cartel mani anifachaEl pasado sábado 30 de agosto, miles de jóvenes y trabajadores recorrimos las calles del barrio de Tetuán exigiendo la expulsión del grupo de fascistas que se ha apropiado de un viejo local de oficinas en el distrito. Bajo el nombre del fascista Ramiro Ledesma, pretenden ser un Hogar Social sólo para españoles, insertando un discurso de odio y racismo en un barrio trabajador con un porcentaje muy alto de personas migrantes viviendo en él. La manifestación transcurrió con perfecta normalidad, a pesar de las continuas provocaciones que sufrimos por parte de los fascistas que se parapetaban en el interior del edificio.

 

La manifestación siguió su recorrido, explicando a los vecinos del barrio el peligro de tener ese local fascista en el barrio y llevando a la práctica la unión entre trabajadores nativos y extranjeros; estos últimos se fueron uniendo por centenas desde los primeros compases de la manifestación.

Como desde el Sindicato de Estudiantes y otros colectivos hemos venido advirtiendo desde que el pasado18 de agosto estos elementos se apropiaron del edificio de oficinas de la calle de Juan de Olías, la presencia de fascistas en el barrio supone un grave peligro para la convivencia. Este grupúsculo tiene un historial de violencia extremadamente largo. Son los mismos que llevan años intimidando a los jóvenes y trabajadores de izquierdas, los que hace pocos meses irrumpieron en la Universidad Autónoma de Madrid intentando reventar actividades culturales de izquierdas, o los mismos que persiguieron con un puñal a dos jóvenes activistas durante la huelga educativa del 24 de octubre. Son los mismos fascistas que intentaron intimidar a los compañeros de La Comuna durante sus jornadas en la Escuela de Relaciones Laborales en la Universidad Complutense hace pocos meses y los mismos que atacan día tras día las sedes de los partidos y asociaciones de izquierdas o nos amenazan de muerte en la fiestas populares donde tenemos casetas las organizaciones sociales y de la izquierda.

¡¡No engañan a nadie!! Aunque ahora, para intentar mantenerse en el barrio, intenten aparentar tener la piel de cordero.

De hecho y como era de esperar, ya se han producido algunos incidentes violentos en los que estos elementos han sido protagonistas y solo es cuestión de tiempo que estos sean más graves si no son desalojados cuanto antes.

Estos fascistas pretenden hacer del barrio de Tetuán un cortijo particular pero la demagogia que utilizan no consigue esconder su auténtica naturaleza, son sólo un grupúsculo violento que busca atemorizar a jóvenes y trabajadores para que no nos organicemos y no luchemos contra nuestro enemigo real, este sistema de injusticias que es el capitalismo y contra sus lugartenientes en el gobierno.

Por su parte, tanto el Ayuntamiento de Madrid, donde gobierna el núcleo duro del PP, como delegación del Gobierno, mantuvieron al principio un vergonzoso silencio ante esta situación. Sólo la presión de los jóvenes y trabajadores del barrio es lo que les está obligando a pronunciarse y, a regañadientes, a actuar. Aún así a pesar del riesgo de agresiones y tensión social que este local fascista está provocando en el barrio, intentan disculpar a los fascistas, minimizar sus acciones, introduciendo elementos de confusión (con la ayuda de algunos medios de comunicación) con el objetivo de equiparar a las víctimas (presentando a los agredidos como jóvenes violentos de “ultraizquierda”) con los verdugos fascistas, que cuentan en su haber un largo historial de agresiones, como hemos señalado más arriba.

La delegada del Gobierno Cristina Cifuentes, otros dirigentes del PP y los medios de comunicación que se encuentran a su servicio, se atreven incluso a colocar al mismo nivel al Centro Social Autogestionado La Enredadera, ubicado en la calle Anastasio Herrero, que fue abierto en 2009 y que desde entonces lleva desarrollando una actividad cultural y social de la que todo el barrio se beneficia, con este grupo de fascistas que lo único que saben hacer es sembrar el odio y la violencia.

A pesar de la resistencia del Ayuntamiento y de delegación del Gobierno a actuar, la presión vecinal, (las asambleas vecinales, la masiva manifestación del pasado 30 de agosto, etc) ya ha dado resultados. En primer lugar, el propietario, después de un sorprendente retraso, ya ha denunciado al juez la ocupación del edificio y se han iniciado los trámites legales para el desalojo.

Una vez más queda demostrado que solo la movilización masiva de todos los jóvenes y trabajadores del barrio conseguirá expulsar a estos fascistas de nuestro barrio.

Desde el Sindicato de Estudiantes creemos que el camino que se inició con la manifestación del pasado 30 de agosto, es el que hay que continuar.

Es necesario desarrollar una intensa y masiva campaña de información en el barrio en la que participen las asociaciones de vecinos, organizaciones de la izquierda, sindicatos... Hay que inundar las calles de carteles denunciando a estos elementos y el peligro que supone su presencia en nuestro barrio. Esta actividad debería combinarse con manifestaciones como las del pasado 30 de agosto. Sin duda de esta forma daremos el golpe de gracia a la presencia de los fascistas en Tetuán.

El mensaje es claro, ¡fuera los fascistas de los barrios de Madrid!