El gobierno ha presentado como será la nueva selectividad. Supondrá un grave endurecimiento.
¿Por qué es un endurecimiento?
- Introducción de la prueba oral de idioma. Esta medida beneficiará claramente a los estudiantes que puedan permitirse academias privadas y otros medios que no están al alcance de la mayoría de los hijos de los trabajadores. Introducir un examen oral no mejorará la calidad de la enseñanza de idioma en el instituto ya que ésta sólo se puede alcanzar mediante inversión en la educación pública.
- Será necesario sacar un 5 para aprobar. Hasta ahora con un 4 de media en la selectividad se consideraba que el estudiante era apto para estudiar en las universidades siempre que en la media ponderada con el bachillerato obtuviera un 5. Con el nuevo decreto sólo se aceptará a aquellos estudiantes que saquen 4 en la selectividad si en el bachillerato han sacado más de 6.
- Se introducen exámenes de tipo test con multirrespuesta. El gobierno alega que de esta manera se evitarán reclamaciones porque los exámenes serán más objetivos. Lo que no dicen es que este tipo de exámenes tendrán muchísimas más preguntas, y está implícito que al responder incorrectamente a una cuestión puedan quitarte puntos. En conjunto los exámenes serán más difíciles.
- En la práctica será obligatorio hacer las pruebas “voluntarias”. Esta medida busca dividir y enfrentar a los estudiantes. Ciertamente, los que vayan a acceder a carreras sin demanda, no tendrán que hacer estos exámenes. Pero para acceder a las demás carreras, el estudiante sí tendrá que hacer estas nuevas pruebas porque estarán en juego nada más y nada menos que hasta CUATRO puntos que se suman directamente a la nota resultante de la media ponderada entre el bachillerato y la selectividad. Es decir, si la nota de bachillerato y selectividad se queda en un 6, con los exámenes "voluntarios" podrás subirla hasta un 10. Pero desde luego las universidades lo aprovecharán para subir las notas de corte. Eso hará que en la práctica sean exámenes obligatorios. Además tal y como están planteados serán un nuevo y lucrativo negocio para las academias privadas.
- Se devalúa el bachillerato. Como los cuatro puntos que se pueden obtener en los exámenes "voluntarios" se suman a la media ponderada entre el bachillerato y la selectividad "obligatoria", un estudiante que se haya esforzado durante el bachillerato y haya optenido buena nota podrá verse superado en el acceso a la universidad por otro estudiante que, habiendo aprobado por los pelos, se haya podido preparar los exámenes "voluntarios" en costosas academias privadas. Es decir, de nada servirá haberte esforzado en los dos años de bachillerato, sino tienes los medios para preparar concienzudamente estos exámenes "voluntarios". Será el gran negocio de las academia privadas ya que, además, no será necesario haber cursado en el bachillerato la asignatura correspondiente.
- Las universidades seleccionarán al alumnado. Las universidades podrán escoger que asignaturas (a través de sus correspondientes exámenes "voluntarios") serán claves para poder acceder a las carreras universitarias. La nota de estos exámenes valdrá más que las de otros. Esta novedad obligará al estudiante a orientarse hacia una determinada carrera desde primero de bachillerato para especializarse en las asignaturas premiadas por la universidad. Es una medida que permite a las universidades seleccionar qué estudiantes puedan cursar unas u otras carreras.
- Habrá menos posibilidad de elegir carrera universitaria. Los estudiantes tendrán que tener claro qué carrera desean cursar ya en primero de bachillerato. Si para acceder a un grado determinado (las nuevas carreras con los planes de Bolonia) de una universidad determinada el estudiante tendrá que hacer las pruebas "voluntarias" de dos asignaturas específicas elegidas por la universidad, lo lógico es que el estudiante se matricule de esas dos asignaturas (aunque no sea obligatorio hacerlo) en el bachillerato. Pero para un grado similar de otra universidad no tienen porque ser esas mismas dos asignaturas las elegidas por la universidad, sino que pueden ser otras diferentes. Por no hablar de otro grado diferente, incluso de la misma primera universidad. Esta situación provocará que, si tras realizar las pruebas "voluntarias" el estudiante se encuentra con que le faltan centésimas para poder entrar en el grado elegido, probablemente esté aún en peor situación para matricularse en otros grados. Es decir, la mayor especialización provocará que haya menos carreras a elegir. Muchos estudiantes se quedan ya hoy sin estudiar la carrera deseada por muy poco, pero pueden acceder a una carrera similar, o a esa misma carrera en otra universidad. Con la nueva reforma... todo eso será mucho más difícil y muchos estudiantes se quedarán fuera de la universidad.
Hoy en día hay una campaña consciente para desmotivar al estudiante y evitar que intente estudiar una carrera universitaria. Para los capitalistas sobran licenciados pese a las enormes necesidades sociales que habría que cubrir.
Esta nueva selectividad contribuirá a impedir que los hijos de los trabajadores puedan conseguir un título educativo superior. Ante la crisis económica se volverá a demostrar que tener un título universitario es un seguro de vida frente al paro masivo y la precariedad absoluta que vamos a ver en el Estado español en los próximos meses (y puede que años).
El Sindicato de Estudiantes defiende la supresión de la selectividad porque el estudiante ya ha demostrado su capacidad en el bachillerato, al tiempo que exigimos que inspección educativa impida a los centros privado-concertados inflar sus notas. Pero desde luego, lo que no consentiremos es un endurecimiento de la prueba.
Recordamos al gobierno del PSOE que el PP, con Rajoy como ministro de educación, ya intentó en el curso 99/2000 un endurecimiento similar de la selectividad, lo que provocó un importante movimiento de estudiantes que forzó a la retirada de la medida.
¡EL HIJO DEL OBRERO A LA UNIVERSIDAD!