¡Sí se puede!

Los últimos meses están siendo un auténtico calvario para la Universidad Pública. La reducción constante del gasto dedicado tanto a la universidad como a la investigación y el desarrollo han llevado a los diferentes campus a hacer brutales recortes en sus presupuestos. Sólo en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) la reducción de gasto desde 2009 es de 245 millones de euros, que supone un 21% menos de inversión.

 

El impacto no se ha hecho esperar: las bajas y jubilaciones de los empleados no se cubren —asumiendo la carga de trabajo el resto de compañeros—, la amenaza de despido es constante, se han cerrado infinidad de proyectos de I+D+i, se anulan complementos —que se suman al resto de rebajas salariales de los funcionarios—, se recorta en becas, se aumentan las tasas, se masifican las aulas…

En la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han notado fuertemente este ajuste, especialmente desde que el 24 de septiembre de 2012 el Equipo Rectoral planteara recortes por valor de entre 10 y 18 millones de euros. El Equipo aprobó estos recortes con la oposición frontal de la comunidad universitaria que lo eligió, e incluso necesitó que la Policía Nacional blindara el edificio de Rectorado para impedir la protesta dando una lamentable imagen antidemocrática.

Pero resulta que, en adición a todas estas medidas, la Consejería de Educación de la CAM manifestó que para 2013 habría un detrimento adicional del 25% en el capítulo destinado al pago de nóminas. Esto ha hecho que, pese a tener un presupuesto ya escuálido, las cuentas de la Universidad Politécnica de Madrid no cuadrasen.

La terrible noticia llegaba el pasado viernes 15 de febrero, a altas horas de la noche y vía email: la Secretaria General de la UPM, a sueldo del Rector, convocaba Consejo de Gobierno para el siguiente sábado (23 de febrero) con la intención de despedir a 301 trabajadores del PAS y rebajar a la mitad el complemento autonómico al PDI.

Desde ese mismo instante los trabajadores no perdieron un minuto y llamaron a movilizarse para tumbar los planes del Rector. Durante esa semana dimitió el decano de la facultad de INEF junto a todo su equipo, por “dignidad humana”, al negarse a llevar a cabo los recortes. Además, a este plan de acciones se unen a lo largo de la semana centenares de alumnos, que extienden la noticia entre sus compañeros. Como resultado, el jueves 21 por la mañana tiene lugar una multitudinaria asamblea que desbordó el salón de actos (de unas 400 plazas), y que acordó realizar un encierro para continuar con la protesta.

Fruto de la movilización y la lucha, Carlos Conde —Rector de la UPM— comunica al día siguiente el retraso del Consejo de Gobierno hasta el próximo 9 de marzo y anuncia la apertura de negociaciones con los representantes de los trabajadores.

Desde el Sindicato de Estudiantes mostramos todo nuestro apoyo a la lucha por unas condiciones dignas del PAS, PDI y el profesorado, y como ellos no aceptaremos ni un sólo despido, ni un sólo euro de rebaja salarial, ni tampoco más recortes en el resto de capítulos del presupuesto que hagan empeorar un derecho por el que cada día pagamos más. Sabemos perfectamente que la UPM es un objetivo muy interesante para los grandes capitalistas, que ven cómo la investigación de las diferentes Escuelas que la forman ofrece un amplio margen de negocio. Por su estructura, es una universidad que la CAM busca trocear y vender al mejor postor, privatizando los campus que sean rentables. ¡No se lo vamos a permitir!

Además, desde el Sindicato de Estudiantes también exigimos al Rector de la UPM que deje de ser la prolongación del Gobierno dentro de la Universidad, que cumpla su programa y que se ponga del lado de los trabajadores y estudiantes apoyando nuestra lucha por una universidad pública de calidad con los recursos necesarios para dotarnos de una buena formación académica. El Rector, que fue elegido por la comunidad universitaria, debe plantarse ante la Consejería de Educación y sus recortes, o dejar paso a alguien que sí lo haga y sí defienda los intereses de la UPM, sus trabajadores y sus alumnos.

Como se demostró la semana pasada, la lucha es el único camino, y debe continuar hasta echar abajo los despidos y los recortes.

¡Ni un sólo despido en la UPM! ¡Ni un sólo euro de rebaja salarial!

¡No al desmantelamiento de la UPM y sus Escuelas! ¡No a la privatización!

¡La Universidad Pública no se vende, se defiende!