El pasado mes de Octubre, en plenas movilizaciones de la marea verde, y poco después de que el Sindicato de Estudiantes convocara una jornada de huelga estatal que sacó a las calles de Madrid a más de 40.000 jóvenes de secundaria, los medios de comunicación de la derecha daban el pistoletazo de salida a una campaña de acoso, calumnias y criminalización contra el Sindicato de Estudiantes y contra el movimiento estudiantil en su conjunto.
Es en ese contexto en el que aparecen en el diario ABC dos artículos llenos de difamaciones que fueron puntualmente contestados por el Sindicato de Estudiantes, y que el ABC se negó a publicar, negando por tanto nuestro derecho a réplica. Cinco meses después y tras haber llevado a juicio a este conocido medio de comunicación de la derecha más retrógrada, al ABC no le ha quedado más remedio que publicar en sus páginas y en su página Web algunos de los extractos de la respuesta que dimos en su momento y que volvemos a reproducir a continuación.
¡Basta de criminalizar a la juventud y a quien lucha en defensa de los servicios públicos!
¡La lucha sirve, la lucha sigue!
Qué es y qué defiende el diario ABC y por qué ataca al Sindicato de Estudiantes
El pasado 12 de octubre el diario ABC publicaba un artículo con el fin de calumniar al Sindicato de Estudiantes y a todos aquellos que nos estamos movilizando en defensa de la escuela pública durante los últimos meses. Nuestra reacción no fue otra que la de exigir nuestro derecho a réplica.
Sin embargo, para María Isabel Serrano, responsable del artículo, y la redacción de dicho periódico, la libertad de expresión es algo totalmente ajeno a su quehacer. Así pues, el pasado 23 de Octubre, lejos de hacerse efectivo nuestro derecho a réplica, una nueva andanada de tergiversaciones fue vertida en un segundo artículo.
Nuevamente, debemos insistir en que estos ataques no nos causan sorpresa alguna. Es habitual que los artículos publicados por este periódico acerca de cualquier conflicto social en el que jóvenes o trabajadores nos movilizamos en defensa de nuestros derechos, destilen hostilidad y desprecio. En esta ocasión, tanto la intensidad como la reincidencia, son achacables a la extraordinaria fuerza y determinación que la lucha en defensa de la enseñanza pública está alcanzando. No es casualidad que este segundo artículo se publicara al día siguiente de que alrededor de 200.000 profesores, estudiantes, madres y padres de alumnos recorriéramos el centro de Madrid exigiendo, entre otras cosas, la dimisión de Esperanza Aguirre. Por eso, quienes asisten impotentes a la realidad de que cada vez somos más los que nos oponemos al desmantelamiento de la enseñanza pública, no desaprovechan ocasión para intentar criminalizar a quienes están en primera línea. El Sindicato de Estudiantes está en el punto de mira de ABC por ser una organización juvenil de izquierdas, con un decidido carácter anticapitalista y por contar con un gran eco entre los jóvenes como demostraron las Huelgas de los pasados 6 y 19 de Octubre, secundadas por un 85% del alumnado.
Por supuesto, los estudiantes no somos los únicos destinatarios de este tipo de ataques. Actualmente, la FAPA Giner de los Ríos, organización mayoritaria de madres y padres en la Comunidad de Madrid, convocante también de estas movilizaciones, sufre una persecución mediática por parte de la derecha. Esperanza Aguirre ha puesto en marcha sus servicios jurídicos para denunciar a la FAPA por un supuesto fraude fiscal debido a la venta de las ya famosas camisetas verdes, un símbolo de la resistencia que se opone al intento de destrucción de la educación pública madrileña por parte del PP.
Los intereses que defiende el ABC
Los intereses que defiende el Sindicato de Estudiantes son públicos y notorios: una educación pública de calidad, gratuita, laica, democrática y científica para los hijos de los trabajadores, así como un futuro digno para los jóvenes al finalizar los estudios. Pero, ¿y en el caso del ABC? Este periódico forma parte del grupo empresarial Vocento cuyo Consejo de administración está integrado por personalidades como Claudio Aguirre -importante empresario y primo de Esperanza Aguirre-, el aristócrata Diego de Alcazar Silvela “Marqués de la Romana” -presidente y también miembro de numerosos Consejos de Administración, como los del Diario ABC S.L, ONO S.L, Fuentes de Mondariz, S.A, Thomil S.A y Chocolates Eureka S.A.- o Ignacio Ibarra, consejero a su vez del BBVA. Efectivamente, los intereses defendidos en ABC no son otros que los de banqueros, empresarios y aristócratas.
Son tiempos duros para la derecha y sus voceros. Decenas, cientos miles de personas, más de un millón el pasado 15 de octubre, estamos saliendo a las calles a reivindicar nuestros derechos, a denunciar las injusticias y las carencias democráticas de esta sociedad. Cada vez somos más los que ponemos en tela de juicio el sistema que los provee de sus privilegios materiales y políticos. Esta gigantesca marea, que hunde sus raíces en la profunda insatisfacción que sentimos las familias trabajadoras, los humildes, no podrá ser detenida por las calumnias y la manipulación de los medios de comunicación, por más poderosos que estos sean.
ABC: una escuela de manipulación informativa
Hace dos semanas María Isabel Serrano nos acusaban de ser “una organización radical” y de tener conexiones con el terrorismo. El 23 de octubre, se añadieron nuevas calumnias a la lista. En esta ocasión, a la obsesión enfermiza sobre la edad de algunos de nuestros compañeros, se sumó la falsa acusación, construida sobre retorcidas insinuaciones, de que una supuesta “cúpula” se beneficia de las teóricamente cuantiosas subvenciones que recibimos.
La parcialidad y la manipulación desarrollados por esta periodista del ABC es sencillamente vergonzosa. Mientras se cuestiona abiertamente la legitimidad que tiene nuestra organización para acceder a dichas ayudas, Isabel Serrano oculta de forma consciente la auténtica realidad del reparto de las subvenciones [1]. A esta redactora no le parece motivo de un artículo de denuncia que una organización estudiantil como UDE, vinculada al PP, haya recibido al menos 105.283 euros entre los años 2007 y 2010 a pesar de que ningún estudiante de secundaria haya visto nunca a ningún representante suyo o tan siquiera conozca su existencia. Tampoco le parece necesario explicar que, a través del Instituto de la Juventud de España, se concedieran subvenciones por un importe muy superior que al Sindicato de Estudiantes a las siguientes organizaciones entre 2004 y 2011: Juventud Estudiante Católica, 341.000 euros; Juventudes Marianas Vicencianas, 275.900 euros; Movimiento de Jóvenes de Acción Católica, 330.000 euros; Movimiento Scout Católico, 1.253.200 euros; Organización Juvenil Española, más conocida como OJE y de extrema derecha, 359.000 euros. Sin olvidar los casi 100 millones de euros que las diferentes administraciones dilapidaron, en cuatro días, en la visita del Papa el pasado verano.
Efectivamente, cualquier euro que una organización de izquierdas pueda arañar al Estado para invertirlo en financiar la organización y movilización de la juventud en defensa de sus derechos, es motivo de escándalo para la derecha. Sin embargo, regalar centenares de miles de euros a organizaciones católicas y de derechas para perpetuar la dominación ideológica de los poderosos, parecen ser lo adecuado, al menos, para ABC [2].
En tan imparcial medio de comunicación, que con tanto esmero investiga el dinero público que llega a las organizaciones “radicales” de la izquierda, tampoco encontraremos ni una sola palabra acerca del inmenso trasvase de dinero público que el gobierno del PP en Madrid desvía a la educación privada concertada [3] . Esta política ha posibilitado que a día de hoy, en la Comunidad de Madrid, haya más centros de Secundaria privados y privados concertados (488) que públicos (325).
Lo que verdaderamente preocupa a la derecha
Lo cierto es que la labor reivindicativa del Sindicato de Estudiantes no depende del dinero que podamos recibir por parte del Estado. Esa es la preocupación fundamental de la derecha y sus redactores a sueldo. El desarrollo de nuestra actividad se financia fundamentalmente a través de la cuota de nuestros afiliados, del apoyo y la solidaridad económica que recibimos en nuestras huchas de miles de trabajadores en las manifestaciones en las que participamos, de nuestra participación con casetas en fiestas populares, de iniciativas como bonos de ayuda, rifas y loterías, de colectas en fábricas, etcétera. Es de ahí de donde obtenemos el grueso de nuestros recursos para llegar a los centros de estudio de todo el Estado con miles de hojas y carteles informativos, en esta ocasión, para explicar en qué consisten los recortes, por qué se producen y a quién benefician. Estos métodos de financiación no han sido inventados por el Sindicato de Estudiantes. Por el contrario, forman parte de una larga tradición de lucha del movimiento obrero organizado: las cajas de resistencia en las huelgas, las colectas para financiar la propaganda o las cuotas que permiten que una organización no dependa de sus enemigos de clase para sostener su actividad.
Otro de los caballos de batalla en los que parece estar instalado este diario es convertir en una acusación el hecho de tener compañeros con 27 años. El objetivo perseguido es cristalino: poner en duda la presencia real del Sindicato de Estudiantes en los centros de secundaria, donde la edad habitual está entre los 12 y los 18 años. Nuevamente, el grado de manipulación practicado por esta publicación raya con lo grosero. En primer lugar, somos una organización estudiantil en la que participan jóvenes, tanto de secundaria como de universidad. Sí, de universidad, donde hay miles de estudiantes que superan los 20 años. Le guste o no al ABC, el Sindicato de Estudiantes es una organización representativa que cuenta con 417 asociaciones legalizadas ante la administración educativa en centros de estudio de todo el Estado y con presencia en más de 17 universidades públicas de todo el país.
Pero, aún más importante, si Isabel Serrano, o cualquier otro periodista del ABC, hubiera estado más preocupado por hacer un reportaje objetivo en vez de un argumentario en contra del Sindicato de Estudiantes, hubiera comprobado fácilmente, utilizando sus propios ojos y oídos, cómo en la concentración del pasado 19 de Octubre más de 40 alumnos en representación de otros tantos institutos públicos madrileños (muchos de ellos afiliados del Sindicato de Estudiantes) pidieron y tomaron la palabra para desmentir las falsedades que desde la Consejería de Educación del PP se lanzan al afirmar que no hay recortes.
En cualquier caso, para nosotros esta campaña histérica de aquellos que están de acuerdo en que los grandes banqueros y empresarios sigan amasando fortunas y enriqueciéndose a costa de los sacrificios de los trabajadores, no es más que un reconocimiento de que nuestra organización tiene un futuro prometedor de lucha y combate contra este sistema y aquellos que lo defienden.
[1] La concesión de subvenciones por parte de las administraciones públicas es, como poco, arbitraria, y, en ocasiones, insultante. Entre los años 2000 y 2004 la Fundación Francisco Franco recibió 150.000 euros del Ministerio de Cultura dirigido en aquel momento por el PP.
[2] El propio grupo Vocento de hecho, recibe generosas cantidades de dinero público a través de subvenciones y todo tipo de contratos públicos. Por ejemplo, a través de uno de sus diarios, el Diario Montañés de Cantabria, recibió en 2010 55.000 euros del Parlamento Cántabro para “la difusión de las actividades del poder legislativo”. Ese mismo año Punto Radio recibió otros 30.000 euros para “publicidad institucional y cobertura de noticias” del Ayuntamiento de Alcorcón.
[3] En concreto, desde 2004 se han creado 83 centros concertados, siendo 70 de ellos con ciclo de Educación Secundaria, mientras que sólo se han creado en este mismo periodo 21 institutos públicos.