La USC (Universidad de Santiago de Compostela) está compuesta por dos campus universitarios distanciados entre sí por aproximadamente unos 110 kilómetros. Por un lado encontramos el Campus de Santiago de Compostela, en la provincia de A Coruña; y por otro el Campus de Lugo, en la propia provincia de Lugo.

 

El Campus de Lugo ha sufrido una dejadez histórica continua que se ve motivada principalmente por una falta de comunicación real entre ambos campus. Si bien sí existe dicha comunicación a nivel formal (páginas web, folletos, propaganda varia,…), esta comunicación se torna insuficiente o nula en otros ámbitos fundamentales para el buen funcionamiento entre ambos tales como transporte, administración, coordinación entre facultades y/o departamentos, etc. Es esta grave falta de comunicación la que provoca una enorme diferencia entre el estado de ambos campus; tornándose el Campus de Lugo, por así decirlo, como el ‘’hermano pequeño’’ del de Santiago.

Entre las deficiencias más notables presentes encontramos: la falta de un polideportivo del campus donde realizar actividades extraescolares de carácter deportivo, escaleras y caminos que comunican facultades en pésimo estado, diversas facultades en mal estado general e instalaciones precarias así como un serio déficit en cuanto a mantenimiento y cuidado (como las goteras de veterinaria y humanidades, el derrumbamiento literal de una parte de la facultad de ciencias, …), falta de una oferta sería de actividades extraescolares frente a una considerable demanda (insatisfecha) de las mismas, y, como caso especial, cabe destacar el estado de la única residencia universitaria pública del campus, la residencia universitaria Jesús Bal y Gay.

La residencia en cuestión, es presentada en panfletos e internet de un modo engañoso a los futuros usuarios, quienes, una vez vista con sus propios ojos (y no a través de las fotografías) comprueban el real estado de las instalaciones e infraestructuras. El edificio tiene 96 habitaciones de dimensiones mínimas, tan sólo una de ellas habilitada para personas con necesidades especiales (por ejemplo, personas con movilidad reducida, las cuales, además, se enfrentarían a serios problemas de evacuación en caso de emergencia, incendio, etc.), un ‘’gimnasio’’ totalmente vacío formado por un par de colchonetas y unas cuantas pesas tiradas en el suelo, una cocina ínfima para la cantidad de personas que allí habitan (¡ Con tan sólo un horno para las aproximadamente noventa personas que tiene de capacidad!), carente de servicio de comedor y que, a pesar de todo ello y de que el precio del suelo en Lugo es mucho más bajo que en Santiago de Compostela, las cuotas de precios son las mismas que en Santiago. De este modo, con una cuota F pagarías cerca de 300€ al mes por estas pésimas instalaciones. Por todo ello, es la única residencia de toda la USC en la que siempre sobran plazas, ya que a un estudiante no le compensa nada económicamente este servicio público cuando puede irse a un piso cerca del campus que suele salir mucho más barato.

En el Sindicato de Estudiantes somos conscientes de la situación de este Campus y por ello nos hemos dirigido al vicerrector de la USC describiéndole todas las insuficiencias y defectos del campus, así como una explicación ante el rector durante la sesión del claustro universitario celebrado el pasado 26 de octubre. Ante nuestras repetidas quejas, se han visto obligados a echar balones fuera y dar unos pésimos argumentos ante lo evidente. Justificaciones tales como falta de presupuesto, la situación de recesión económica (de la cual somos totalmente conscientes y no tenemos ninguna responsabilidad) se ven claramente confrontadas con la compra hace unos meses de dos equipos de microscopía de barrido valorados cada uno en 2.000.000€ o la construcción del nuevo edificio de ingeniería civil en la Escuela Politécnica Superior. Si para este edificio sí hay presupuesto y no lo hay para una nueva residencia pública (cuyo proyecto de construcción lleva presentado en Xunta desde hace años, pero no se ha aprobado) es simplemente por el mero hecho de que con este edificio lo que conseguirán es aumentar la cantidad de matriculados ofertando una nueva carrera (y en consecuencia, aumentar los ingresos), pero continuando con las mismas precarias condiciones en las que se encuentra el campus y los estudiantes.
Por ello, desde el Sindicato de Estudiantes reivindicamos unas condiciones dignas para el Campus de Lugo y para el ignorado estudiantado lucense que ve como pasan los años sin que cambie absolutamente nada.