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A José Ignacio Wert le espera un febrero caliente. Así de claro lo han dejado los estudiantes y los padres, que el mes que viene volverán a las calles para protestar contra los recortes del ministro de Educación. La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) ha decidido apoyar la huelga estudiantil convocada para el 5, 6 y 7 de febrero y ha anunciado que acudirá a cuantas concentraciones y manifestaciones se convoquen.
El Sindicato de Estudiantes ha convocado una nueva huelga, como ya adelantó EL BOLETÍN, para febrero, aunque no estarán solos en su lucha. Los padres, según ha afirmado la CEAPA en un comunicado, “comparte los argumentos y razones” expresadas por esta la organización estudiantil, por lo que “respaldará las expresiones de protesta que en el marco de esa movilización se convoquen”.
No obstante, a pesar de que CEAPA es “consciente de que el momento actual exige una movilización sostenida contra los ataques que sufre la Educación española”, ha “decidido no convocar en esta ocasión huelga de madres y padres”, aunque “no descarta esta posibilidad en un futuro”.
De esta forma, padres y estudiantes han comenzado a calentar las protestas que se sucederán por toda España dentro de veinte días. A finales de noviembre el Sindicato de Estudiantes convocó una nueva huelga general en febrero que se enmarcará, como ocurrió el pasado mes de octubre, en una semana de lucha a la que animaron a sumarse a padres y profesores.
“Del 4 al 8 de febrero los estudiantes nos haremos oír de nuevo”, explicó a este diario Tohil Delgado, secretario general del Sindicato de Estudiantes, quien aseguró que el colectivo que lidera saldrá en masa a la calle para decir “no a los recortes, no a la contrarreforma franquista del PP (LOMCE)” y para exigir la dimisión del ministro de Educación, José Ignacio Wert.
Su objetivo es repetir “la exitosa convocatoria de huelga general estudiantil convocada por el Sindicato de Estudiantes en octubre, que durante tres días (16, 17 y 18) paralizó la enseñanza pública en todo el Estado con la participación de millones de jóvenes”. Esos paros fueron “una clara demostración de que la juventud no va a permitir que se desmantelen nuestros derechos y se nos condene a un futuro de paro y precariedad laboral”, aseveró Delgado.