El pasado día 15conocíamos la noticia de que este curso habrá multitud de no admitidos en las universidades de Valencia, con 1.000 plazas vacantes para los 4.000 estudiantes presentados a las pruebas de selectividad.
Ésta es la Universidad “de futuro” que nos están preparando. Una universidad pública subsidiaria, con tal carencia de inversión que no puede absorber a todos los alumnos que desean tener una formación superior, mientras para quien pueda pagarlo siempre hay lugares en la privada.
Como ya veníamos denunciando años atrás la política de no inversión pública, incrementada con la implantación del plan Bolonia que da vía libre a las universidades para financiarse con dinero privado, supondrá una aceleración de este proceso, que ya con la crisis empieza a agudizarse de forma alarmante.
¡No sobran licenciados! Esta idea peligrosa es bombardeada día tras día a base de hechos por las instituciones. ¿No faltan médicos, maestros, físicos, etc...? ¡Sí!, lo que pasa es que este podrido sistema en crisis no es capaz de dar salida a las capacidades de miles de estudiantes brillantes, que acaban de eternos becarios o trabajando en cualquier cosa por unos pocos euros, por garantizar los beneficios de cuatro capitalistas podridos de dinero.
¿No hay dinero? Tampoco es cierto, dinero hay y mucho. Y si no que se lo digan a los banqueros que recibieron 150.000 Millones de euros no hace tanto, o el recorte del impuesto de sociedades, que ahorrará a los más ricos 1.800.000€. Y lo gastado en los fastos valencianos, que ya no puede ni contarse ¿Para qué? Para mantener su cuenta de beneficios mientras continúan aumentando los expedientes de regulación de empleo y a los que lo conservan se les degradan sus condiciones de trabajo.
Exigimos la retirada del nuevo modelo que establece la financiación universitaria de acuerdo al rendimiento de los campus, y que en su lugar se invierta lo necesario para la apertura de plazas en las universidades públicas de forma inmediata y su mantenimiento los próximos años.
Como ya veníamos denunciando años atrás la política de no inversión pública, incrementada con la implantación del plan Bolonia que da vía libre a las universidades para financiarse con dinero privado, supondrá una aceleración de este proceso, que ya con la crisis empieza a agudizarse de forma alarmante.
¡No sobran licenciados! Esta idea peligrosa es bombardeada día tras día a base de hechos por las instituciones. ¿No faltan médicos, maestros, físicos, etc...? ¡Sí!, lo que pasa es que este podrido sistema en crisis no es capaz de dar salida a las capacidades de miles de estudiantes brillantes, que acaban de eternos becarios o trabajando en cualquier cosa por unos pocos euros, por garantizar los beneficios de cuatro capitalistas podridos de dinero.
¿No hay dinero? Tampoco es cierto, dinero hay y mucho. Y si no que se lo digan a los banqueros que recibieron 150.000 Millones de euros no hace tanto, o el recorte del impuesto de sociedades, que ahorrará a los más ricos 1.800.000€. Y lo gastado en los fastos valencianos, que ya no puede ni contarse ¿Para qué? Para mantener su cuenta de beneficios mientras continúan aumentando los expedientes de regulación de empleo y a los que lo conservan se les degradan sus condiciones de trabajo.
Exigimos la retirada del nuevo modelo que establece la financiación universitaria de acuerdo al rendimiento de los campus, y que en su lugar se invierta lo necesario para la apertura de plazas en las universidades públicas de forma inmediata y su mantenimiento los próximos años.
El “Consell” del PP vuelve a demostrar para quien gobierna. La situación financiera de las universidades públicas hace ya muchos años que se vuelve insostenible en cuanto el PP deja de ingresar dinero cada curso. Hace falta una respuesta contundente de los sindicatos de clase. Hay que unificar las luchas de Bachillerato y Universidad, lo contrario es una receta para el desastre. El sistema educativo Valenciano depende del PP, y tiene problemas parecidos en cada uno de sus niveles.
¡Por una universidad pública de calidad!
¡Font de Mora Dimisión!
¡Font de Mora Dimisión!