todos. De ahí surgieron los famosos Préstamos Universidad ICO para sustituir el sistema de becas: en lugar de poner a disposición de las familias con más necesidades el dinero público que generan los trabajadores, se abrió un tremendo negocio para los bancos. En la práctica asistimos, nada más y nada menos que, a la sustitución de las becas por las hipotecas bancarias.

Cuando se plantean estos préstamos por primera vez en 2007 se establecía que los “deudores” comenzarían a devolverlo a partir del tercer año o cuando ganasen más de 22.000 euros al año, sin intereses, en 15 años y que si al finalizar esa fecha no podían asumirla, se anulaba y el Estado actuaba como aval. Pero ante la imposibilidad de la inmensa mayoría de los jóvenes para alcanzar un salario de 22.000 € al año, los bancos decidieron tomar medidas endureciendo las cláusulas. Así en el curso 2010-11 lo del salario de 22.000 euros despareció. Desapareció también lo de que si no podías pagar se anulaba, y para rematar la jugada se impuso la obligatoriedad de pagar pasados dos años y en un plazo de cuatro los créditos de 15.600€ o 28.000€ dependiendo de la duración del Máster.

En la actualidad los Préstamos Universidad ICO ya no existen, pero lo que si existen son los más de 2.200 jóvenes que ahora se encuentran endeudados con los bancos y sin trabajo o con los empleos más precarios. Muchos de ellos en una posición extrema por la situación de paro generalizada no sólo de los jóvenes sino también de sus familias.

Y, ahora, pretenden acabar con las becas

Pero no contentos con todos los recortes anteriores, el gobierno ha anunciado otro ataque más: un nuevo hachazo a las becas, en esta ocasión de magnitudes históricas. Su plan recoge la supresión de las actuales modalidades de beca (beca-salario, becas de desplazamiento, de residencia…etc.) para convertirse en un modelo único en el que la cuantía se reducirá entre unos 500€ y 2.000€ por alumno y con unos requisitos que provocarán la exclusión de miles de estudiantes.

Estas nuevas becas constarán de dos partes: una parte fija ligada al nivel de renta y residencia (que podrá alcanzar como máximo 1.500€ en cada caso) y otra variable que irá en función de las notas y del presupuesto disponible. La parte variable será de un mínimo de 60€ y de un máximo que el gobierno no ha especificado. Los niveles de renta exigidos para optar a la máxima cuantía de la parte fija será de 11.143€ anuales como máximo para una familia de tres miembros. Es decir, una familia de tres miembros en la que solo tenga trabajo una persona y gane más de 928€ al mes NO tendrá derecho a esa beca, o una familia de tres miembros en la que dos trabajen y ganen cada uno más de 464€ al mes, TAMPOCO podrán obtener la beca de 1.500€ anuales. ¡¿Qué familia en una situación económica tan precaria como esta va a plantearse siquiera enviar a uno de sus hijos a la universidad?

Por si todo esto fuese poco, para acceder a las becas el próximo curso se plantea un endurecimiento de los criterios en lo que se refiere a la nota media mínima exigida que será, en el caso de los alumnos de Máster, de notable. A todo esto hay que añadir que los estudiantes que soliciten la beca no sabrán el dinero que recibirán finalmente o lo que es lo mismo: no sabrán si podrán afrontar los gastos; eso sí… como luego no tengan dinero para seguir estudiando ya sabemos, a ojos del ministro de educación, de quién será la culpa.

El Ministro Wert no quiere dejar ningún cabo suelto y por eso, antes de llegar a la Universidad, en las enseñanzas medias, también han planteado cambios en la política de becas. De este modo se plantea a su vez un aumento de la nota media mínima exigida para obtener beca en el bachillerato y se excluye directamente a todos los alumnos que estén repitiendo total o parcialmente curso.

Según los expertos en financiación universitaria que ya han podido estudiar el borrador del gobierno, las consecuencias del nuevo plan de becas serán brutales: el próximo curso el recorte afectará en torno al 30% de los becados, o lo que es lo mismo, 85.000 estudiantes perderán las ayudas. Así el Ministerio de Educación se ahorrará 315 millones de euros, un tercio del gasto real en becas, retrocediendo a los niveles de inversión de hace una década.

¡Por el derecho a una educación pública, gratuita y de calidad! ¡El hijo del obrero a la Universidad!

El Partido Popular no sufría ni el menor sonrojo cuando esta semana anunciaba que los cambios en la política de becas favorecerían a los estudiantes con menos recursos y potenciarían la cultura del esfuerzo ¿y qué quiere decir el PP con estas afirmaciones? Que los estudiantes con menos recursos y más dificultades seremos los más perjudicados, se nos exigirá mucho más que al resto, que en la práctica seremos penalizados únicamente por nuestro origen de clase. Está claro que luchar por la igualdad de oportunidades, lo que hasta ahora era entendido como el objetivo fundamental de la educación, está completamente fuera de la agenda del PP. Quieren que la Universidad vuelva a ser el coto privado para una élite privilegiada, y que por supuesto esté cerrada a los hijos de los trabajadores. Por eso precisamente nosotros, los jóvenes de los barrios obreros que no vamos a heredar grandes fortunas ni empresas de nuestras familias, tenemos que defender las conquistas que nuestros padres y nuestros abuelos arrancaron luchando en la calles hace más de tres décadas: la educación pública.

Desde el Sindicato de Estudiantes consideramos que SI QUEREMOS PARAR este nuevo atropello, el único camino es la lucha unificada de los estudiantes de enseñanza secundaria y universidad. Todos juntos movilizándonos, para impedir que este gobierno de derechas imponga la reforma franquista de la enseñanza (LOMCE), acabe con las becas y convierta la universidad en un territorio exclusivo para las familias ricas. Por eso, en octubre ¡TODOS JUNTOS A LA HUelGA Y LAS MANIFESTACIONES EN DEFENSA DE LA ENSEÑANZA PÚBLICA, GRATUITA Y DIGNA!

Tabla reivindicativa

  1. Retirada inmediata del nuevo decreto de becas

  2. Cancelación de los expedientes de expulsión a los más de 30.000 estudiantes que actualmente se encuentran en esta situación en todo el Estado por no poder hacer frente a los pagos de las encarecidas matrículas.

  3. Creación de un plan de choque de becas para garantizar que ningún estudiante es expulsado de la Universidad por no tener dinero.

  4. Ante los más de seis millones de parados, la subida del coste de la vida y el 86% de paro entre los menores de 24 años, demandamos la creación de un plan inversión en la universidad pública que garantice la gratuidad de la universidad para las familias trabajadoras, y la reducción generalizada de un 50% de las tasas académicas
              Este plan de inversión debería poder contar al menos con 180.000 millones de euros, la
                  misma   cantidad que el Estado ha entregado a manos llenas a la banca desde que el PP
              llegó  al Gobierno sin el menor problema

  5. Cancelación de la deuda a los estudiantes que solicitaron los préstamos-renta al ser víctimas de una estafa, puesto que esos préstamos nunca deberían haber existido y habérseles concedido becas para el estudio con las que poder continuar mejorando su formación.

  6. Retirada de la LOMCE para acabar con todas las barreras artificiales que el PP quiere imponer para llegar a la universidad.