Esperanza Aguirre en campaña contra las movilizaciones estudiantiles

¡Ladran luego cabalgamos!

El pasado 12 de octubre el diario ABC publicaba un artículo contra el Sindicato de Estudiantes y las movilizaciones que decenas de miles de estudiantes y profesores de enseñanza secundaria estamos protagonizando en defensa de la enseñanza pública.

Firmado por María Isabel Serrano, el artículo domina el estilo periodístico propio de la derecha: odio contra los jóvenes que luchan contra los recortes a la enseñanza pública y una amalgama de descalificaciones con la pretensión de criminalizar a las organizaciones estudiantiles combativas y de izquierdas como el Sindicato de Estudiantes.

Con el fin de presentar al Sindicato de Estudiantes como una organización “radical” se nos acusa de ser “de izquierdas, anticapitalistas y antifascistas”. Sí, es verdad, el Sindicato de Estudiantes tiene entre sus señas de identidad ser de izquierdas, ser anticapitalista y ser antifascista. Jamás lo hemos negado. Defendemos una enseñanza pública laica, científica, democrática y gratuita. Defendemos que este sistema capitalista es injusto y reaccionario, que condena a miles de millones de personas a una existencia de barbarie mientras un puñado de banqueros, multinacionales y grandes empresas se llenan los bolsillos a costa del sufrimiento de la mayoría. Somos antifascistas y hemos participado, y participaremos, en todas las movilizaciones contra estas bandas y sus mentores, que atacan los derechos democráticos de la juventud. Estamos muy orgullosos de nuestras señas de identidad, de nuestros principios, que también comparten millones de jóvenes en todo el mundo y en el Estado español.

No nos extraña que el ABC nos ataque de esta manera. Al fin y al cabo este periódico ha sido un apoyo mediático tradicional de la derecha, de aquellos que nunca han condenado los crímenes del franquismo o que defienden la dictadura; de los que se sienten muy a gusto, y apoyan entusiastamente, las intervenciones armadas del imperialismo contra los pueblos oprimidos; o de los que jalean los recortes sociales en educación y sanidad, aplauden los desahucios de miles de familias, y siempre se muestran serviciales con los poderes económicos.

El diario ABC nos intenta presentar como una organización manejada por “estudiantes eternos”. Ya estamos acostumbrados a este tipo de insultos. Pero los insultos no pueden ocultar la verdad, por muy ruidosos que sean. El Sindicato de Estudiantes está integrado por miles de jóvenes de enseñanza secundaria y universidad de todo el Estado, y tiene una larga historia. Desde los años de su fundación, en 1986-87, el Sindicato de Estudiantes ha convocado y organizado numerosas movilizaciones, huelgas y manifestaciones en defensa de la enseñanza pública: tanto contra los gobiernos del PSOE, que abrieron la puerta a su privatización, como del PP, que se lanzaron en tromba a tomar medidas para impedir que los hijos de los trabajadores pudiéramos acceder a una enseñanza de calidad, beneficiando con cuantiosas ayudas económicas, de cientos de millones de euros, el lucrativo negocio de la escuela privada.

La fuerza del Sindicato de Estudiantes proviene de su capacidad de organización y movilización; de las miles de asambleas que hemos realizado en estos años en los centros de estudios; de los cientos de miles de hojas informativas que distribuimos y, por supuesto, de las ideas que defendemos; de los miles de estudiantes que de manera sacrificada y abnegada hacen posible el día a día de nuestra organización. Llamamos a la afiliación y a la organización de la juventud, a la defensa de un programa a favor de la transformación de la sociedad, de que los recursos que la población genera con su trabajo sirvan para resolver las necesidades de la mayoría, y no para engordar los bolsillos de una minoría de parásitos. Toda nuestra trayectoria también ha tenido su reflejo en un hecho que, aunque sea secundario para nosotros, es significativo: el Consejo Escolar del Estado nos ha reconocido como la organización estudiantil más representativa del Estado español.

Ya sabemos que el ABC considera que los jóvenes somos tontos y manipulables, pero esa ha sido siempre la obsesión de la derecha, que en lugar de reconocer que son sus políticas y las injusticias del sistema que defienden las que provocan la rebelión social, tienen una mentalidad policíaca y conspirativa, pensando que la causa del malestar que rebosa la sociedad es la acción de los agitadores. Un argumento muy usado por la dictadura franquista cuando trataba de descalificar a los jóvenes y trabajadores que salían a las calles gritando libertad, democracia y amnistía…mientras desde las columnas de ABC se jaleaba la represión policial contra ellos.

Y, como no, cuando se trata de hacer una amalgama, no puede faltar el chorrito de criminalización y acusar al Sindicato de Estudiantes de conexiones con el terrorismo. Igual que se hace contra los activistas del 15-M, no podía faltar esta calumnia. Eso si, presentan la cuestión escribiendo en su artículo que “en círculos estudiantiles se comenta que uno de [sus Secretarios Generales] estuvo detenido por apología del terrorismo”. Ya hace unos años ganamos en los tribunales una denuncia contra el diario La Razón por esta misma acusación. Ahora la volveremos a ganar. Pero que esté tranquilo el diario ABC. Siempre nos hemos posicionado contra el terrorismo, de todo el terrorismo, incluido el que practican esos políticos que mandan ejércitos a arrasar países y matar millones de inocentes para defender los sacrosantos intereses de las grandes multinacionales del petróleo y los poderes financieros. ¿Puede decir lo mismo ABC?

Sí, una organización estudiantil de izquierdas, revolucionaria, anticapitalista y antifascista, que además siempre ha defendido su unidad con el movimiento obrero y la causa de los trabajadores. Por eso el Sindicato de Estudiantes ha estado presente en las luchas obreras más importantes de nuestro país, desde la huelga general del 14D de 1988 a la última del 29S de 2010; en cientos de conflictos laborales de fábricas y empresas, mostrando nuestra solidaridad a los trabajadores despedidos o que defendían sus puestos de trabajo. Sin ir más lejos, el pasado 6 de octubre, cuando cerca de 100.000 jóvenes participaron en las más de 50 manifestaciones y concentraciones organizadas por el Sindicato de Estudiantes, contamos en ellas con el aliento y el apoyo de muchos colectivos de trabajadores: en Madrid, saludaron la manifestación los representantes de la plantilla de Telemadrid, que denunciaron la censura, los salarios multimillonarios y los privilegios de los amigos de Esperanza Aguirre en este ente público. En Vitoria, contamos también con la participación en nuestra manifestación de los trabajadores de Daewo y de Esmaltaciones San Ignacio, amenazados de despido. Y estas señas de identidad, que nos ha permitido contar con el apoyo fraternal de miles de delegados sindicales y luchadores veteranos de la izquierda, entre ellos y de manera destacada a Marcelino Camacho, son una inspiración para continuar la lucha.

El diario ABC milita en una trinchera muy clara: la de aquellos que defienden a Esperanza Aguirre y a Figar, la de los que se jactan de despedir a 3.200 profesores interinos en la Comunidad de Madrid, la de todos aquellos que desprecian la enseñanza pública. Bien. Al diario ABC y a sus amigos les decimos que vamos a continuar con esfuerzos redoblados la lucha en defensa de la enseñanza pública, contra los recortes sociales, en educación, en sanidad, en la cobertura del desempleo, en defensa de un puesto de trabajo digno al terminar los estudios. Y lo vamos a hacer con la participación de cientos de miles de estudiantes y profesores. Hace 25 años en las luchas del curso 86-87, el maravilloso movimiento de los estudiantes de secundaria doblegó al gobierno de Felipe González y alcanzó una gran victoria. No fue el cojo manteca el protagonista de aquellos meses de manifestaciones y huelgas masivas: fueron los estudiantes, apoyados por los trabajadores y sus organizaciones. Ahora, en base a la participación también masiva de los estudiantes de secundaria, a través de sus comités de huelga en cientos de institutos, con métodos democráticos y asamblearios, y junto a los profesores, obligaremos a Esperanza Aguirre a retroceder en sus ataques. Una lucha que sólo es parte de un movimiento mucho más amplio, contra el sistema capitalista y sus injusticias.

Comisión Ejecutiva del Sindicato de Estudiantes