Desde el Sindicat d’Estudiants y Lliures i Combatives del País Valencià nos solidarizamos con las 8.000 compañeras trabajadoras de la limpieza que están en huelga indefinida desde el pasado lunes 22 de noviembre para conseguir un convenio digo y tratar de poner fin a la explotación más descarnada de la patronal.
Las trabajadoras denuncian que llevan dos años sin convenio y, desde 2015, cobrando 784 euros al mes, por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), y que la empresa les ha quitado las pagas para incluirlas en el salario base. La propuesta de la patronal ha sido del 0% para 2020-2021 y a partir del 2022 un salario anual de 13.510 euros (el salario mínimo legal que deben cumplir todas las empresas, por lo que no supone incremento alguno), además de eliminar los pluses de transporte y antigüedad; es decir, 5 años sin aumento salarial y encima con pérdida de derechos. Otro de los abusos que propone la patronal es una subida salarial para llegar a los 14.000 euros anuales en 2023 a cambio de perder la antigüedad, una auténtica estafa, pues no habría subida salarial real, al revés, la pérdida será mayúscula a causa de la inflación, con un IPC que ya supera el 5%.
Durante la pandemia se ha evidenciado más que nunca lo imprescindible de la labor de estas trabajadoras, pero el reconocimiento se ha quedado en palabras vacías por parte de la patronal, como no podía ser de otra forma, pero también de la Generalitat. La gran mayoría de estas trabajadoras realizan labores subcontratadas en edificios e instituciones públicas, los efectos de la huelga se ven durante estos días en los hospitales públicos de Castellón, en la Universidad Jaume I, en los centros educativos de infantil, primaria y secundaria…
Que el Gobierno del botánico sea el responsable de las condiciones de explotación, miseria y precariedad es un auténtico escándalo. No cabe excusa ni razón alguna para que no elimine todas las subcontratas, remunicipalizando el servicio e integrando en la administración a todas estas trabajadoras con unas condiciones labores dignas. Los grandes discursos sobre los derechos de las mujeres, contra la violencia machista y defendiendo el feminismo son una absoluta burla cuando se permite que la patronal pisotee las condiciones de vida de estas trabajadoras. O cuando se imponen servicios mínimos abusivos a la huelga, reventando la única herramienta que tienen para luchar.
Esta huelga de las trabajadoras de la limpieza es un ejemplo de cómo históricamente, cualquier derecho de la clase obrera no es regalado, sino arrancado a las patronales mediante la lucha. La fuerza que demuestran estas trabajadoras es extraordinaria, una huelga indefinida es una apuesta muy seria, soportar la presión de plantarse a final de mes sin probablemente menos la mitad del salario demuestra su arrojo y determinación.
Durante estas semanas estamos presenciando multitud de luchas y huelgas en el País Valencià, en Sagunto la huelga indefinida de la Pilkington, la huelga por el convenio del metal en Alicante, con el conflicto aún abierto, o la extraordinaria rebelión obrera que hemos visto en Cádiz.
Solo mediante la lucha obrera y los métodos del sindicalismo combativo y asambleario, extendiendo y coordinando todas las luchas, nuestra clase puede mirar cara a cara a la patronal y ganar la batalla frente a su abuso, explotación y continua violación y pauperización de nuestras condiciones de vida.
¡Por un convenio de la limpieza digno! ¡Ni un paso atrás!
¡Que la crisis la pague la patronal!